Dr. Horacio De Tullio

El año pasado decidí operarme de los ojos. Tenía una miopía y astigmatismo galopantes. No veía una vaca adentro de un baño, literal. Como le pasaría a cualquiera, la palabra operación siempre genera una mezcla de miedo, nervios, ansiedad y dudas. Por mi primo llegué al Dr De Tullio. De entrada me cayó bien, porque es un poco parco. Pero a mí la gente así, sobria, me da confianza. No intentó sacarme el miedo ni los nervios ni la ansiedad, pero sí las dudas. Me aseguró que iba a tener el 96% de visión, que es la misma que me daban los lentes de contacto que venía usando desde los 13 años. Con las consultas previas a la intervención, ambos nos fuimos soltando y generamos una relación formal, pero agradable. Estuvo piola porque un día se sentó y me explicó paso a paso lo que iba a sentir el día de la operación, desde que me ponían las gotas con anestesia hasta que entraba al quirófano 12 minutos, porque es muy sencillo lo que tienen que hacer. Una vez que estuve más relajada y perdí un poco el miedo, me citó otro día para explicarme lo que iba a sentir después de la operación, cuando vuelva a mi casa y me encuentre sola y los cuidados que debía tener. Todo este manejo me hizo sentir muy tranquila y el día que tuve que ponerme esa pilcha verde estar nerviosa, lógico, pero a la vez entregada a la situación sin miedo. Salió todo perfecto y tuve que visitarlo varias veces más para controles y ejercicios que hicieron que hoy mi vista esté mejor que nunca. Y lo mejor ¡nunca más tener que usar anteojos o lentes de contacto! Asi que ya saben, si tienen algún problema oftalmológico no dejen de pasar por el consultorio del Dr. De Tullio que es un capo.