Marquee Session Bar

El Marquee me dio grandes noches de rock, amigos y cerveza, de esas que quedan en los oídos y en el corazón.
Sobre Scalabrini Ortiz, los viernes y los sábados seguramente después de las 22 veas a un grupo de gente charlando en la puerta y degustando de la alegría de compartir el placer de la música y el gusto por una u otra banda. Apenas adentrándote, vas a encontrarte con el área de bar, las mesitas que tantas charlas y chamuyos habrán escuchado, y al fondo, la barra. A medida que pasan las horas vas a notar que los muchachos de la barra se vuelven cada vez más simpáticos, hasta llegar a compartir la noche con vos, con sus anécdotas de años viendo pasar músicos, groupies, rockeros, no tanto, fanáticos y mucho más. Como digno espacio de rock, la cerveza y el fernet nunca faltan, y aunque a veces pueden salir un poco de la capacidad adquisitiva del público presente, es menester ahorrar unos pesos para hacer de la salida un bacanal. Mi crítica constructiva: NO MAS ISENBECK POR FAVOR.
Una vez atravesada la barra y disfrutado su refrescante placer, seguramente sigas caminando hacia el sonido de la batería, el bajo, las guitarras y ese loco cantarín que lleva adelante este atrapante canto de… todo menos sirenas. Ahí, grupos más o menos concurridos acompañan el agite de las tropas musicales con sus banderas rojas, negras y de lienzo blanco en el corazón. Con sus remeras, sus acompañamientos melódicos y sus bailes hipnóticos.
Cuidado! Las noches del Marquee tienen ese qué sé yo que te atrapa y no te deja salir. Y cuando no podés salir, viene la mejor parte pero la más peligrosa: donde aparecen las sonrisas venenosas, los brebajes explosivos y los resultados inesperados.
La noche puede terminar pero nunca termina. Cuando te quisiste acordar, otra vez estás ahí, en la puerta del antro histórico del rock, viendo pasar los espíritus de grandes y pequeñas bandas que dejaron alma, corazón y vida en ese escenario alto para enorgullecer a los primeros –y quizás a los últimos– que los vieron tocar.

He ido a ver taaantas bandas y nunca lo reseñe, bue en fin le bar es rock, lo bueno del bar es que las veces que fui conseguí lugar bastante fácil para estacionar, la birra aunque pocas marcas siempre fresca, el baño de mujeres bastante limpio para ser bar de rock o tuve la suerte de ir en fechas tranquilas !!!, le falta mas opciones de comida ya que las veces que fui tuve que o cenar antes o salir corriendo a comprar algo ya que adentro no hacen ni pizza ni hamburguesas, lo lindo del bar es que Pappo siempre te espera en la puerta dándote la bienvenida.

Hablamos del rock. Hablamos de under. Hablamos del Marquee. El lugar tiene todo lo que vas a buscar a este lugar: música de bandas en vivo. El resto es bien básico. Una barra pequeña donde podés comprar vasos de litro con cerveza, algunos tragos y nada más. Adelante hay mesas para tomar algo y un pasillo conecta con la parte trasera, donde las bandas se presentan. Lo que garpa mucho es el auto rojo a uno de los costados del salón. Leeeendo.
Visitalo si te gustan las bandas en vivo. Para bar hay opciones mejores.