El Gauchito es ya toda una institución en Villa Crespo. Es que funciona a muchos niveles. Es una muy buena opción tanto para almorzar como cenar, con una carta de minutas más que interesante. Hay quienes lo prefieren para tomar unas cervezas y conversar con tranquilidad; y hasta quienes lo elijen para tomarse un café al paso a la tarde. No le pidan excentricidades al bueno del Gaucho. El interior es pequeñísimo, con unas pocas mesas apelotonadas y mucho calor. Afuera, sobre la vereda, una carpa con estufas(¡pidan prenderlas en invierno!) y un par de mesas más. Pero las ventajas del Gauchito vienen por otro lado. La comida es buena en serio: abundante, casera y fresca. Los precios, una ganga. Y la atención y simpatía de quienes atienden terminan por hacer la diferencia. Si están buscando un lugar de moda, a otro lado. A El Gauchito se va a comer. Y a comer bien.