Josefina

Este lugar es raro. Estéticamente no es lindo. La atención es de una sequedad soviética. Pero las milanesas (y las ensaladas) valen la pena.
La propuesta es muy similar al Club de la Milanes*, pero sin pretensiones ecofriendly ni modernas ni nada. Milanesas, con muchas opciones de cosas para ponerle arriba, guarniciones, ensaladas, pastas, parrillas y demás.
Vamos a lo fuerte: la carne apanada puede ser de vaca, pollo, pescado y creo que de soja aunque no estoy segura. Toppings: mucha base de quesos de distintos tipos, con cosas como cebolla, tomate y albahaca (engaña, viene en formato pesto y no fresca), provolone, cantimpalo, panceta con morrón asado y huevo frito, y cosas ya muy bizarras como chorizo.
Probé las primeras y están muy bien. Recomendables. Nunca son esa perfección ficticia de las cadenas, pero son ricas, la fritura siempre está bien hecha y el rebozado es rico.
Las papas fritas son un punto débil. No llegan a ser crocantes ni a estar doradas. Pero bueno, están ahí y se dejan comer.
Una vez pedí una ensalada completa, creo, y era un bowl tamaño palangana con miles de cosas adentro: pídanla (si son vegetarianos/​as, chequeen que no tenga pollo y/​o jamón porque no recuerdo) —
Vayan y vuelvan

Muy recomendable! es para ir con pocas pretensiones a comer algo, alrededor de 47 tipos de Milanesas (carne, pollo, lomo y pescado) Las milanesas de peceto son geniales! Todas o casi todas vienen con guarnición. La atención es excelente! los mozos son muy predispuestos y amables. La comida es rica, no es light… pero son milanesas! El lugar esta muy mejorado. La zona es tranquila y se puede estacionar, aunque ellos dan 2hs de estacionamiento Gratis

Un amigo nos invitó a comer a Josefina basado en criterios totalmente egoistas: le quedaba cerca. Yo estaba renuente pero al ver las criticas en Unilocal me entusiasmé. La verdad que fue una buena experiencia. El lugar no es restaurant elegante ni mucho menos; esta mas cerca de ser un bodegon bajo perfil, limpio y eficiente. La atención destacable, el mozo era muy simpatico y atento.
La carta es atractiva porque es muy completa, ademas de los platos del dia. Como comentaron, hay una gran variedad de milanesas, 43 aproximadamente, pero tengan en cuenta que esto se cruza con el contenido de la milanesa misma: carne, pollo, pescado, soja o lomo. Para todos los gustos habidos y por haber.
Los platos son muy sabrosos y abundantes, aunque esta vez no dejamos ni las migas. Cada uno viene con su respectiva guarnición, lo que esta contemplado en el precio. No se paga cubierto, solo la panera que viene con queso crema. Y, algo critico a veces, aceptan tarjetas de creditos. Realmente muy bueno y recomendable.

Gracias a Unilocal conocí este lugar.
Chiquito, de barrio, barato y rico. Probé 2 tipos de milanesas, exquisitas las 2!
Las gaseosas grandes, clásicas del barrio, y una atención familiar, hacen que definitivamente vaya a volver.

Excelente lugar, desde hace tiempo como ahí y no bajaron la calidad. Buen lugar de milangas, no tiene nada que envidiarle a otras afamadas cadenas. Buen precio, recomiendo 100%

Por suerte una amiga se mudó enfrente y me dijo que vayamos a picar alguna cosita porque si no jamás hubiese entrado a este restaurant. Porque soy una prejuiciosa y no es un lugar super llamativo, es comunacho, no llama tu atención. Sólo te empieza a gustar cuando ves los platos gigantes que pasan y que los mozos tienen que tomar con las dos manos para que no se les caigan.
La carta es una biblia, pero no molesta, porque queremos una sola cosa: milanesas. Como las quieras, hay mil opciones, pero tenés que pedir milanesas. Con mi amiga compartimos porque vimos que los chicos de la mesa de al lado pidieron una cada uno y nos pareció demasiado grande. Pedimos puré y papas fritas para acompañar, un verdadero aquelarre estomacal pero salimos felices y contentas.
Los platos no son de autor, claro está, pero cumple lo que promete: es rico y no es caro.
No pudimos comer postre, pero nos quedamos con ganas del flan casero porque lo vimos pasar y tenía buena pinta.
La atención correcta, no tardaron mucho en traernos las bebidas ni los platos.

Capaz porque mientras escribo esto tengo un hambre infernal, pero si me preguntan cómo quiero que sea mi última cena, que sea milanesas Josefina.
Josefina no te llama la atención cuando pasas. Ahora remodelaron bastante, pero a simple vista parece un restaurant que se quedó en el tiempo y no te dan ganas de entrar. Bueno, no le hagas caso al primer instinto y pasa.
Tiene la carta más extensa de todo Buenos Aires y en general no me gustaría, pero en Josefina no me molesta. Quiero todo, dame todo. Quiero ser amiga de Josefina.
Tienen más de 100 variedades de milanesas. 100 VARIEDADES DE MILANESA. Lo escribo en mayúscula porque a pesar de que soy habitué de Josefina no deja de soprenderme. 100 VARIEDADES DE MILANESAS. Y mil cosas más, pastas, pizza, empanadas, hasta chop suey.
Los precios están bien. Tienen delivery y es ideal para pedir con amigos. Para mi una sola milanesa es un montón porque son gigantes, pero pedimos una para cada uno y comemos la otra mitad de segunda cena, cuando entra el bajón después de un par de fernet.
No me alcanzan las estrellas para recomendar Josefina.