Scalaguirre

Lugar ideal para juntarse con amigos, tomar unas cervezas y picar algo rico. Bien de barrio, los que atienden muy copados y el ambiente es super relajado.
Tiene varias mesitas afuera, y barra adentro. Tienen pocos platos, pero muy efectivos.
Salimos del trabajo y pedimos algunas cervezas, picada (empanaditas, fiambre, aros de cebolla, rabas, pickles, kanikama, unos shots de salsitas, salchichitas), papas con cheddar y panceta y dos sanguchitos de churrasquito. Hay muchas opciones vegetarianas!
Buenos precios! Tienen varias opciones también de plato del día y la promo de una grande de muzza y una Heineken por $ 140. Una ganga!
Recomiendo para juntadas informales!

Fui caminando por Scalabrini para comer algo rápido antes de ir a trabajar y me tope con este lugar donde antes había una hamburguesería (que por la facha nunca me invitó a entrar). Debo decir que lo primero que me llamó la atención son los precios, como mencionaron en la otra reseña, son bastantes accesibles para lo que es la zona. Me pedí una hamburguesa con papas y, si bien la hamburguesa casera era finita, el sandwich era bastante grande y para una persona está más que bien (y soy de buen comer eh). Apenas entré me atendieron y en unos minutos ya teníà la comida en la mesa. El lugar parece bastante limpio (por lo menos más que el local que estaba antes jaja) y la onda del lugar me gustó bastante (barras con banquetas), sobre todo por la música que pasaban (esto siempre suma puntos para mi). Pienso volver para probar el de pastrami (me tentó la reseña anterior) y otras cositas del menú. También tienen una lista de tragos. Hay que darle tiempo, vale la pena probarlo.

Ubicado en la esquina de Scalabrini y Aguirre, con un nombre poco original, se encuentra Scalaguirre. Llegué ahí por vagancia, estaba por la zona y no quería caminar demasiado buscando donde almorzar, y justo me lo crucé. Me costó un poco entender el nombre, la tipografía del cartel no es muy amigable. Se nota que es nuevito, creo que están hace pocos meses. Debe funcionar como bar pro las noches, porque tienen carta de tragos.
El lugar no es muy amplio, con unas tres o cuatro mesas comunitarias. Al parecer al mediodía es muy popular entre señores de la tercer edad, me sentí en un bar de barrio. Entré, pedí y pagué en la caja, pero si te sentás la camarera se acerca a tomarte el pedido. Al mediodía tienen menúes muy accesibles: algunos platos de pastas (45 – 50 $) y un menú de sanguche con guarnición y bebida (60 $). El sanguche puede ser de bondiola, lomito, pastrón o vegetariano. Me pedí un sanguche de pastrón con papas fritas; me preguntaron si lo prefería frío o caliente, muy antentos. En menos de 10 minutos me estaban sirviendo la comida.
El sanguche muy rico. No era el sanguche más grande de mi vida, pero no era para nada pequeño. Un tamaño suficiente como para almorzar. Además de pastrón tiene lechuga, tomate, cebolla y pepinitos en vinagre, todo en su justa medida. Las papas fritas estaban recién hechas, me las trajeron super caliente y como gorda ansiosa, me re quemé. Además me trajeron una salsita que no sé bien qué era, mayonesa con algo. Se lo unté a todo, estaba bien.
La verdad que es una opción super barata, vas a almorzar bien por poca plata. No sé si es un lugar al que uno iría premeditadamente a comer, pero si andás por ahí con necesidad de comida, es una opción rica y barata.