El Boliche de Darío

Desde que me mude de una casa con parque, quincho y parrilla a un tres ambientes extraño el asado. Cada tanto me encuentro deseando comer un asado, pero no ir a un restaurante y pedir un bife de chorizo, sino comer asado. Las achuras, la sobremesa, ir comiendo un poco de cada cosa. Hace casi un año que vivo a dos cuadras de El Boliche de Darío y nunca había ido, hasta este Sábado. Simplemente increíble…no se si por mi añoranza al asado o qué pero no tengo ninguna queja.
La primer tanda de provoleta, morcilla y chorizo increíble.
La segunda con mollejas y chinchulines espectacular! Los chinchulines estaban crocantes, no gomosos!
El cerdo! El asado! Todo!!!
Definitivamente me hacen extrañar un poco menos mi antigua casa! y encima podes pagar con débito! Un lujo!!!

Típica parrilla para ir a comer. El precio promedio es $ 199 por persona. La calidad de la carne depende del corte: mientras que el vacío es bueno, la tira de asado y la bondiola es normal tirando a malo. La carta de vinos es buena. Parrilla regular para la zona. Excelente provoleta y papas fritas.

Que manera de morfar, por dio! es EL lugar para celebrar algo con amigos, onda informal.
El ruido de la gente hablando capaz no es lo mejor del mundo pero aca la gente va a comerse todo y se nota.
La carne en general es buena, parrilla libre. Repetis mil veces.
La gente que atiende buena onda.
Ahora si, el heladito bajativo anda a tomartelo a otro lado, los postres no son el fuerte.

Es una muy buena parrilla de la zona.
Puntos a favor, se come muy bien. La atención es rápida. La carne es muy buena.
Puntos en contra: El lugar, fea decoración, caluroso aunque tienen aire y ventiladores. Si te gusta ir a lugares con onda y glamoroso, bueno, no vayas a este, es todo lo contrario.
Sin desmerecer el mal gusto y el poco esmero en la calidad del lugar, pero claramente está todo puesto en favor de la comida.
Tienen opción de Parrilla Libre, al mismo precio que los otros lugares del mismo rubro. La calidad de la bandejeada de carnes es muy buena, tierna, perfectamente cocida, sin sal.
El vacío es rico, el matambre es tan tierno que se deshilacha. Buenas achuras, en esta parrilla libre si estám incluidas las mollejas.
Otro punto a favor es que podes pedir de guarnición tanto papas fritas como ensalada. Esta última opción es muy dificil que te la ofrezcan en otros lugares. Lo malo de la ensalada es que no tienen Rúcula, pero se puede repetir y cambiar ingredientes cuantas veces se desee.
Ofrecen gaseosas y aguas saborizadas de litro y medio como es habitual en estos lugares.
La panera era pobre. Usan servilletas de papel.
En resumen, si querés comer bien y no te interesa el lugar, hay que ir. Si sos un gourmand, agarrá para Palermo

Le pongo 2 estrellas porque todo era «comible» pero lejos está de ser un lugar al que volvería o recomendaría. La carne estaba bien. Uno no va con muchas pretensiones a los restaurantes de «parrilla libre», ya que permitirte comer todo lo que quieras por 180 pesos no es rentable para nadie (bebida y postres aparte). Pero como decia… solo la carne estaba bien. Las achuras no me gustaron, la empanada de carne 6 puntos y la provoleta bueno… para mi no era provolone o era muy malo el queso. Encima me pasó que tuve la sensación de que querían llenarme con papas fritas, achuras y empanadas, la carne nunca llegaba. Recien la trajeron al final de la cena cuando estaba practicamente lleno. Así que termina siendo una parrilla libre en la que se come poca carne.

Años que existe este lugar y para la adolescencia que queres tragarte la vida esta bien pero si buscas calidad no entres!!!

A El Boliche de Darío fui 3 veces. Una por recomendación, y dos en familia.
La primera vez que fui, tal vez tenía las espectativas muy altas ya que me venían diciendo que este lugar estaba buenísimo, sin embargo no me pareció nada de otro mundo.
El lugar tiene a favor el hecho de que es parrilla libre, por lo tanto si sos un gordo fan como yo, resulta muy barato ya que el precio es fijo y comés hasta que duela.
La carne está bien, no es mala, tampoco es excelente, seamos realistas.
Lo primero que te dan es una empanada que es bastante aceptable.
Siempre está lleno, y eso significa una sola cosa: Ruido. Mucho ruido.
Y otra cosa que no lo hace destacable es el hecho de que traen la comida a la mesa, por lo cual, entre corte y corte tenés que esperar, y a mí señores, si me hacen esperar me lleno.
ASÍ NO, manteneme comiendo constantemente hasta que me saquen en una bolsa negra de ahí.
Ahh hay un detalle que es fundamental: PROVOLETA Y MOLLEJAS. Para ser parrilla libre, que tenga mollejas es la gloria, y juramos con gloria morir.
Está buena para venir en grupos, que cada uno come lo que quiere y sin gastar una fortuna.
En fin, para mi gusto esta parrilla está un poco sobrevalorada.

Para ir con hambre.
La parrilla no decepciona, los postres no son gran cosa. Tienen parrilla libre con sistema de espeto corrido, al módico precio de $ 159 y digo módico porque lo incluye todo (mollejas, fritas, provoleta, TODO), sin bebidas ni postre. También tenés un menú a la carta.
Las mozas a diferencia de otros lugares, están siempre muy atentas a las mesas, preguntan, recomiendan, son rápidas.
Tienen bebidas de las grandes. Los martes están cerrados. Los vinos no se pasan de precio.
Es un lugar que tiene su público, ya que los caballitenses aman esta misa de carne.
Sin lujos, jamás decepciona.

Si tenes estomago grande, amas la carne, queres comer bien y a buen precio tenes que venir a este lugar. Es increíble, una parrilla libre con todo lo bueno. Comes hasta cansarte todo lo que pueda estar en una parrilla: asado, chinchulines, bondiola, vacío, pollo, provoleta, lechón, mollejas (!), etc etc… Podes repetir las veces que quieras, la carne es tierna y rica, ademas hay papas fritas y ensalada libre. También se puede pedir platos a la carta si tu estomago no da para tanto. De entrada dan unas empanadas de carne que son la gloria.
El lugar es muy grande, sin lujos, estilo bodegón. El servicio es bueno, las mozas se acercan a preguntarte que mas te pueden llevar. Siempre esta explotado de hombres que van a comer en grandes grupos hasta reventar, por lo que a veces puede ser un poco ruidoso.
Por lo que pagas una porción de asado y una de mollejas en cualquier parrilla, acá comes libre eso y todo lo que se te ocurra. Pulgares arriba!

Calidad: la comida es muy buena. Si bien tiene una variedad limitada de cortes, el sabor siempre es bueno.
Precio: Excelente. Para ser una parrilla libre es bastante accesible por persona. Los precios de las bebidas apenas están por sobre los de los supermercados.
Ambiente: un tanto ruidoso, especialmente de noche. El resto bastante bien.
Tamaño: En eln límite de lo razonable para la cantidad de gente que suelen tener, las mozas pasan bastante seguido. Para delivery tienen muy buenas porciones de parrillada y de mollejas.
Otros: la estrella que falta no sé da por el tema del ruido y por algunos temas de calidad en casos asilados del delivery.

La mejor parrilla que alguna vez vas a pisar. No hay competencia que valga, El Boliche de Darío tiene 3G: ganar, gustar y golear. Siempre es conveniente llamar y reservar o ir a hacer cola a las 20, sino vas a tener un buen rato de espera llenándote los pulmones de olor a molleja. De tanto pensar en este pedazo de cielo ya me dieron ganas de cenar de nuevo.

Toda persona de bien que sea nacida, criada y formada en los alrededores del Cid Campeador dijo alguna vez la frase «¿vamos a lo de Darío?».
Parrilla libre con mollejas. Martes cerrado.
Gaseosas grandes y vinos accesibles.
Según fluctúà la economía argentina, es más o menos conveniente el precio. Hay que aprovechar estos tiempos en los que sale parecido a cualquier otro lado no libre.
Pidan lechón.
El Boliche de Darío debería ser nombrado Sitio Histórico de la Ciudad de Buenos Aires.

Nunca deja de conformarme, es muy argentino y muy rico, hasta los postres. Muy buena carne

Es probable que El Boliche de Darío sea una de las mejores parrillas de Capital. Tiene dos sucursales, una en Caballito y otra en Floresta, y en ambas siempre vas a tener que esperar mínimo media hora para entrar porque se llena de grupos.
Cuando llegas, te traen de entrada una empanada de carne por persona, y la parte de asado la van «cuoteando»: primero, provoleta, chorizo y morcilla, después achuras, luego las carnes. Todo acompañado por papas fritas o ensalada –que, btw, las podés armar como más te guste, GOL-​.
La atención de los mozos es excelente siempre, y, aunque suelen ser pocos, ni estando los salones llenos te dejan de atender o de preguntarte si querés repetir alguito.
Altamente recomendable para cena familiar o con amigos.

Es una parilla de barrio, más precisamente del barrio de Caballito. Tiene otra sucursal en Floresta y una pizzería en ese mismo lugar.
Es un salón muy grande, puede ser algo ruidoso porque si bien en algunos lugares se pueden ver paneles acústicos en el techo, son muy escasos. Tampoco se puede pedir tanto.
La estrella es el menú libre que consta de una entrada de empanadas fritas de carne, incluye porción de papas fritas (son estándar, ni muy buenas pero tampoco asquerosas), ensaladas varias (las guarniciones son porciones chicas, obviamente, pero podés pedir varias veces), achuras, chorizo, morcilla, provoleta, bife de chorizo, vacío, bondiola de cerdo, lechón, pollo, etcétera.
Todo ese menú cuesta $ 139 por persona e incluye cubierto (precio de noviembre de 2014). No incluye bebidas, ni postre, ni café.
La botella de vino, un malbec Esmeralda Fernández estaba a $ 65, muy barato. El único problema era que estaba un poco caliente, por lo que tuvimos que pedir una frapera con hielo.
Vale decir que en la entrada vi una heladera especial para vinos tintos que los mantiene a una temperatura constante de 18 grados centígrados, pero claramente allí tienen los vinos más caros de la carta.
Con todo, tienen una oferta bastante extensa de vinos tintos, blancos y espumantes (champán).
Para las bebidas sin alcohol, podés pedir botellas de 1L y medio. Tienen línea coca cola.
El servicio es bueno, hay una chica que cada tanto viene a preguntar si está rodo bien, pero sin llegar a molestar. Los pedidos no tardan mucho, lo cual también es valioso.
El bife y los chorizos estaban ricos, no así el vacío desafortunadamente. Este último estaba muy pasado de cocción al punto de estar casi seco. Fue lo único que opacó la comida.
No probé los postres, pero vi que tienen los clásicos, hasta el famoso queso y dulce.
Te conviene ir temprano para no tener que esperar mucho. Podés ir en pareja, con amigos o con la familia.
Sólo aceptan efectivo y tarjeta de débito. Los martes cierran.

Fuimos Miercoles a la noche… a eso de las 21.30…estaba lleno.
Es parrilla libre…$ 139 (Sin Bebidas ni postre), tambien tiene opcion a la carta.
Incluye empanadas fritas de carne de entrada, mollejas, riñon, provoleta, achuras, pollo, bondiola, pechito, asado, vacio, etc.
Papas fritas y ensaladas tambien libres.
Las gaseosas son de Litro y medio. Las aguas de medio ($ 20).
El Uxmal malbec $ 82.
Solo aceptan efectivo y Debito.
De postre Flan $ 25 + Crema/​Dulce $ 15, Ensalada de frutas $ 30, Mousse de Chocolate $ 35, Helado $ 35.
Es una parrilla de barrio, por lo que la decoración no es el fuerte.
El ruido ambiente es alto, y suele hacer bastante calor dentro del local (Los ventiladores y Aires estaban apagados).
Es una muy buena opción para ir en grupo a comer mucho.
La calidad de la carne era buena pero sin destacar nada en especial.

Gran parrilla libre en el barrio de Caballito. Si no es la única por estos pagos, seguro es de lo mejorcito.
La propuesta es simple, pagás un precio fijo y comés toda la carne que podés. De entrada te traen una empanadita de carne sabrosa. Después podés arrancar por las achuras o con lo que quieras. Las papas, ensaladas y provoleta también son libres. Una cosa que es de no creer es que ¡las mollejas también se pueden repetir infinitamente! Por el precio que se paga, que es moderado, que las mollejas sean libres es un regalo.
La carne es rica y tierna, aunque seguramente no sea de calidad súper deluxe. Destaco la bondiolita con salsa criolla.
También se puede pedir platos de carta si no se quiere comer hasta reventar.
Para beber se puede pedir vinos (normales), agua o gaseosas, incluso tienen botellas grandes.
La atención es normal y el lugar tiene toda la pinta de bodegón. Es grande, pero su relación precio– calidad hace que siempre haya mucha gente, por lo que a veces hay que esperar bastante, punto en contra.
Sin dudas, recomendables para los amantes de la carne en cantidad.

Definitivamente la mejor estrategia de marketing es pasar por la puerta de un restaurant y ver una cola de +1h de demora.
Mi hermano, fanático del asado y los tenedores libres, conoció El Boliche de Darío. Obvio, pasó el dato a toda la familia carnívora.
Cero lujos, estilo bodegón. Es de esos lugares de barrio, parilla libre, vino «de la casa» y carne de calidad. Todo junto, increíble pero cierto. Por todo lo que se come, el precio es barato.
El menú más caro incluye bebida libre, postre y parrillada libre a repetir la cantidad de veces que quieras. Provoleta y empanada incluida.
No jodo, posta es increíblemente bueno.
«comer hasta reventar» debería ser su slogan. Yo poco fan de la carne, repetí varias veces la ensalada, la provoleta y alguna que otra achura.
Si no buscas nada finoli, si queres comer como bestia, barato y un típico bodegón porteño, este lugar es de lo mejor.

Conocí al Boliche de Darío por una amiga mía, fanática del asado. Por un precio parecido al de un tenedor libre promedio (un poco más barato, quizás) tenés parrilla libre. Podés repetir todo lo que quieras. De entrada, te dan unas empanaditas de carne fritas riquísimas. Después una tabla de achuras, con chorizo, morcilla, chinchulines, mollejas y riñón. Yo siempre le agrego una provoleta y repito las mollejas. Después podes pedirte tiras de asado, vacío, pollo, matambre, bife de chorizo (con salsa criollla o chimichurri). Los acompañamientos también son libres, usualmente me hago un reventón de papas fritas a la provenzal. Los sanos también tienen de opción ensaladas, que las podés pedir combinadas como quieras, entre opciones como tomate, cebolla, lechuga, huevo duro, zanahoria, queso. Tanto las cervezas como gaseosas vienen en envase grande, por lo tanto la cuenta se te hace mucho más baja. Los fines de semana, e inclusive algunos días de semana, hay espera. Si llegas tipo 10 de la noche, como a mi me pasa siempre, tenés una hora masomenos. Te anotan en una lista y te van llamando. Si podés reservar antes, joya. El año pasado le festejamos el cumple de 80 a mi abuela allí. Era un día de semana, mi papá arregló todo previamente, y la verdad que el servicio fue muy bueno y rápido. Éramos unas 30 personas.