Sorprendentemente, muy bueno. La verdad, entramos sin mucha fe, ubicado en el barrio chino, y con tanta oferta dando vueltas. Muy rica comida, el lugar con una decoración acorde y buenos precios. La carne a la plancha, es espectacular, y las empanaditas no eran grasosas. Altamente recomendable.
Faver C.
Rating des Ortes: 4 Buenos Aires, Argentina
Local medio escondido, que si pasas y mirás así nomás pensas que es una galería o algo así. Pero no, es un local de comida china bastante bien puesto, con un salón amplio. La carta a pesar de todo es bastante estándar, no se ve nada que salga de lo que uno espera en otros restaurantes chinos. Con precios razonables, uno piensa que son de tamaño estandar no? Error! Las porciones son MUY abundantes. Este local no es uno a visitar para picar. Si pedis chow mein, tenes chow mein para el almuerzo y la cena(?). Y obviamente, la comida es muy rica. Me dejó más que conforme, aunque al salir haya sido medio arrastrándome. Como negativo, la atención era un poco lenta, pero no vamos a criticar mucho porque a la hora que caímos claramente estaban por cerrar y nos atendieron igual.
Dolores C.
Rating des Ortes: 4 Buenos Aires, Argentina
Panda China es uno de los restaurantes que mas me gustan en el barrio chino. Lo loco es que nunca hay demasiada gente. Salvo que vayas un domingo al mediodia que explota. Pero no se dejen engañar por el local vacio!!! La comida es deliciosa, los precios estan bien y la atencion es buena para un restaurante de este nivel. Recomiendo las tirillas de cerdo con pan al vapor!
Santiago M.
Rating des Ortes: 3 Buenos Aires, Argentina
Le pongo 3 estrellas porque soy bueno e intentaré basarme en la comida. Explico con más detalle. Estaba caminando por el barrio chino con ganas de algo rico y vi Panda China. Me llamó la atención el nombre y noté algo que siempre es bueno. Estaba lleno de comensales chinos. Cuándo es así el caso, suele no ser«argentinizada» la comida. Entré, nos acomodaron enseguida. Nos trajeron el menú lleno de opciones sabrosas pero se veían algo tradicionales. Mientras esperábamos que alguien venga a tomarnos el pedido(unos 15 minutos) noté que todas las mesas con comensales chinos tenían otro servicio y tipo de comida servida. A los 15 minutos viene alguien a pedirnos cambiar de mesa porque necesitaban unir esa de dos a una de cuatro para armar una de seis. Nos cambiamos sin problemas. Nos sentaron en una nueva al fondo. Pasaron 15 minutos hasta que tuve que llamar a alguien para que nos atiendan nuevamente. Pensé que por hacerles ese favor nos iban a dar algo de bola, pero no. Pregunto por la comida, y los menúes chinos de la gente que comía ahí era solo para la comunidad. Era un menú como todo lo que puedas comer. Se sentaban y traían bocha de platos distintos con muchas cosas típicas, iban comiendo y seguían trayendo. En el nuestro había lo típico. Pedí una tablita de cerdo salteado con panqueques para armar tipo tacos. Estaba rico. La persona que estaba conmigo pidió unos fideos con carne salteados. MI comida llegó a los 20 minutos de pedirla. La de ella la tuvimos que reclamar 4 veces en 20 minutos más hasta que llegó. La mía para ese entonces ya estaba fría. Después queríamos pedir palitos chinos para comer(a los argentinos les dan tenedores) pero ninguna moza nos miraba, o paraba a escucharnos cuando las llamábamos. La comida rica y abundante. El plato de fideos era literalmente para tres personas. La atención PÉSIMA. Si no sos chino, no te dan pelota.
Luciana D.
Rating des Ortes: 4 Buenos Aires, Argentina
Caminando por Mendoza de Libertador hacia la vía hay un oso panda que flota a seis metros del suelo. Podría estar sostenido por el vapor de las comidas y ese olor a algas y puerto raro que envuelve todo el barrio chino, pero no: es el cartel de PANDA, un lugarcito de pinchos y comidas al paso que, con dos banquitos de madera en la vereda es una muy buen opción para el almuerzo laboral o para un antojo a la tarde. Las fotos encima del mostrador a la calle muestran la oferta de comidas: tempura, pinchos de calamar, pasta de arroz, alas de pollo, brochette de hongos. Todo suena medio raro, pero es rico. La idea es sentarse, pedir un té rojo o verde o alguno de los jugos de sabores indescifrables que se enfrían en la heladera(también hay Coca o Seven Up, tampoco hay que ser tan jugado en todo), mojar el pincho en salsa de soja y relajar un rato. Recomendable el tempura de shitake y el te de maracuyá. Un dato: al lado venden los famosos Melona, esos helados coreanos que nadie sabe de qué cosa están hechos y por qué cuernos no se derriten aunque en la calle hagan 52 grados de térmica pero que de tan ricos son adictivos.