La Bodega de Bórbore

La Bodega de Bórbore es, más que una vinoteca, un multiespacio. Pero empecemos por la vinoteca: la conduce Carlos Bórbore y su familia (su mujer y sus 5 hijas). Está emplazada en el barrio de Devoto, en una casona de 1915 que incluye (por supuesto) un techo estilo inglés de chapa sobre un lindísimo patio. Pero no es sólo eso.
Por fuera parece una vinoteca común, pero cuando entrás se abre todo un mundo. Los vinos están separados en distintas habitaciones por región y más adentro y hacia la izquierda se pueden encontrar vodkas, whiskys y otras bebidas. La variedad de etiquetas es abrumadora, hay desde pequeñas producciones, hasta partidas limitadas y vinos inéditos o de autor. Como la bodega ya tiene sus años, es posible también encontrar varias añadas del mismo vino, aptas para la cata vertical. Venden también damajuanas, productos cuyanos (membrillo, frutas secas, etc) y artículos relacionados con el vino. Hasta aquí la parte de la vinoteca.
Lo más jugoso son los encuentros de cata que organizan casi todas las semanas. Algunos son con cena incluída, en un enorme quincho que está después del patio. Y después de ese quincho aparece un increíble fondo con plantas y flores, donde resaltan vides de cada tipo de uva (malbec, merlot, cabernet sauvignon, etc). De este modo, los encuentros de cata en primavera y verano son ideales para beber en el jardín. Todo el lugar es precioso, pero el jardín del fondo (de más de 15 m de largo) es inverosímil.
El anfitrión todo terreno es el mismísimo Carlos Bórbore y su esposa, ya sea a la hora de comprar en la vinoteca o al concurrir a una cata: guían, aconsejan, sugieren… el trato es genial, como si ya te conociera. Se nota que disfrutan lo que hacen.
Fui varias veces (a catas, a cenas y a comprar a la vinoteca) y es siempre un placer.
Lo recomiendo infinito punto rojo.