Hong Kong Style

Estoy acostumbrada a comer mucha comida china y por ahí no entra en mis lugares favoritos. Está bastante más enfocado en un público occidental.
Recomiendo ir con reserva.
Tardan bastante en traerte los platos aunque siempre te avisan que hay demora.
El lugar es chiquito pero lindo.

Nos asesoraron muy bien para pedir. comimos unos dumplings de cerdo y jengibre exquisitos, unos baos con bondiola laqueada alucinantes, unos langostinos salpimentados buenisimos y un cerdo agridulce muy correcto. Te traen todo a medida que va saliendo pero no esperamos
Mucho. No probamos postres
Los vinos arrancan caros, aunque hay alguno mas barato.
No es barato y es solo efectivo, cuidado.
Muy buena experiencia. Para volver de a varios y pedir mas cosas

Excelente opcion para ir a un lugar un poco mejor en el barrio chino.
La atencion fue buenisima. El chico que nos atendio nos explico todos los platos perfectamente e hizo sugerencias buenisimas.
Pedimos cerdo laqueado con pancitos al vapor que estaban increibles. Los langostinos fritos, especialidad de la casa, fueron el mejor plato. Muy ricos y nada pesados.
El resto de los platos muy bien tambien, pero esos se destacaron.
En resumen, buen ambiente (nada sofisticado pero correcto), excelente atencion y platos muy buenos con un poco mas de nivel que el resto de lugares en el barrio chino. El precio esta correcto.
Volveremos por el pato laqueado!!!

Pocas mesas para la cocina chica. Los platos los hacen en el momento. El postre de mouse de chocolate con azafrán una delicia.
El precio es razonable para los platos pedidos con mariscos. Lo mejor es el langostino frito.
Las sopas son muy sabrosas.
Se puede ir en grupos. Tengan en cuenta q los platos salen a medida que estan hechos. Hagan reserva y vayan temprano para no tener q esperar mucho.

La mejor atención que puede haber, es un negocio familiar y se preocupan por cada detalle. Ambiente relajado y cómodo. La comida también es sin duda la mejor en su categoría y está cocinada con muy poca grasa a diferencia del resto de los lugares de comida china. Los vinos también son muy buenos. Vale la pena pagar cada centavo en este lugar. Es ideal para ir con amigos y familia. Fui muchas veces ya y cada vez que voy pruebo platos nuevos y nunca me decepcionan: lomo a wasabi, los pinchos con salsa de maní, los langostinos con cualquiera de las salsas con los que los pueden preparar, el mero, el cerdo laqueado, los bocados al vapor, el arroz primavera, etc. Es CLAVE pedirle a los meseros que armen nuestro pedido de comida de acuerdo a nuestros gustos, ya que saben perfectamente cuales son los más sabrosos y sino la carta tiene mucha comida y es difícil elegir. Por otro lado, hay platos que hay que pedir por lo menos un día antes de ir ya que no están en la carta, como por ejemplo el pato.

Llegamos al lugar a eso de las 23hs (media hora antes de que cierre la cocina), y estaba muy tranquilo. Algunas mesas ocupadas, un ambiente relajado pero con buenas energías. Reconocí al dueño/​chef, que muy cálidamente hablaba con algunos de los comensales: eso siempre suma puntos. La carta tenia muchas opciones así que le pedimos orientación al mozo. Ya la tenia bastante clara y nos recomendó el mero acompañado con arroz mixto. El pedido se hizo desear, pero porque lo hacen todo en el momento. Veíamos los platos de las otras mesas y todo era súper tentador. Al llegar nuestro pedido no lo podíamos creer: un pescado entero con una gran presentación, que se deshacía en la boca y con una salsa agridulce perfecta. El arroz también estaba muy sabroso.
Quedamos súper satisfechos pero con muchas ganas de volver para seguir probando todas las demás opciones.
Sin dudas, una gran joya del barrio chino que hay que conocer!!!

Was expecting so much more. Had heard great things about this place. Was a bit disappointed it was just very ordinary Chinese food. The dumpling offered dim sum style at lunch were not a great variety and no vegetarian offerings. Soup was excellent but again, not all that exciting

Me gusta mucho este lugar, los platos no son tan grasosos ni adaptados al paladar porteño como el resto del barrio chino. Todo lo que he probado es rico, inclusive un plato rarísimo, que tiene una mezcla de varios platos, pero que en la presentación tiene forma de pescado.
La atención es muy agradable, lo único es que, como todo es muy fresco, tardan un poco en venir los platos.
Los precios son un poco altos, pero nada del otro mundo.

Fuimos cuatro personas un viernes a la noche no tuvimos que esperar mucho. La atención muy cordial. Es verdad que los platos tardan pero vale la pena porque todo es hecho en el momento. Pedimos dim sum de entrada y después langostinos fritos salpimentados (excelentes) arroz y cerdo agridulce. Todo muy bueno aunque un poco caro porque no viene en grandes cantidades (alrededor de $ 230 por persona)

Una grata sorpresa! Sinceramente no soy muy degustadora de la comida asiática, a menos de que hablemos de chaw-​fan, chaw-​mien y sus demás variantes. Pedí langostinos fritos salpimentados y me sorprendieron, no solo por su sabor intenso, sino también por el tamaño de ellos. Sin duda volveré a deleitarme con más platos o por qué no repetir los mismos.

Esta suerte de bodegón oriental en cuanto a su decoración, cumplió con su fama.
A decir verdad iba para conocer su tan mencionado pato laqueado, pero el anuncio de una hora de espera me desanimó porque estaba un poco cansado (martes a la noche) así que lo dejé para la próxima. El mozo nos dijo que podemos pedir por teléfono que lo vayan preparando para reducir la espera, bien ahí!
Pedimos los langostinos fritos salpimentados y el cerdo frito agridulce. Este último una exquisita combinación de dulce, salado y ácido. Viene con un salteado de verduras y ananá. Los langostinos muy grandes y bien acompañados.
Los mozos muy amables, te recomiendan y comentan los platos.
Para repetir, tendré mi pato-​revancha.

Fui con muchas expectativas. El lugar es agradable, prolijo y limpio. La atención es bastante buena. Riquísimos los dim sum, de camarón y bambú, de cerdo con cerdeo y jengibre. De los principales comí: curry de carne, curry de pollo (ambos con demasiado liquido), carne con salsa de ostra o el cerdo picante; todos con mucho aceite y desabridos. Me decepcionó mucho la comida.

Fui un Lunes y no había nadie cenando. La atención es maravillosa (siendo el único no podía ser de otra manera). Pedimos de entrada los pinchos de pollo y cerdo que vienen acompañados con una pasta de Mani. Muy buenos. Platos principales: chau mien de camarones (nada sobresaliente) y cerdo laqueado, riquísimo!
La sensación que me dio es la misma que había leído en otras reseñas, los platos son muy ricos pero no son abundantes ni mucho menos. Son bastante pequeños. Y además es mucho más caro que el resto de los restaurants del barrio. Gastamos 450 pesos sin vino ni postre.

Verdadera comida china. Ideal para el que busca algún sabor nuevo. Se nota que está manejado por los dueños. Walter, muy simpático y atento, se tomó el tiempo de explicarnos toda la carta y recomendarnos que elegir. Definitivamente vale la pena.

Dentro de las opciones del Barrio Chino, Hong Kong Style es para mi la mejor de todas. El lugar es simple, no se esperen la gran decoración, pero el ambiente es familiar, atendido por sus dueños y mucha amabilidad en la atención. Si no saben qué comer, ellos te recomiendan.
Fui varias veces con varias personas y lo ideal para mi es pedir varios platos o entradas e ir picando. Lo mejor: el cerdo laqueado. Tambien comimos: Xiao long bao que son como unas canastitas prepadas al vapor, espectaculares, tambien la opción de dimsum que son varias opciones de platos preparados al vapor, como para probar todo. Tambien pedir los langostinos. Cualquier arroz está preparado muy muy bien, todo es sabroso y hay salsas picantes para probar.
De lo mejor del barrio, recomiendo ampliamente para ir entre varios, no está lleno de gente y se puede charlar tranquilo. Los precios son entre medio y altos, pero la comida lo vale.

Es el lugar ideal para los que huimos de la locura de gente que es el Barrio Chino un domingo al mediodía. Estando a una cuadra de distancia, cambia por completo.
La decoración del salón no es ni parecida al típico lugar del barrio. Además desde el ingreso te das cuenta de la preocupación por la limpieza que hay (algo difícil de encontrar en la zona).
Del menú que decir, todos los platos son excelentes. Tienen un cuidado especial por el producto, todo es fresco (en la carta aclara la demora de los platos por estar hechos en el momento). Lo que no se puede dejar de probar: sopa agripicante, los dim sum, el pescado agridulce y el cerdo laqueado (el mejor que he probado lejos).
Sumado a eso, se esmeran mucho en el servicio. Está literalmente atendido por sus dueños. El padre es el chef del lugar (con lo cual uno se asegura la autenticidad de las recetas tradicionales), la madre es quien está en la caja y los hijos atienden las mesas junto con otros camareros.
Sin dudas es un lugar que no falla.

El barrio chino tiene varias opciones de restaurantes para cenar, pero dicen los que saben que el que se lleva el puesto número uno es Hong Kong Style. Por ello, fui a visitarlo
El lugar es limpio, agradable y lindo, sin pretenciones. No tiene la típica y aburrida decoración china con lámparas rojas colgando o gatitos que te mueven la pata. Las mesas son espaciadas y grandes y tienen la ventaja de ser giratorias, para que puedas probar todos los platos si son demasiados los que están en la mesa.
Lo que mejor saben hacer, y como su nombre lo indica, es la comida de Hong Kong, la cual presenta algunas variaciones de lo que acá conocemos como comida china. Igual, los platos más pedidos en el barrio los tienen.
De entrada, lo mejor son los dim sum, que es como si fuese la versión china de las tapas españolas, por crear una imágen. Ofrecen muuuchas cositas que traen cocinadas al vapor, unas empanaditas un poco raras, pechito de cerdo, unas salsas picantes. Muy bueno. Y después probé una sopa de fideos chinos que merece un mención especial. Espectacular. La traen en una sopera inemnsa con un cucharón también inmenso.
El mozo es un chico muy amable que se tomó todo el tiempo del mundo en explicarme los mil platos que le pedí que me explicara, sabe todo con lujo de detalles y te cuenta cómo es la comida de Hong Kong para que el cliente se informe sobre qué es lo que está por ingerir. Buenismo