El Gusto Es Nuestro

Salgo de la peluquería y en la esquina de enfrente está «El gusto es nuestro». Mi vieja había ido un par de veces y me dijo que estaba bueno. Desde afuera parece una cafetería típica de barrio, adentro está bien ambientado y tiene platos ricos para el almuerzo. Me pedí una wok de pollo tremenda! Me atendieron re bien y llego todo rapido. Volveré sin dudasss

El Gusto es Nuestro está ubicado en la esquina de Pacheco de Melo y Laprida. Linda zona y tranquila para tomar algo si el clima lo acompaña en las mesitas de la vereda de este lugar.
El nombre del lugar se lo pedí a la camarera porque no lo vi afuera, ni en la carta, ni en servilletas.
La carta es pequeña pero las suficientes opciones para desayunar bien o merendar. Hay desde cuadraditos dulces, brownies, medialunas, tortas, tostadas hasta frutas, yogurts, granolas.
Infusiones varias. Variedades de te, cafes, submarino, etc.
Lugar tranquilo, lindo, eso sí con poca luz si no está soleado. Como es todo ventanal, si está soleado hay mucha luz natural, sino es medio oscuro. Para el que va a leer un día nublado se le va a dificultar.
Buen servicio, atención y medialunas riquísimas. Volvería y recomendaría.

Aunque haya miles de cafés que a simple vista se destaquen más, ésta esquina de Barrio Norte tiene todo lo indispensable para que el gusto sea también nuestro, y no dudemos en volver. No necesita una fachada decorativa ostentosa ni una propuesta gastronomica original. Ponen en evidencia el trillado pero verdadero lema de que «menos es más», concentrándose en un servicio más reducido pero logrando el mejor resultado.
Este café está hecho de detalles, pero cada uno es tan bueno que en conjunto terminan elevando la experiencia por más minima que sea. Caigas a tomar un cortado al paso, vayas a desayunar o tomar el té, o a consumir una huevada y anclarte en la mesa usando el wifi, la atención es siempre amable y cordial. Nunca fui a almorzar, pero al menos la pastelería. La pastelería está a la vista sobre una mesa de la que podés elegir medialunas, scons, muffins, budines, brownies, todos deliciosos por igual y a precios razonables.
El ambiente es siempre muy tranquilo, principalmente gente mayor leyendo el diario, o concurrentes de la zona tomándose un descanso. Huele bien, es prolijo, y tiene tiene unas macetas amarillas adorables en las mesas de la vereda, a las que a media mañana les da el sol.

Tuve este café/​restaurante en la esquina de mi casa un par de años, así que lo visité en varias oportunidades. Es ideal para sentarse en las mesitas de la vereda a desayunar o almorzar algo. Siempre hay macetas con flores y los días de calor ponen sombrillas. Además hay wifi y ofrecen los diarios y revistas del día. El ambiente es de gente grande, muchas señoras conversando o parejas y hasta alguna que otra reunión de laburo. Pero siempre me sentí muy cómoda y bien atendida. Los mozos están en cada detalle. Los sándwiches se sirven todos en diferentes panes y las ensaladas son muy ricas. Pero a mi lo que me encanta son los scones. Los sirven tibios y son de los más ricos que probé. Está en una esquina muy luminosa y me resulta ideal para sentarme a leer. Hay una mesita con todas las cosas dulces del día y podés pedir lo que quieras que te lo envuelven para llevar ¡Imposible no tentarse!