Helena Resto Bar

Muy buen lugar en el corazón de palermo viejo.
Ambientación cálida, amplia y muy amena (se puede charlar tranqui sin tener que estar a los gritos)
Pedimos un jugo de naranaja y una limonada con jengibre, ambas bebedias muy ricas y frescas.
Para comer pancakes con dulce de leche y banana: ¡una bomba! Ideal para compartir.
Ampliamente recomendable el lugar

Para lo que es Palermo, Helena es un oasis gastronomico para el bolsillo.
Fui a merendar un dia de paso y comí el mejor mugcake sin harina de mi vida.
Debería ir muchas veces mas para seguir merendando pero es super recomendable.

Día del amigo. Antes, la salida clásica era ir a Unicenter, desde que uso Unilocal intento llevar a los paladares de mis amigas para que prueben opciones nuevas, y terminamos en Helena.
Un lugar tranquilito y que no llama mucho la atención. Justo lo que buscábamos para merendar entre cinco amigas! La verdad no íbamos con muchas pretensiones, la carta es un poco variada y trae por separados las opciones de merienda. (No son caras las opciones) el pan parece casero y es muy rico (eso que no soy fan del pan) y la opción Americano con huevos revueltos, panceta, jugo y café llena y es rico.
La decoración es esa que me encantaría tener en mi casa jajajajaja muebles antiguos, sillones etc.

I had a very good time and the service and food were excellent, personalized service and very chic place, clean, overall, very important when traveling or visiting other places. I plan to go back again when I visit Buenos Aires. Highly recommended.

Helena es lo sencillo para la propuesta que busques. Fui el primero de mayo porque paseando fue lo primero que vi abierto y me convenció con sus propuestas en las pizarras, de paso para experimentar conocer un lugar sin leer reseñas previas.
Para una merienda fugaz está bueno. La carta es amplia y original. La propuesta de jarra de litro de limonada está buena, aunque la sentí que tomaba de la limonada de terma (de la cual soy fan) con hojitas de menta. La pastelería está buena, hay desde lo más clásico a cosas más originales y propias. En las pizarras hay propuestas armadas muy buenas para quienes no están decididos con toda la oferta.
Mi única crítica es que las mesitas están muy juntas y al llenarse se genera barullo pero nada tremendo y que acepten únicamente efectivo. Fuera de eso, la decoración y coloración es digna para apreciar.

Helena pasa un poco desapercibido. Tiene todo para triunfar: buena locación, lindo nombre, sillas afuera, espacio amplio adentro, pero aún así le falta algo. Y te juro, no sé bien qué es. Tal vez sea un poco de identidad propia: la deco tiene diferentes estilos y el menú es bastante simple.
No es «EL» lugar para brunchear pero si está bueno para una merienda simple o tomar un café.
El gran plus son sus precios no-​palermitanos, a pesar de estar en el centro de Palermo.
La atención está bien. La moza que me atendió fue atenta, trajo los pedidos rapido, me ofreció agua para la perra y hasta nos hizo sugerencias.
Volvería, sin dudas, para tomar un café rapido y seguir haciendo cosas!

Me gustó mucho la estética del lugar pero no sé si voy a volver, nos atendieron rápido, el café estaba bien, la soda muy fría, las tostadas calentitas, poco ruido, lugar cómodo peeeeero… porciones de tostadas chicas, poquísimo dulce y queso en cada porción, sólo efectivo, mozas con poca onda, dip de frutas super pobre.
Para el precio, está bien pero creo que fui con demasiadas expectativas, error mío.

Fue a Helena a desayunar un domingo a la mañana. Es un bar pequeño y encantador, muy simple en su decoración y al parecer sin grandes pretensiones. El resultado me parece muy bien balanceado. Un lindo lugar para estar. La oferta de desayunos era también simple pero atractiva. Comí una supertost y quedé satisfecho. No recuerdo demasiada variedad de panes. No encontrarás bagels, english muffins u otras opciones más sofisticadas.
La WIFI funcionaba bastante bien. No creo convertirme en un asiduo, pero es muy probable que vuelva a Helena.
Cuidado con la mesa grande de la entrada, si se instala un grupo, se puede desintegrar toda la paz matinal. Mejor sentarse en la otra parte del salón para tener tranquilidad garantizada.

Sí, sí y remil sí. Lei varias malas criticas respecto de este lugar, no se base a qué si está muy bien. Es chiquitito, simple y nada del otro mundo, tiene un aire medio girly romantico y muy silencioso.
Recomiendo el capuccino con una torta de ricota que es la más rica que probé en años. Ademas los precios son de otro planeta: para merendar creo que alrededor de $ 150 y eso que mi papá pidió cerveza y café aparte y todo.
Si queres almorzar hay sandwiches y muchas ensaladas (Lo más increible de este bar es el pan, no te lo podes perder) También se puede pedir alguno de los platos del dia, que consisten la mayoria en sandwiches con papas + gaseosa y ninguno sale más de $ 90. Un golazo.
Nada de filas, ni gente gritando ni limonadas en frascos de aceitunas. Gracias San Helena.

Amo este lugar! Es reservado delicado y acogedor la carta es diversa y es ideal para despejarse en la merienda o un almuerzo liviano.
Siempre vengo con alguien o sola y me encanta porque aunque esta cerca de plaza serrano no está atiborrado de gente buscando locales «cools».

Un lugar como tantos de Palermo, pequeña carta, precios al limite … Yo pedí la hamburguesa casera estuvo muy bien aunque la guarnición de papas rústicas no estuvo buena … la pizza con cebollas glaseadas muy rica.

Lugar muy cálido. Una decoración en la que no se puede estar triste. Buena música en el volumen perfecto para no tener que gritar.
Hablando de la comida, ricos platos aunque no hay una gran variedad.
Pedimos una granola con yogurt y 2 sándwiches con pan de campo. Muy rico todo.
La atención también muy buena, el mozo muy atento. Lo recomiendo para desayunar o merendar.

Helena es falsamente simple en su aspecto. El local es pequeño y poco pretencioso, pero realmente la carta ofrece muchas opciones elaboradas que hacen de Helena una gran opción para la gente de palermo.
Hay ensaladas muy diversas. Una con maní y mango que funciona muy bien.
En la parte cafetería, las tostadas son muy caseras, tipo pan de campo. Muy ricas. Y la supertost que es una tostada gigante de campo con jamón queso y huevo poché (foto) es superior.
El café zafa, nada especial. Pero es un lindo lugar para almorzar o merendar tranquilamente.
Me gusta mucho el sillón al lado de la ventana. Podés sentarte a leer un libro mientas tomás el café y esas cosas cool.

Me encanta Helena. Hace un tiempo buscaba un lugar para juntarme con amigas y descubrí a este lindo resto bar. Eventualmente hice una pequeña serie de videos para mi blog y decidí grabarlos allí, hablé para reservar siempre una mesa y hacer allí las grabaciones.
Florencia, una de las dueñas de Helena me respondió enseguida y me dijo que no tenía ningún problema y cada vez que iba me hacía un descuento en la cuenta o nos obsequiaba cookies, siempre tenía un detalle que nos hacía volver siempre.
La atención es genial, siempre son amables y nunca te dejan esperando. El ambiente es muy tranquilo y la decoración es linda. La comida me gusta, tienen postres y bebidas deliciosas. En cuanto a lo salado, todavía no probé nada, siempre me tentó lo dulce cuando fui.
Los precios son moderados, lo recomiendo si buscan un lugar tranquilo para ir a charlar y tomar algo o si simplemente quieren ir a trabajar a un lugar donde se sientan bien.

Palermo ya no es lo que era.
Como una novia que dejó de quererte, fue cambiando y yo no me enteré.
Un día volves, y te das cuenta que ese Palermo que vos conocías, mutó.
A un me cuesta reformular la idea que yo tenia de ese barrio, pero ir descubriendo cosas buenas, es una tarea que encaro al menos, una vez por semana.
Es así, que por casualidad, siempre uno se va topando con nuevos lugares.
Ese, es el caso de HELENA.
Helena es un bar, tal vez, la oferta que hoy existe hace que uno ya no se sorprenda con ciertas características.
Comencemos.
Algo que no pasa siempre, es que quien te recibe o atiende, te sonrían.
Tampoco sucede siempre, entrar a un lugar, y que la música tenga un volumen amable, acorde con un viernes 9:30 a.m.
La decoración, es un poco retro, un poco rustica.
El local tiene dos grandes ventanales en donde podes ver la calle Nicaragua.
El lugar es super prolijo, tenes revistas, wifi.
La atención, es PALERMITANA, informal, atenta y descuidad por momentos.
Siempre pido lo mismo dije, tostadas con café con leche, y no falla. ($ 44)
Les dejo una foto para que juzguen por si mismos del combo desayuno en cuestión.
Siempre disfruto la visita a Helena.
Un lugar donde tienen en cuenta al cliente, con ese toque PALERMITANO que amamos.
Nicaragua 4816 — Palermo
Tel: 4833.0256

Descubrí Helena hace más o menos un año, un día que estaba apurada y buscaba café para llevar. No soy local, pero por distintos motivos paso mucho tiempo en Palermo, así que me prometí que iba a volver. Por suerte.
El espacio es amplio y tranquilo, el wifi funciona perfecto y es normal encontrar personas trabajando o estudiando. La decoración te hace sentir que estás en el living de la casa de tu abuela y, cuando llega la comida casera, finalmente lográs transportarte: tostados de pan de campo, pizzas integrales, ensaldas y una variedad de sandwiches desconcertante. Para acompañar correctamente, ofrecen una jarra de limonada con jengibre (o de garibaldi, si prefieren) a precio más que razonable.
Pero mi verdadera debilidad siempre está en el desayuno o merienda, y ahí lograron conquistarme en seguida cuando me trajeron el «tazón de café con leche»: ¡era más grande que mi cara! Probablemente, la pastelería sea su fuerte (se asoma del mostrador una torre de libros de Betty Crocker, de hecho), pero aplicada a cosas «más nuestras», como tortas de ricota, de coco y dulce de leche, de banana, brownies con helado y hasta chocotorta. Una verdadera gema de lo casero escondida entre lo importado de Palermo.