Conocí tucumanisima por casualidad ya que venía caminando por la zona, y sentí un olorcito particular y al pasar leí que hacian tamales y humitas al igual q empanadas y pizzas. Así que decidí pedir un imán para cualquier oportunidad. Esta tarde fue el día y vaya que me lleve una grata sorpresa, mi pedido consto de una docena de empanadas surtidas entre caprece, pollo, jamón con verdeo, y carne(sin papa) Yo creía q al ser tucumanas traían papa inevitablemente pero hay varias opciones entre ellas con picante y sin papa. Cada una de ellas era riquísima con el relleno y cocción a punto. Pedí para llevar así que lo prepararon rápidamente, hay 3 mesas simples para comer al paso pero no es de mi elección y recomendación ya que el lugar es chico y constantemente entra y sale gente. De Tucumanisima, destaco su calidad!!! Que es de primera compite con muchas cadenas reconocidas a la par y no se si les pasa el trapo. Quede muy conforme y volvería sin dudas a pedir.
Pablo F.
Rating des Ortes: 3 Buenos Aires, Argentina
Ricas empanadas a relativamente precio competitivo. También tienen tamales y pizzas pero no tuve la oportunidad de probarlas todavía. Mas recomendado para take out que para comer ahí, el lugar tiene ¾ mesas y no da para quedarse en mi opinión pero si para comprar y llevar a casa. Tienen delivery y la atención es buena.
Luis O.
Rating des Ortes: 4 Buenos Aires, Argentina
Llegue a punto, a punto de la hora de la cena o por menos la hora de tolerancia mínima que un hombre puede tolerar. Caminé por Scalabrini con los sentidos abiertos junto al estómago con la misma apertura. Me recibió una chica de simpatía seria, firme y servicial, estaba escuchando de fondo una lista de temas de sumo, conocidos. Son pocas las personas que trabajan en el local, al menos con 2 los que se dejan ver, detrás del mostrador. Yo pedí empanadas, porque tengo una relación particular, pero también hacen pizzas con la misma calidad, lo digo cuando vi salir a toda velocidad por un pedido por teléfono. Rápidamente llegó mi pedido, como estaba sentado cerca de la puerta rebatible, la chica sólo tuvo que manotear el servilletero de metal y dejarme todo junto las empanadas. En mi espera silenciosa llegó una pareja de mujeres verborragicas, una mas joven que la otra, no parecían madre e hija, pero llevaban una charla intensa, mientras se sentaron a esperar su respectiva cena. Yo, mientras tanto, mastiqué brutalmente mi colación y estaba caliente como realmente se sirven con las clásicas«pati abiertas», que con un movimiento frontal chorreo ese jugo calórico, pero increíblemente norteña con la maza honesta y realmente oriunda de Tucumán.