La Crespo

La Crespo es un clásico de Villa Crespo con sus especialidades judías. Si escuchás de Hot Pastrami en Buenos Aires, se lo relaciona con La Crespo.
El Hot Pastrami cuesta $ 155 (junio 2016) y son 200 gramos de pastrón que viene partido en dos por si lo querés compartir.
El local de la esquina tiene mesas y abre todos los días excepto los lunes, en cambio el original (Thames 612) tiene banquetas y mesas altas y solo abre los fines de semana.
No cobran servicio de mesa. Solo efectivo.

Excelente lugar para comer! Las porciones son abundantes y deliciosas. La estrella es por supuesto el Hot Pastrami, que debe tener unos 10 cm de alto, con pan casero, pepinillos, mostaza y acompañado con unas cebollitas caramelizadas increibles. Otro de mis favoritos es un plato de pastas: Kreplaj de pollo ahumado, un paraiso para el paladar si te gusta lo ahumado, es maravilloso! La atención muy cálida al igual que el ambiente, las veces que fui fueron siempre al local chiquito, me senté en alguna de las barras compartidas o en mesita afuera. No dejo de recomendarlo nunca :)

Fui al salón que tienen en la esquina. El lugar es sencillo pero muy lindo, luminoso, las mesas están bien distribuidas, igual estaba bastante vacío a la hora que fuimos.
Probamos los knishes de salmón y de queso azul, ambos muy buenos, excelente propuesta.
Fui por el pastrami y la verdad tenia muchas expectativas! A mi gusto me pareció muy salado, cortado muy finito, seco al gusto y muy aceitoso (mas cercano a un jamón crudo que a lo que entiendo por pastrami), el pan negro nada especial, el detalle de las cebollitas caramelizadas lo sube un poco. Tengo que decir que no cumplió mis expectativas (me quedo con el que probé hace unos meses en MOOI).
Si aún así quieren probar el pastrami, la porción es abundante y da para compartila.
Igualmente volvería para probar algún otra cosita de la carta porque el lugar esta muy bonito.

Nothing can beat the pastrami sandwich! Highly recommended deli.

Si a tu bobe la tuviste poco tiempo para que te cocine, andá a La Crespo que la comida es lo más casera del mundo. Hay una onda muy familiar lo que hace que la atención sea magnífica, la señora que dirige todo puede ser tu tía, buena onda pero súper organizada y rápida. Saluda con beso si dos habitué.
La comida es LO TODO. Si sos del palo ni te explico, si no lo sos, preparate y abrite a lo rico. Recomiendo el Hot Pastrami, knishes de papa de entrada (por favor, infaltables), farfalej, y los strudel salados.
Por supuesto, como todo lugar bueno, si vas días de finde hay que tener paciencia porque siempre hay que esperar mesa pero va ordenado y te tiran la posta de la espera. El ambiente es bastante ruidoso pero si querés comer rico, es acá.
Ah, sólo efectivo y no abre de noche.

Vinimos a este resto par probar su famoso pastrami. La verdad q nos gustó mucho en especial en una Bagel casera. Habiendo probado el de Katz’s de Ny las expectativas eran altas, pero creo que cumplen con las espectativas.
El lugar es chico y ocupamos la última mesa libre, si bien era sábado al mediodía no tuvimos q esperar.
Los q no nos gustó fue q el cobro sea en efectivo y sin factura. La cuenta es alta y debería aceptar tarjetas.

El hot pastrami es mi nuevo amor, sandwich de pastron, pepinillos, mostaza y cebolla caramelizada, tienen que ir a La Crespo y probarlo! Las porciones son normales pero llenan bastante y los precios medio que duelen al pagarlos pero creanme que vale la pena. El lugar es chiquito, siempre que paso veo que se llena pero en la esquina está la ampliación que hicieron hace poco y en el caso que no te cope ninguno de los dos, tenes take-​away. Me quede con ganas de probar el sandwich de pollo que justo no tenían y el bagel de salmón que según decía en el menú, era super relleno, así que seguramente vuelva pronto.

Tenia ganas de ir a la crespo hace mil pero por a o por b nunca paso hasta hoy. Y dejenme decirles: que mal que espere tanto.
Caimos con mi hermana buscando algo para almorzar a las 4.50pm. A pesar de ser pesaj estaba abierto y pedimos un hot pastrami y un sandwich de hummus y pollo. Al minuto nos avisaron que de pollo no habia asi que para no irnos al clasico bagel de salmon, nos la jugamos por dos hot pastramis.
Esperamos ahi en el localcito que esta muy lindo. Buena decoracion, comodo y no huele a comida.
Tardaron unos 10 mins en darnos el pedido y nos lo trajimos para casa, ya que la bebida en el local estaba unos 40pe, cosa que jamas entendere.
Ahora, yendo al sandwich en cuestion. RIQUISIMO bien lleno de pastrami, al punto que creo que la imagen ilustrativa del sandwich que tenian en el local le hacia poca justicia a lo que en realidad era. Los pepinos y la mostaza acompañan y suman sabor y como joyita del universo, te dan las cebollas caramelizadas aparte, cosa no menor ya que si sos como yo, y no te gusta la cebolla, encontrartela ahi toda desperdigada arruinandote el sandwich no esta bueno.
El precio es un poco fuerte para el bolsillo comun (140 $ cada uno) pero, comparandolo con lo caro que esta todo ahora, es mega recomendado para darse un gustito.

El hot pastrami y el Sandwich de pollo ahumado con tomates secos, aceitunas negras, pan de semillas y humus no tienen desperdicio! Los precios son muy buenos y las porciones abundantes. Si tienen la posibilidad de intercambiar unas palabras con Clarisa, una auténtica idishe mame, alma mater de la casa, seguro vuelven. Yo me la hubiese querido llevar a casa. Lugar encantador, modesto, el original es un local chiquito con mesas altas y banquetas, pero hace unos meses se ampliaron a la esquina dónde tienen más lugar y mesas bajas tradicionales (sigo prefiriendo el de banquetas y mostrador)

Rica rica rica comida casera judía. Un hot pastrami enoorme que no puede más de rico y unos latkes de los que soy fan. Mi amor, sin embargo, es el humus, para mí uno de los mejores de la ciudad.
Tiene dos lugares, el original, para sentarse en banquetas y comprar para llevar — según el tiempo tiene mesas en la vereda, pero además hace poco abrieron el local de la esquina que es gigante y eso sí es más plan restaurant.
Todo el mundo debería, al menos una vez, ir a comer a La Crespo.
Todavía no sé por qué no le pongo 5 estrellitas, si lo sigo pensando, cambio la calificación antes de terminar de escribir. Vayan

Tantos check in, tanta reseña, tantas recomendaciones que tenía que venir! Y por supuesto a probar primero que nada el Hot Pastrami!
Vine miércoles al mediodía. Vi un cartelito que anunciaban que hoy atendían por la esquina, según vi en otras reseñas, éste es el lugar que expandieron. O sea que mi reseña es de este local.
La esquina es bien grande, de casa antigua del barrio de Villa Crespo, pero con remodelado muy a tono al lugar y que se ve bien nuevito.
El pastrón es un fiambre que siempre me gustó, me resulta muy familiar y me recuerda a mi bobe (postiza). Es más, hasta lo he cocinado yo misma (otras épocas, jaja). Entero al horno, caliente, o frío cortado en fiambre, lo he comido muchas veces, pero así en fiambre pero caliente y en sándwich nunca, hasta hoy!
Qué rico es! con agregado de pepinillos en vinagre, mostaza y cebolla caramelizada (posta, posta, caramelizada de verdad) riquísima. Cuando te traen el plato, no podes creer el tamaño del relleno, tiene más relleno que pan! El pan era negro, de molde (dos rodajas), casero. Si lo pedis tambien te lo hacen con pan blanco, beiguel.
El detalle de inicio: una casuelita con maní, pasas de uvas y semillas de girasol! acorde al barrio! (recuerdo mi secundaria en este barrio y esas semillitas).
Por la carta veo que hacen variedades de cocina judía, volveré a seguir recordando con el paladar!
Tienen wifi, atienden bien.

La contraseña actual del wi-​fi de La Crespo es megustaelpastrami todo con minúscula, pero a mí me ME ENCANTÓ EL PASTRAMI ASÍ TODO CON MAYÚSCULA. Nada (o muy poco) que envidiarle a Katz. Mágico, único y a un precio muy razonable (viene acompañado con unas cebollas caramelizadas que estaban super sabrosas). Novia probó unas pastas rellenas de pollo ahumado y también estaban a un nivel superlativo. El nuevo local elimina el problema de la congestión en horarios pico y sigue teniendo ese no sé qué que lo hace especial: lugar de barrio, lugar de señores de más de 80 y de jóvenes de 30, lugar atendido por sus dueños, comida casera y HOT PASTRAMI.

De a poquito voy probando todo su menú, y hasta ahora lo único que resultó un poco decepcionante fueron los knishes. Exquisitos los sandwiches, los latkes, el goulash, el strudel salado y, mi favorito del lugar, el farfalej. De los postres todavía no probé muchos, porque la primera vez que fui cometí el error (?) de pedirme el cheesecake de oreo y ahora tengo que pedirlo de nuevo cada vez que voy.
Tambien me encantan las semillitas que dan para picar hasta que llegue la comida.
Contras: se llena bastante.

Finalmente pude ir a La Crespo. Probé la estrella de la casa: el Hot Pastrami. Se trata de un sándwich de pan negro con 200g de pastrón (o pastrami), pepinos y mostaza de dijon, acompañado de una pequeña porción de cebolla caramelizada.
El sándwich en cuestión es una bestia de fiambre y claramente te deja súper satisfecho. No es necesario agregar mucho más, a menos que quieras comer un postre después.
La carta es muy interesante en general y ofrecen platos tradicionales de la comida judía como boios, knisches de papa y más.
Los postres son simples y muy ricos (pedimos una chocotorta para compartir).
Ampliaron el local, porque adquirieron el que está en la esquina. Toda la ambientación es muy linda y le queda muy bien. La atención también es correcta y atenta.
Se puede pagar con tarjetas de crédito y débito. Los precios son medio-​altos, pero para ir de vez en cuando vale la pena, sin lugar a dudas.
Volveré para probar más exquisiteces.

A pesar de utilizar el take-​way, mi experiencia en La Crespo fue absolutamente genial!
Fui el sábado, bien entrado el mediodía y ambos locales estaban llenos de comensales disfrutando las ricas comidas que nos ofrece este bello lugar.
Llevamos hot pastrami y knishe de papas. El hot pastrami es la vedette absoluta del lugar. 200 gramos del más rico y gustoso pastrón, con una salsita de mostaza de dijon, que combinaba perfecto pero no invade, cebollas caramelizadas y unos ricos pepinitos para cortar.
Tal vez el tamaño no es grande, a comparación del precio ($ 120), pero te juro que no vas a tener hambre. Pedí los knishes porque temor a quedar con hambre y son bien bien grandes. El relleno es absolutamente delicioso.
Sin dudas volveré para probar las otras especialidades, me quedé con ganas del pollo con humus!

Cada vez que voy a La Crespo tengo una experiencia superior a la de la vez anterior.
Actualizo esta reseña únicamente para comentar que ahora La Crespo tiene muchas mesas más. En la esquina de Vera y Thames hay un nuevo salón que funciona de martes a domingo con muchas más mesas, la simpática ambientación de siempre y en donde se sirven los mismos platos de excelente calidad. El local «original» está abierto los fines de semana para comer allí y los días de la semana para take out.
¡Ah! No dejen de probar el Gefilte fish. Ideal para el verano.

Almuerzo de domingo en La Crespo. Nunca había ido, es más el plan era almorzar a cercano restaurante famoso armenio de la zona pero llegamos tarde y ya no tomaron nuestros nombres en la entrada. Asi que recordé que La Crespo estaba en mi lista de pendientes.
La atención es rapida y me parece que muy correcta.
Ahora, pedi la diva de la casa; el sandwich de hot pastrami. Fue una fiesta en mi boca!!! Realmente que linda experiencia es el comer cosas ricas y que llenan toda la boca de sabores. No sentí que la mostaza estuviera excesiva, adoré los pepinitos y ese pastrami! wow!!! es realmente una experiencia increible.
Me preguntaron mis compañeras de mesa que onda el pastrami? solo atiné a decir, deben probarlo: no se parece a nada que hayas comido antes.
Gracias La Crespo, te conocí y me pareciste estupenda y quiero seguir comiendo Hot Pastramis.

La crespo es el amor de mi vida. Es un lugar donde te sentís en casa, te tratan con mucho amor, la dueña está permanentemente en el local ya sea charlando con la gente, tomando pedidos o viendo que todos estén contentos y eso para mí marca la diferencia, sobre todo acostumbrada a la atención Palermo donde parece que los mozos te hacen un favor al acercarse a tu mesa. A pesar de estar un poco de moda no es un lugar pretencioso, el ambiente es muy agradable y hay turistas, parejas de viejitos, grupos de amigos y familias. Esa calidez se refleja en la comida que si bien es increíble y muy bien elaborada, es algo que podrías comer en lo de tu abuela judía si tuvieras una.
Qué decir que no hayan dicho de la comida, el hot pastrami te da ganas de abrazar a la dueña y ponerte a llorar, el strudel de manzana con crema fue el mas rico que comí, el relleno nada ácido y con el dulce justo, la canela no invadía todo, la masa crocante y la crema apenas batida, cada bocado es como cogerte al mas lindo de la fiesta. También probé goulash, latkes y knishes, todo mas que rico. Tengo que aclarar que suelo ir entre semana porque no me gusta el amontonamiento entonces no sé bien cómo será la atención los fines de semana, las veces que fui fue siempre correcta.

Hace mil que tenia ganas de ir xq mucha gente me lo habia recomendado, y ya que vivo en un barrio judio que mejor que probar su comida tradicional. Hasta donde sabia solo tenia un local que era bastante pequeño pero ahora abrieron uno en la esquina que es mas grande y entra muchisima mas gente, la decoracion me parece bastante basica nada del otro mundo con un poco de onda pero hasta ahi. Se que el plato estrella de este lugar es el hot pastrami, pero queria probar otra cosa asi que pedi milhojas de verduras con queso derretido, pero me dijieron q hoy no tenian milhojas con lo cual tuve q elegir otra opcion que fue un strudel de pollo con verduras riquisimo que venia con ensalada la cantidad justa, digo esto xq suelen poner mucha lechuga para q el plato se vea abundante y este no era el caso con lo cual me parecio bien
Claramente voy a volver a probar casi todos los platos xq se veian excelentes y por supuesto xq la comiea judia es muuuuy rica!

Ahora si con uno no alcanzaba pusieron dos en la misma cuadra!
Uno de los dos funciona como take away los fines de semana y feriados.
Podes hacer tu pedido por telefono y lo pasas a buscar.
Solo se abona en efectivo…
AMO el sandwich de pastrón y el strudel de manzana!!!

¡Muy rico hot pastrami! Generoso, sabroso, con un pan muy rico. Solo que a mi gusto un poco seco («¡El pavo está algo seco! ¡El pavo está algo seco!», perdón, tenía que hacerlo).
Pero yo diría de no quedarse en el sandwich estrella y más bien ir a lo otro. Los guisos son gloriosos, por lo que se puede probar y ver. No hablamos de cosas cocinadas a lo guaso sino preparadas caseramente con mucho tiempo y dedicación. La carne es buena, no es cualquier cacho sobrante.
El ambiente está muy bien, sin pretenciones. Quizá está un poco desnudo, todavía, el local. Podrían hacerlo un poco más cálido, literal y figurativamente: fuimos en invierno y no estaba tan cálido, aún en pullover.
En definitiva, buen morfi, linda propuesta, no hay que perderse la variedad y particularidad que tiene para ofrecer.

I’ve waited wayyy to long… and turns out I am still waiting! Place was ideal for anytime of day, buzzing and warm. The food smells wafting out of the kitchen were hard to resist, but I had just eaten and just got a coffee. Let me just say that while the coffee was fine that is NOT what you should be ordering. The pastrami sammie was piled pretty high and the vereneki (perogi) literally made me drool a little bit. My friend chose to munch on the spinach and ricotta strudel (so many savory strudels!) and it was flaky and flavorful. Basically I am still kicking myself for not allowing my eyes to be bigger than my stomach! Definitely the place to get your jew food fix!