Bellagamba

Hay lugares con los que se genera una especie de lazo afectivo por la cantidad de veces que fuiste, o por haberte salvado mil veces ante la situación «no hay nada para comer y es domingo a las dos de la tarde». Bellagamba representa perfectamente eso en mi. Tanto la sucursal del Cid Campeador como esta ofrecen platos de bodegón a precios que son más que razonables (aunque ya quedaron lejos aquellos tiempos en que la milanesa con puré estaba NUEVE PESOS y las empanadas estaban a $ 1 cada una).
Es ruidoso, tenes poco lugar entre mesa y mesa y hay veces que las frituras no vienen «sequitas» precisamente. Pero no podemos evitarlo, siempre volvemos y lo seguiremos haciendo.

Oh, Bellagamba de mis amores. Se nota que estoy enamorado de este lugar?
No sé si será por su ambiente de bodegón antiguo, las mesas y sillas de época, la comida, los precios… o todo eso junto.
Comer en Bellagamba es una aventura. Hay que ir temprano, porque se llena. Un fin de semana? Equivale a ganarse el Loto. Hay que armarse de mucha paciencia, pero vale la pena!
Los platos son abundantes y extremadamente baratos. Estamos hablando que con $ 200 pueden comer dos personas tranquilamente y saciarse. El sistema es como en los viejos bodegones, se forma fila, se pide la comida, se paga, se espera en la mesa y el mozo la trae cuando está lista.
No me canso de recomendarlo!

Excelente bodegón autoservicio con variedad en comidas. Las cervezas bien heladas y ambiente informal.

Me re cabe Bellagamba porque me cabe comer rico y barato y que no se zarpen cuando uno va a tomar unos vinos o cervezas con los amigos. Aquí se puede hacer todo eso y encima disfrutar del bochinche, el ambiente bohemio y la decoración sobrecargada. Los platos son los mismo que tienen todos los locales de la franquicia y se dividen entre pre-​hechos y preparados en el momento. Van desde empanadas y matambre a la pizza, hasta queso y dulces y porciones de lemon pie. La variedad de cervezas en este local es muy amplia y la de vinos un poco escueta pero suficiente. Lo bueno es que uno paga lo que vale sin sobreprecios. También hay platos del día muy económicos. Pasen y vean. Si no les gusta siguen hacia plaza Serrano que nadie lo va a notar.

Es la primera vez que voy y estoy segura que volveré…
El lugar es bastante grande, pero esta siempre lleno de gente. Y con razón!!! Un menú enorme, y a precios que no existen. El sueño de todo gordo comilón.
Los precios son increíbles, la atención es bastante buena y rápida.
La comida es… normal, no es un WOW, pero se deja comer bastante bien.
La ambientación es genial, no te dan los ojos para ver todo.

Fui una noche con amigas, no sabíamos dónde ir y ese lugar de afuera pintaba bien, pero de afuera.
Pedimos unas cervezas, el ambiente es super grande y extremadamente ruidoso MAL! cada vez que el mozo venia no se escuchaba nada.
inene un sistema que elegis lo que te gustaría comer de la carta y luego tener que pararte para ir a pagarlo en la caja, un bajón!
Me pedi un plato de sorrentinos rellenos con salsa de queso y jamón, y mira que los sorrentinos en general por más que no sean los mejores son ricos,… bueno pero este no era el caso, HORRIBLES! ni los como de los feos que eran, la salsa también horrible el jamón un poco más y te lo mandan en horma, re grotesco. Me termine comiendo unas patitas fritas super aceitosas que pedimos para picar.
triste :(si tienen ganas de ir a comer algo rico NO, quizá para unas cervezas y picada da, pero cenar… mmmm nop.

Lo mejor de este lugar es que es barato, por ende, no le pidas nada más.
Tienen gran variedad de comida que, por lo barata que es cumple, tal vez lo que te gustó de la carta ese no este, pero tenes otras opciones.
Podes pedir para llevar, los mediodías vayan con paciencia o podes comer en el lugar. Para los 2 casos hay que hacer la cola, pedir, pagar y listo. La bebida se la sirve uno y si se quedan a comer en el lugar, hay que agarrar vaso, cubiertos y esperar con el número que nos dieron en la caja que el mozo nos va a acercar la comida.
Una gran opción cuando andamos cortos de presupuesto.

Siempre que pasé por Bellagamba piqué algunas papitas y me tomé unas birras. Esta vez pasé a almorzar, y me sorprendió. Primero el precio, super competitivo, más que nada por la zona (igual fiel al estilo Palermo nada de tarjetas), platos super abundantes. La carta es carne, pollo y más carne, pero cuando vas a un bodegón vas a eso. Super recomendable, comí bien, y el precio, el precio es increíble: suprema con papas 58 pe!
Ahora lo que a mi no me gusta, y estoy es muy personal, es el sistema de tener que pararme ochenta veces a buscar cubiertos, servilletas, vasos. Vos llegas, vas a la caja, pedís lo que queres, pagas, te dan un nro y vas a tu mesa. Despues viene el mozo y te deja lo que pediste, pero los vasos, cubiertos, etc los tenés que agarrar vos.
El espacio en sí me encantó, los cuadros viejos, algunos objetos. En fin: recomendable.

Hasta hace poco conocí solamente el bellagamba de Acuña, el de Armenia me sorprendió gratamente: es mucho más grande, tiene un patio lindo afuera donde te podés sentar o fumarte un pucho después de comer y además tiene muchísima variedad de comida. Hay realmente muchos platos para pedir, todos bastante sencillos: milanesas, suprema o carne a la napolitana, riojana, con champignon, etc y acompañado de alguna guarnición (no recomiendo pedir ensalada). Es una muy buena opción para juntarte a cenar con amigos sobre todo en días de semana (los findes suele llenarse y hay que esperar).
Los precios son baratisimos (plato del día treinta pesos y los otros platos entre los 50 y 70 pesos), tienen bebidas de litro para compartir lo que también lo hace menos costoso.

Hay mucho y poco para decir de este lugar.
Poco respecto a la comida y la bebida: Bellagamba no es un lugar gourmet ni mucho menos. Tampoco es el bodegón de barrio donde te atiende un mozo grandote de 60 pirulos con oficio que se conozca la carta y especialidades de memoria.
Bellagamba es un «bodegón» de cadena donde se come milanesa, suprema, carne o lo que sea, todos con las mismas preparaciones.
No son geniales, pero tampoco están mal.
Las bebidas que ofrecen en Bellagamba son las mismas que te encontras en la góndola del supermercado.
De hecho todo es como un supermercado: lo que quieras, sea comida o bebida, lo tenés que elegir e ir hasta la caja con las cosas en la mano y pagarla, servirte vos mismo.
La limpieza no suele ser la mejor. (Ojo, tampoco es sucio) pero de por si la estética del lugar propone eso.
Entonces por que fui y por que volvi varias veces?
Simple: es barato y podés comer/​tomar lo que quieras. No hay servicio de mesa. La música de fondo es baja. Podés ir con el casco de la bici en mano o con el ambo del hospital sin problema, es un lugar poco pretencioso.
Es el perfecto lugar para zafar con comida o bebida mediocre pero a un precio accesible cualquier día de la semana.

Amazing décor with vintage stuff. Lamps typewriters, bottles awesome ambience. You can pick among many different quiches and empanadas to start, fried beef empanada was superb. And then we got milanesa with fries that was average. But just for the place its worth getting in.

Comida súper abundante. Precios súper bajos bien de bodegón! A veces las papas son un tanto «plásticas»

Caer un miércoles a la 1 de la mañana, que esté abierto y que puedas cenar algo no es poco mérito. Sí, la comida es bien básica y barata pero cumplidora. El lugar está ambientado como bodegón pero con un toque bizarro. Es autoservice, a esa hora solo quedaban tartas, papas fritas, tortillas, empanadas. Lo genial es que salvó la cena por pocos pesos.

Durante un tiempo (6 meses, más o menos) estuve en un espacio de coworking a dos cuadras de esta sucursal de Bellagamba, y por motivos obvios (PLATITA) iba MUY seguido a comprar el almuerzo ahí. Quizás demasiado seguido.
Bellagamba es una cadena de híbridos bodegón/​restaurant (no sé muy bien qué es un bodegón o cómo describirlo, pero todos sabemos que un lugar es un bodegón cuando lo vemos) que se destaca por su comida simple y barata.
Los platos son como algo que te cocinaría tu vieja un jueves cuando todavía estabas en polimodal. Nada muy elaborado, pero en general rico. No soy terribles platazos en cuanto a cantidad, pero están bien.
Lo que sí es destacable es el precio: Por esa época (verano 2013 – 2014), el plato del día estaba VEINTICUATRO PESITOS. $ 24. Hoy creo que vas a comprar un alfajor y te sale más. Y aunque no frecuento más esta sucursal (ni otras, porque no tengo cerca), creo que el precio del plato del día ronda los $ 35, que sigue siendo muy barato.
En esa época de pobreza que atravesé laboralmente, este lugar era el Edén del morfi barato. La comida son 3 estrellas, es rico pero no más que algo que te cocines en 20 minutos. Le dejo 4 estrellas porque con esos precios sospechosamente bajos me salvaron la vida cuando más los necesitaba.

Para mí Bellagamba es la expresión más auténtica y humilde del bodegón. Comida sabrosa, abundante y tradicional, a precios realmente populares. No esperen un menú ni un ambiente gourmet. Olviden Palermo un rato. Este es un menú que cubre todas las necesidades a precios de risa!
Se puede pedir del menú o también tomar tartas o empanadas de una mesa y calentarlas uno mismo en el microondas. Se toman los cubiertos y salsas de un mesón común.
TIP: En Bellagamba está mi Milanesa Napolitana favorita de toda la ciudad. Grosera como me gusta!

Caī una noche con amigas con ganas de cenar. Y como era miércoles calculamos que era menor el flujo de clientes, y nos equivocamos habian muchas mesas llenas en las que quizas entraban 4 habían 6 y todo se veía muy apretado.
Nunca había ido a ninguna sucursal de Bellagamba, así que al llegar esperábamos una linda y rica cena ya que el lugar te invita a creerlo. La sucursal de palermo es hermosa, una fiesta para el amantes de la deco vintage, con un hall que te recibe también decorado.
Apenas entramos y al ver todo repleto, buscamos un mozo para que nos diga el tiempo aproximado de espera, nos atendió uno muy particular el cual no fue nada amable y balbuceaba cada cosa que decía, al punto del enojo… es inevitable no sentir una tomada de pelo cuando te atienden así.
Finalmente ya sentadas pudimos ver lo que preparaba la cocina y dirigirnos a ordenar a la barra.
El método de esté bodegón es así, las minutas se encuentran en el medio del salón (empanadas, tartas, omelet, pizzetas, etc) por detrás, las heladeras con gaseosas y cervezas. En otro rincón los vasos y cubiertos. Que todo esta a tu disposición para llevártelo a la mesa.
Podes elegir un plato elaborado o las minutas ya preparadas, en nuestro caso pedimos todas platos por cocinar, así que lo anunciamos y abonamos en la barra.
La espera de preparación fue corta y los platos abundantes. En mi caso era matambre a la pizza con papas, el plato era pequeño y rebalsaba todo, así que muy feliz empezé a comer.
Me lleve una desilusión terrible! Deje gran parte de mi plato porque en cada corte encontrabas grasa del matambre, y su fiambre era pésimo una paleta gruesa sin gusto y un queso MALI SI MO. Lo único que tenía sabor era la salsa de arriba.
Si bien son económicos los platos no deberían utilizar esos ingredientes, es preferible que suban los precios pero sea digno de saborear.
Mis amigas también dejaron gran parte de sus platos, porque era muy grosero todo.
Los cubiertos eran de plástico así que era una lucha cortar la carne, de todos modos se que hay cubiertos de verdad ya que lo vi en otros comensales…
Muy muy desepcionada, no esperaba que tan bello lugar sea así.
Veo que es punto de reunión para festejar cumpleaños, encuentros grupales en las q comes de todo sin importar su calidad porque la idea es pasarla bien en grupo.
Realmente si buscas sabor, calidad y atención este no es el lugar.
Mis dos estrellas van por la esmerada decoración.

Anteriormente había ido a este lugar y me dije a mi misma que no volvería a ir, pasó el tiempo y como no me acordaba del nombre del local volvimos a ir con un grupo de amigas a cenar, le di una segunda oportunidad y la experiencia fue la misma.
Ambientación
El lugar está ambientado como un bodegón debería ser, de eso no hay dudas, está muy bien ambientado con cuadros, gran variedad botellas en repisas, lamparas colgantes, hasta habia un sifón del año del pedo (esos de metal).
Personal /​atención
Del 1 al 10… 1, no se si será porque justo la persona que nos tocó era media lenta o que, pero… le hablabas esperando una respuesta, se reía, balbuceaba y se iba a hacer otra cosa, no nos resolvió absolutamente nada. Eramos 4 personas esperando mesa, como no habia disponibles en el momento, esperamos un buen rato hasta que decidimos preguntarle a otro mozo por unas mesas que s ehabian desocupado, porque si no era por eso, seguiamos esperando sin que nadie nos dijera nada.
Sistema bodegón
Como la primera vez que habia ido, mi marido se encargó de traer la comida a la mesa, no supe como era el sistema de pedido hasta esta última vez que fui. El sistema es el siguiente: te dan una carta en la mesa, elegis, y te tenes que acercar a la caja a abonar y luedo te dan un numero grande que tenes que llevar a la mesa, cuando la comida está lista, el mesero busca el numero y te la alcanza.
Cubiertos /​vasos
No hay nada de eso en la mesa cuando te sentas, te tenes que acerca a un lugar donde está todo, y llevarlo a la mesa, lo que no me copó mucho es que tuvimos que comer con cubiertos de plástico, me pareció cualquiera… entiendo que los precios sean baratos, pero… dale chabón! dame cubiertos de verdad!
Precios
Bastante económicos, comi un plato de tallarines con salsa fileto por $ 33. En cuanto a la calidad de la comida, estuvo normal, ni fu ni fa, pedimos pan… y NO PUDIERON IR A COMPRAR, así que… sin palabras… Por otro lado, si bien los platos son abundantes dentro de todo, la calidad no es la mejor, las milanesas son grasosas por demás y con nervios… La cerveza de litro costaba $ 45.
No creo volver a ir, no me gustó ni la atención, ni la comida. Por lo menos, de dos veces que fui, en ambas me quedé con la misma fea impresión.

Es un lugar bien ambientado nomas. eno me gusto q se hayan olvidado el pan. Tardaron bocha en traerme un simple omelete. Al mozo no se le entendia bien lo que queria decir. No se si volveria a ir. rescato la variedad de cervezas. Le dejo 4 por el precio.acccesible.

Acredito que não haja, em todo o bairro de Palermo, um restaurante mais barato do que esse — e foi justamente este fator que nos trouxe para cá. O Bellagamba possui um enorme salão, e estava bastante movimentado no domingo em que estivemos aqui. O esquema é o seguinte: você vai até o balcão, pede e paga sua comida (o cardápio oferece diversas opções), e, a partir daí, é só esperar o seu prato ser entregue na mesa. As bebidas são por sua conta — você mesmo abre a geladeira e pega o que pediu, e o mesmo se aplica a copos, gelo, talheres, guardanapos e todo o resto. O serviço aqui é intencionalmente mínimo, e o cliente tem que se virar.
Nada mais justo considerando o valor módico dos pratos. Gastei em torno de 45 pesos por uma refeição que incluía um frango enorme, muito purê de batata, e uma coca-​cola (quem estiver em grupo pode optar pela de 2 litros). Na teoria, você faz uma refeição de sustância por um precinho mais do que camarada. Na prática, o prato chegou à mesa já frio, o que me incomodou muito. Eu não esperava nada espetacular, visto que o restaurante tem a característica de ser mais simples mesmo, mas comida fria não rola.
Por conta disso, não consegui comer nem metade da refeição gigante que me foi oferecida. Aliás, se você não estiver com muita fome, talvez seja uma boa ideia dividir um prato com alguém. No geral, indico o local pela fartura de opções e pelo preço muito abaixo da média do bairro, mas não espere muito conforto ou qualidade.

Sí sus intenciones son comer algo rico y barato en Palermo, esta sucursal de Bellagamba es el lugar indicado. En este clásico bodegón onda autoservicio –hay muchos platos ya listos que te podes llevar a la mesa o pedís otros más elaborados en la barra y luego te los alcanzan– siempre se pueden encontrar muy buenos precios, ya sea en sus distintos menúes tradicionales de comida –se puede pedir desde pastas hasta milanesas o matambres-​, como también en las cervezas y vinos.
Este lugar es sumamente amplio y bastante lindo, el único problema quizás sea que a veces hace mucho calor adentro, pero en términos generales el sitio está bastante bien y lo más importante es que se puede comer bien y por mucha menos plata que en varios de los lugares de la zona.

Comer barato en Palermo es posible! Bella gamba es el lugar! Comida de bodegón tradicional a precios de ganga y gran variedad de bebidas, sobretodo vinos y cervezas. Si no esta buscando algo muy rebuscado y te conformás con una suprema a la riojana gigante o un pastel de papas bien casero, este lugar es una muy buena opción. También tienen pastas y en fechas patrias hacen un Locro para chuparse los dedos! El lugar es grande, con mesas amplias que permiten ir en grupos de mucha gente y la decoración es un poco barroca pero esta bien. Creo que este bodegón es eso, un lugar para ir en grupos, comer bien, tomar mucho y pagar la mitad de lo que pagarías a 20 cuadras a la redonda.
Increíble la barra, legado del anterior salón armenio que funcionaba en ese lugar.

Bellagamba es el paraíso de aquellos que buscan un plato cotundente y barato en pleno Palermo; convengamos que es un barrio dónde el plato grande y los precios chicos generalmente no van de la mano… pero Bellagamba hace la diferencia.
No es un lugar romanticón, sino que es más bien ideal para ir en grupo y no tener problema con el ruido que es bastante elevado por lo general. Al mediodía siempre tienen un plato del día a precios maravillosos.
Adentro el lugar es una fiesta para los ojos, hay cuadros, candelabros, velas, sillas y rejunte de vajilla que hacen del lugar un ambiente familiar con paneras grandes, zona para autoservicio, patiecito (no muy recomendado, generalmente escuchás el sonido del aire y estás al lado de los baños) y la barra linda donde siempre hay un desfile de milanesas, guisos, arroz, pasta y lo que salga de esa maravillosa cocina.
Yo solía ir a Bellagamba en mis noches tangueras cuando tenía un tiempo antes de que empezara el show de unos amigos, lo bueno era que nos atendían rapidísimo, cenábamos y nos íbamos pipones a disfrutar de la noche.