Doña

Doña es acogedor, doña es lindo, doña es cómodo, barato y rico…
Fuimos un viernes previa reserva porque ya habíamos leído reviews de que solía llenarse mucho, llegamos tipo 21:00, algo un poco temprano pero no había otro horario, tardaron bastante en traernos la carta y tomarnos el pedido tomando en cuenta que había poca gente.
Pedimos de entrada 1porcion de berenjenas y de plato principal unos fusilli al fierrito, uno con estofado de albóndigas y otros con salsa blanca,. Las porciones son muy abundantes, la pasta sale al dente, pero podés pedir que la cocinen un poco más.De postre pedimos un tiramisú que si estaba un poco insulso y no sumaba nada.
Los vinos están a súper buen precio y pueden pedir solo una copa, además si pedis soda te viene el sifón miñatura!
El producto que ofrece doña es bueno, pero no así la atención, nos trajeron las berenjenas casi al mismo tiempo que los fideos y no pudimos terminarlas, la moza estaba de mal humor y refunfuñaba todo el tiempo, además que en determinado momento necesitaban despacharnos porque la mesa tenía otra reserva y nos trajeron la cuenta sin pedirla.

Buen lugar donde comer pastas como hechas en casa. Precios moderados y buen ambiente. Pequeño y acogedor

Primera visita al resto!!! Pastas caseras son muy buenas… lugar confortable. precio y calidad buenisimoss… volvere…

Un lugar que me encanta. Una muy buena atención, con unas pastas muy ricas, con un precio razonable.
Lo único para criticar: solo pago en efectivo.

Llegue por recomendacion de Unilocal.Comi unos fusilis con la salsa doña. Muy ricos y las porciones son abundantes. Tambien pedimos unos langostinos que estaban barbaros. La relacion precio calidad es perfecta. Hay pan rico com manteca para arrancar y los mozos muy buena onda! Lo recomiendo

Cómo no ponerle cinco estrellas a un bodegón de almagro que, lejos del conchudismo de los restó de moda, te recibe con una panera con manteca, te ofrece una carta de comida bajo el lema «comida tipo casa» y que encima hace que puedas pedirte entrada, vino y postre sin pensar en que vas a tener que hipotecar la billetera?
Bueno, así es Doña.
Un bodegón chiquito con lugar para menos de 45 personas, sin música, con ruido ambiente, atención relajada y recontra amable y una comida como la que te daría tu abuela un domingo al mediodía, tanto en el sabor como en el tamaño de la porción.
Vas a encontrar entradas frías y calientes que se sirven de a media porción o en porción completa para que puedas hacer como un tapeo de entrada, pastas caseras con salsas clásicas o con variedades menos tradicionales (y exquisitas!), platos clásicos como milanga con fritas y postres que siguen la misma línea.
Trabajan línea coca y sirven botellas de 600cc, y tienen una carta de vinos interesante.
El lugar se llena así que seguramente tengas que esperar, pero creeme, vale la pena porque vas a comer como un campeón y vas a gastar la mitad de lo que gastarías en cualquier otro lado.
Nosotros pedimos media porción de berenjenas, dos platos de pasta, tres bebidas y un postre para compartir y gastamos $ 373 con cubierto incluído. Ves que es hermoso? Bueno, andá.
Sólo efectivo.

Tardaron muchísimo en atendernos y en el salón hacía bastante calor. Las pastas no son nada del otro mundo. La salsa Guadalupe es rica pero no pidan la Parisienne porque se van a llevar un chasco terrible. Eso si, los precios son buenos.

Estando cerca de casa, Doña siempre era una opción… era. El tamaño de las porciones. la calidad de la panera y de las salsas disminuyó considerablemente y la atención que nunca fue sobresaliente empeoró…
Tuve la mala suerte de querer almorzar tranquila con mi pareja y que justo ocuparan una mesa con adultos y niños conocidos de uno de los empleados del lugar que para mi desagrado no paraban de gritar y los niños de llorar. INSOPORTABLES. No me levante y me fui porque ya tenía el plato servido, pero de mas esta decir que la experiencia fue horrible Me parece que es responsabilidad del lugar brindar una experiencia agradable a sus comensales y creo que este lugar falló en eso. Minimamente hubiese esperado de parte del mozo que sugiera a estas personas bajar el volumen.
Tal como dije antes, la calidad de la panera bajó y 20 pesos por persona de servicio de mesa por pan seco y manteca me parece una cargada.

Elegimos Doña para festejar el día de la madre! La verdad que el primer objetivo fue huir del desborde de otros lugares, como por ejemplo, Palermo! Si bien esperamos un poco, eso fue error de nuestra parte por no hacer reserva, fue un tiempo soportable!
El lugar es pequeño pero súper confortable, para quien guste tienen mesas afuera también y dado que es una esquina tranquila, se disfruta.
Era mi segunda visita y en ambas pedí pasta, se las ve tan ricas y hay tanta variedad que me tienta mucho más!
La primera ve comí unos ñoquis de papa con salsa de crema y verdeo, para resumir podría decir… Lo exquisito de lo simple.
Hoy, pedí unos fusilli al fierrito con estofado y albóndigas. La salsa es sabrosa y liviana, la pasta en su punto exacto.
También pedimos postre para compartir, un brownie con helado m, nueces y salsa de chocolate. Él brownie en su temperatura ideal. Muy rico!
En ambas oportunidades la atención fue muy buena.
Seguramente me convierta en habitué del lugar y seguiré probando sus pastas y salsas!

Segunda visita a Doña, pequeñín bodegón, gran disfrute en Almagro. Destacan sin dudas sus pastas y salsas. Aunque en mi primer incursión me incline por un bife de chorizo con papas rústicas muy bien hecho (algo ni tan obvio).
Volviendo a las pastas, probamos ñoquis con salsa de hongos, fusilli al fierrito con albondigas y ravioles con bolognesa. Todas las salsas sobresalen, desde las clásicas a las especiales. En resumen, se garantiza linda experiencia! Precios razonables, atención ídem.

Fui un sabado con reserva previa y el lugar se lleno rapido (ya que es chico) me pedi unos ñoquis de papa con salsa cuatro quesos que estaban riquisimos! No cocinan nada frito, todo es al horno, Platos abundantes y precios razonables! Recomendable

Tuve dos experiencias en Doña y ninguna fue buena. Debería darle una tercera porque leí buenos comentarios (y por eso mis ganas de conocerlo), pero no creo, hay tantas opciones!
La primera vez que fui, esperé mucho por una mesa y cuando nos tocaba, la moza distraída les dio la mesa a otra pareja. Le hago notar el error, y me responde de muy mala manera. Tal es así que salió el dueño/​encargado con muy buena onda a subsanar el error con frases como «yo también tengo hambre» y «ponete en su lugar, es un lio este rubro». Decidimos irnos ese día, pero esta semana le dimos otra oportunidad, reservando.
He aquí, mi reseña:
— La atención fue muy buena.
— El lugar tiene es chico, eso tiene la ventaja de que la atención es buena, los platos salen rápido pero la puerta abriendose y cerrandose siempre hace que entre el frío, por ejemplo y es medio lio toda la dinámica de las mesas muy juntas.
— La panera es una canasta con 4 panes ricos comunes y… dos mantequitas de esas que vienen cerraditas tipo micro larga distancia. Decepción.
— Pedí la especiadlidad, los famosos fucciles al fierrito. Elegí estofado para asegurarme un buen plato casero (afuera hacía mucho frio!). Error. Poca salsa, carne seca, fideos normales (demasiado al dente pero eso va en gustos y si te gustan más pasados podes pedirlo).
— Lo mejor fue el vino Argento, riquísimo mal.
— El flan está muy bien, caserito y con almíbar en vez de caramelo que lo hace suave y rico.
— Los precios están muy bien.

Fuimos al mediodía y las dos comimos el menú del mediodía por $ 90 que incluye bebibda+plato ppal+ café. Comimos las cintas caseras y estaban muy correctas, la panera nada del otro mundo, nunca nos ofrecieron el café. Voy a volver a la noche a probar otro plato de pasta.

Bodegón muy interesante se come muy buenas pastas con salsas muy ricas. Pero sin llegan a pedir goulash se van a llevar una desilusión porqué no se parece nada y la carne es muy dura .La atención es correcta y los postres son buenos. En definitiva pedir pastas y se van contentos.

La verdad es que no soy muy devota de las pastas, si, matenme, pero este lugar merece mi respeto.
Ubicada en una esquina de Almagro podemos encontrar este simil bodegón. Cuenta con unas mesas en el interior y algunas afuera, ideal noches de verano o tardes soleadas de invierno. Debido a que la comida es de gran calidad y a la poca cantidad de mesas, si o si reservar, los findes hasta con 24 hs de anticipación.
El ambiente es muy hogareño, la comida es BIEN casera y riquísima. La panera puede ser la perdición si se entán cuidando, pero que más da! La atención es correcta. Quiero destacar la vajilla que usan, todo artesanal, en la carta cuentan con la info para poder comprarla.
Es un lugar para conocer y volver ya que además de las excelentes pastas, los precios están muy bien!

Me gusta cuando entro a algun lugar ver que hay gente con su computadora, tomando café en su propio mundo porque me hace sentir como que el lugar es muy comodo y acogedor como para trabajar desde ahi.
Este es el caso de Doña.
Es super hogareño y te hace sentir muy a gusto al entrar.
Tiene porciones abundantes y muy caseras.
El pollo a la portuguesa con papas esta muy muy bueno y pueden comer dos personas de una misma porcion.
Los precios son acordes al lugar y al servicio.
Seguramente vuelva.

4 estrellitas y media le pondría a Doña. ¡Qué rico comí acá! Tuve un deja-​vu a los domingos en familia en la casa de mi abuela todos comiendo pastas. Me encanta ir encontrando esta clase de esquinas en Almagro, salud por ello! Un gran hallazgo. Este lugar es bien de barrio, muy familiar, y se llena. Se llena de gente común que evidentemente baja de sus departamentos a comer «como en casa». Pastas es la especialidad, no es nada caro gente! Y tienen buena variedad de vinos.
Ya la panera y la mezclita para arrancar es deliciosa. Simple, sencillo, no caro y rico rico. Buena la atención: ni muy muy ni tan tan. No llegué al postre porque me llené justito. Comí la sugerencia del día, unos ravioles de seso que no llegaron ni a ser captados por la foto porque desaparecieron. Algo me dice que los postres tampoco deben defraudar. Habrá que volver para comprobarlo.

Muy rica pasta casera, con bastante variedad en salsas también para elegir. Fui con mi novio y comimos todo! Desde entrada hasta postre y la verdad que los precios son súper aceptables. Voy a volver a ir de una a probar el resto de la carta.
Lo único negativo es que el lugar es bastante chico, por lo cual si querés ir y no esperar afuera, reservá antes lugar por teléfono.

La comida de Doña parece como si estuviera hecha por una abuelita. Vine varias veces, nunca me decepcionaron. Durante la semana hay tres variedades de plato del día, todos muy frescos y elaborados en el momento, y también cuentan con una carta acotada pero con opciones para todos los gustos. Los precios son adecuados, no es muy caro.
El ambiente es acogedor y bastante pequeño. No aceptan reservas, asi que hay que venir con ganas de esperar por una mesa. Pero la espera vale la pena!

Mis amigas querían comer en un lugar de pastas, rico, lindo, barato. El pedido se ajustaba perfectamente a Doña Cocina Tipo Casa, así que no dude en sugerirlo y todas quedaron felices con la elección.
El lugar es bien hogareño, muy cálido, con una atención muy buena onda. Las pastas, caserísimas y deliciosas. Hay bastante variedad de salsas, una más rica que la otra. Esta vez me pedí unos ñoquis espectaculares, con una salsa riquísima con pesto, tomates secos y berenjenas. Todo vino servido en unas cazuelas de lo más simpáticas que retenían bien el calor.
También tienen botellas de vino a precios súper accesibles. Y si no estás para pastas, hay varios platos clásicos estilo bodegón o ensaladas bastante interesantes. Una de mis amigas se tentó con la mediterránea y quedó muy conforme.
Eso sí, si van es clave reservar antes porque «rico, bonito y barato» también implica gente y espera.