La Pulpería del Cotorro

Siempre que estoy los mediodías por la zona de Parque Patricios trato de ir a clavar una minuta en la pulpería. En estos casos no es necesario reservar. Me gusta mucho la ambientación kitsch, y sobre todo, la música, que aunque es extraña, tienen el tino de no ponerla muy alta. Los carteles chistosos y la carta con anotaciones completan la ambientación cómico-​surrealista. La comida incluye versiones clásicas y no tanto de las minutas porteñas. La estrella para mí son las milanesas, que salen finitas, sequitas y súper tiernas, exceden los bordes del plato y vienen con distintos «toppings», como dije, los tradicionales y algunos no tanto. Se puede pedir un pinguino de vino o diferentes combinaciones de aperitivos, o gaseosas en botella grande. Muy barato para la buena calidad de la comida. Para pasar un rato agradable.

Un Sabado al mediodía tenia ganas de almorzar en un lugar distinto. Me vino a la mente un sitio que me había mencionado alguna vez una amiga y que hace tiempo quería conocer: La pulpería del cotorro. Ya el nombre era diferente, asi que fui al barrio porteño de Parque Patricios a ver de que se trataba.
Me encontré con un neo bodegón bien de barrio, increíblemente acondicionado y decorado con objetos vintage (principalmente muñecos y botellas). Atendido por sus jóvenes y organizados dueños, tranquilo, ordenado, limpio, con música muy agradable y un mostrador que no deja de sorprender, el lugar es verdaderamente atrapante.
Luego de chusmear la particular carta con precios económicos y llena de toques de humor, y de desoír las sugerencias de milanesas o pastas de la mesera, me decidí por el «Nido del Cotorro». Con una presentación muy llamativa en una cazuela de barro, el plato realmente deja satisfecho a cualquiera pero no sobresale por el sabor de sus ingredientes. A pesar de ello, sin lugar a dudas volveré pronto para probar las sugerencias o el plato del dia.
A tener en cuenta: con excepción de los días viernes y sábado, el lugar abre únicamente de 9 a 16hs. Acepta solo efectivo.

Conocí la Pulpería del Cotorro gracias a las creativas frases que escriben todos los santos días en el pizarrón que tiene sobre la vereda del local. Se hicieron muy populares en redes sociales gracias a esta acción y ya tienen más de 20.000 seguidores, que esperan deleitarse con sus ingeniosas expresiones día tras día.
La decoración de este lugar es realmente de película, hay distintos tipos de objetos que cuelgan de las paredes y crean un ambiente único cargado de personalidad.
Es que si algo no le falta a este lugar es eso, carácter propio. Hasta el nombre de sus platos tienen una gran inventiva, algunos ejemplos que te podes encontrar son la famosa Napolitanga, la popular milanga en su versión napolitana, Nido de Cotorro, entre otros singulares platos que abundan en su menú.
Las porciones suelen ser abundantes y para compartir, por las dudas les aconsejo consultarle a alguno de los mozos antes de elegir. Además seguramente les hagan alguna sugerencia de la cual no se van arrepentir.
Y por si todo esto fuera poco, los precios son bastante razonables y accesibles. Así que ya no se que más decirles para que salgan corriendo a visitar este increíble bodegón porteño.

Localizada en pleno barrio de Parque Patricios, La Pulpería del Cotorro ofrece comida de excelente calidad casera.
Lo mejor de este lugar es ir de día ya que se puede ver el pastito del parque y comer afuera. Eso sí, hay que reservar sí o sí porque el lugar es muy frecuentado así que es muy probable que te quedes sin lugar o tengas que reservar para poder comer allí.
Lo mejor de la casa son las pastas. Hay ravioles excelentes. Súper recomiendo ese plato. O noquis con salsa fileto bien livianitos. Ideal para un día más fresquito.
Además por persona no se gasta más que $ 100 pesos, lo que hoy por hoy está muy bien para almorzar afuera en un lugar tradicional como este.