Las Cortaderas

No pense que estuviese abierto el domingo 1° mayo!!! Agradable bienvenida con una copa de campari. Atencion muy buena. Me sorprendio la carta de lo abundante que es!!!
Pedi «entraña a la polaca»!!! plato abundante. mbien presentada. Precios razonables… Espero volver pronto.

Lindo restaurante de comida estilo casera, regional… hacen panes caseros muy muy ricos!
El lugar es cálido, con mucha madera, la luz es bastante tenue.
Ideal para ir en familia, en pareja o con amigos.
Las pastas son muy ricas!
Voy a este lugar por comodidad ya que esta muy cerca de casa. si no no se si iría…
Ojo, no es malo… pero le falta. Sobre todo en la atención.

Fui un sábado por la tarde y estaba prácticamente vacío. Lo único que tenían era cafetería y variedad de tés, y dos presentaciones de pastelería, entre ellos un brownie que era pasable. Pésima ambientación, estaba muy mal iluminado, lo cual es crucial. Me llevé una desilusión porque el local de Florida tiene unas de las tortas más ricas de Buenos Aires.

Pocos lugares llegan a llenar mi espíritu tanto como llenan mi panza, Las Cortaderas, ubicado en el barrio de Palermo y a pocas cuadras de la estación del subte Scalabrini Ortiz (línea d), le hizo un cariño a mi alma con sus exquisitos panes! Los amé… pedí para llevar pan de aceitunas, pan de campo y medias lunas.
El pan de aceitunas, aireado, con humedad perfecta, aceitoso y con un toping de aceitunas negras indescriptiblemente perfecto. El pan de campo te transporta a otras eras y a otras latitudes y Las medias lunas, dulces, con sabor a leche, ni tan secas ni tan húmedas… de las mejores.
El lugar super acogedor aunque un poco oscuro para mi gusto, la caja esta al fondo y es algo incómodo pedir las exquisiteces para llevar, en caso de que no gustes quedarte a disfrutarlas en el sitio. Tienen mesas afuera para esos días bonitos. Había gente de todas las edades, así que vengas con tus padres o con tus amigas de la infancia acá pasarán un rato agradable.
Volvería? Las veces que sean necesarias para comprar pan!

Nunca me senté a comer en Las Cortaderas pero lo voy a reseñar por el valor que le da al barrio con otra función que me parece tan legítima como su principal: la de panadería.
Si tenés la suerte de pasar por Las Cortaderas en algún momento en que hayan hecho algo en el horno, no pierdas la oportunidad de llevarte algo.
En particular, no sabés lo que es la delicia hasta que no probaste el pan de aceitunas de este lugar. Son los 27 pesos (septiembre de 2015) que mejor vas a gastar en tu jodido fin de semana. Y si pasás por una de las fiambrerías aledañas (Aráoz y Charcas, por ejemplo), combinalo con un queso azul artesanal para alcanzar el cielo.
Las Cortaderas hace el tipo de pan que me gusta: migudo y denso, sin una costra demasiado quebradiza, sino más bien húmeda. Por eso tiene un pan de campo delicioso, comme il faut. Por si no queda claro: cuando te agarren ganas de pan de campo, aguantate hasta el sábado y compralo acá. La pegás o la pegás.
La baguette es una baguette sui generis dentro de la misma línea miguda y blanda del pan de campo, que para hacer sandwiches es gloriosa. Must-​try also.
Es difícil competir con la cercanía de varios pesos pesados de la medialunería (?) como Lucio o Café del Botánico, pero las de Las Cortaderas son muy dignas. También vale la pena probar.
La desventaja es que todo esto solo está disponible los sábados, y que solo producen por la mañana. Los domingos a la mañana no suelen abrir. Si me equivoco y durante la semana también ofrecen pan, cosa que no puedo ver porque generalmente estoy trabajando, no tengo drama en rectificarme.
Como no es una panadería y todos estos productos son un plus, no creo que se merezca una estrellita menos, así que se lleva las full five. Las Cortaderas hace unos panificados exquisitos a un precio muy bueno. Fin del asunto.

El lugar es muy agradable, con buena música y silencioso (fuimos un día de semana a cenar). La bienvenida es genial con una panera de pancitos saborizado, un queso y un chupito de campari. La atención es rápida y más que amable. Pedimos risoto, mollejas con salsa de verdeo (imperdible) y entraña a la polaca (exquisito). Los platos son muy abundantes y no nos pareció caro en relación a la calidad (aproximadamente 170 pesos cada plato), algunos son verdaderamente para compartir. Tomamos un vino y cerveza, que estaba fría y sin embargo te traen vasos fríos y un recipiente con hielo para mantener la botella fría. Los postres exquisitos. Muy recomendable!

El ambiente es medio tranqui. La comida muy rica. Barato! La carta variada! z La verdad vale la pena visitarlo.

Better than most restaurants in the area, portions are fairly big, salads pretty good. Pulpo was very good. Friendly service and English menus si quierres:)

Las Cortaderas es una buena opción alejada del circuito más clásico de Palermo, con una carta de precios que se destaca por tener una relación de calidad con su precio. No es barato, pero sus platos valen lo que uno paga por ellos. La atención es regular para arriba, dependiendo de quién te toque. Una vez fui con un descuento que figuraba en su página web y no lo aceptaron porque la promoción había terminado, cuando en el sitio no figuraba una fecha de expiración

Muy buena opción en el barrio.
Las cortaderas para mi era el clásico de las media lunas en villa gesell, pero resulta que mucho mas que eso.
Están en Palermo hace 18 años y se nota que tienen clientela habitué.
El lugar es bastante grande, dividido en tres sectores y con una luz muy cálida. Una decoración hogareña y sencilla que funciona.
La carta es súper amplia. Platos vegetarianos, pastas, carnes, pescados, woks y los típicos de restaurant tipo rissoto, mollejas al verdeo y etcs.
Te dan una bienvenida con un pequeño comparo y una panera buenísima con un queso crema. La bienvenida es un diez así que justifica (ponele) los 19 pesos del servicio de mesa.
Comimos mollejas al verdeo y un plato con berenjenas, tomates y queso riquísimas las dos cosas. La salsa de tomates de las berenjenas era realmente espectacular. Gusto a Italia, dijo mi madre uña tenía razón.
De postre tienen muy buenas opciones también y tanto la copa cortaderas como la torta de manzana con helado estaban buenísimos.
Porciones bien abundantes y atención suuuper amable. Como leí en un comentario casi confianzuda. Como sea, fue rápida y amable así que muy bien ahí.
Los precios un poco elevados, gastamos 250 pesos por persona y tomamos coca. Tienen una tarjeta de beneficios que te entregan con la cuenta con la que accedes al 20% de descuento. Raro, pero bien.
Abren todos los días por la noche y los fines de semana durante el día también. A los fanáticos de estas medialunas les cuento que los fines de semana a partir de las 12 las pueden ir a buscar.

Le pongo 4 estrellas más que nada porque me saca de apuros siempre que necesito un lugar donde trabajar. La conexión a internet es buena, el ambiente es cálido y generalmente es calmado y sin mucho ruido, salvo la hora del almuerzo, pero solo un poco.
Otro punto a favor es que tienen opciones vegetarianas y veganas.
El café es regular pero mi vara en esa área está muy alta y habiendo tanto café horrible en el barrio, este se puede decir no es de los peores.
La comida no está mal pero nada del otro mundo y en verano es lindo sentarse afuera al final de la tarde y aprovechar la promos de cerveza.

Fuimos a merendar el sábado con una merienda que nos ganamos respondiendo una encuesta.
La merienda estaba armada, así que no vi el menú ni los precios, pero el costo del regalo era de $ 250 aprox. Calculen.
Consistía en: 2 tazones de café con leche (enormes), 2 jugos de naranjas (exprimido, riquísimo), 1 sándwich de jamón y queso grande (en pan casero, muy muy rico), una panera con panes caseros y tostadas (de pan casero, el paraíso), mermelada y manteca, 1 cazuelita de huevos revueltos, y un cuadrado de browines.
La calidad de todos los productos era buenísima, y el pan (sí, sigo hablando del pan) era lo más de lo más.
El trato de la moza que nos tocó, merece otro diez.
Me dio la impresión de que es un lugar más bien nocturno (de hecho, tiene mucha más onda taberna que lugar de meriendas), así que volveremos a por una cerveza y después les cuento: D

Fuimos para tomar la merienda, teníamos un voucher de Valija Chica… El mismo incluía dos tazas grandes de café con leche, huevos revueltos, tostadas con manteca y dulce de frutilla, un chegusan grande de jamon y queso caliente, pan casero con aceitunas, dos medialunas, una porción de brownie y dos copas de jugo de naranja exprimido… La verdad que todo, pero tooodo estaba muy muy rico… Tal es así que los panes que sobraron los pedimos para llevar, jojojo…
El lugar es estilo taberna muy ameno, y la atención fue excelente…
Del precio no puedo hablar porque no vimos la lista, pero la calidad de lo servido es intachable… muy recomendable…

Para variar este año elegi las cortaderas para cenar con mi familia en mi cumple. Es un lindo lugar con varias mesas, con más espacio en la parte de arriba y con buena atención.
Hicimos reservacion para cinco pero la mesa era de cuatro y una silla en el pasillo algo incómoda porque los mozos debían pasar constantemente por allí.
La comida es muy rica, tiene un menú muy amplio y de entre todos los que estábamos pedimos desde pastas, risotos con calamares hasta cazuela de lomo y a todos nos encantó nuestro plato.
La atención es buena, quizás algo confianzuda pero atentos y cordiales.
Buena opción para una cena con gente de gustos distinto, rica y con precios accesibles.

Salimos con un amigo con la idea de ir a una parrilla. Como es habitual, abrí Unilocal y puse «parrilla» en el buscador. Entre las opciones estaba Las Cortaderas. Figuraba como un lugar económico donde se comía bastante bien aunque con poca variedad. Los comentarios nos parecieron convincentes así que fuimos. Además el resto de los lugares estaban bastante llenos.
Lo primero que voy a aclarar es que si alguna vez fue parrilla, Las Cortaderas ya no lo es más. Es un restó común, con una buena variedad de platos, peor en ninguna de las opciones figura Parrilla.
Lo segundo, es que no es económico, yo diría que moderado. Los platos en general arriba de los $ 100 cada uno y hasta $ 200.
Lo único menos de $ 100 fueron las rabas que pedimos de entrada.
El lugar es muy lindo, te atienden medianamente rápido y si es cierto que te reciben con una rica panera y un chupito de Campari. Los platos son abundantes, así que si comen poco podrían pensar en compartir. Yo no pude terminar mi plato y en general soy de buen comer, los platos son abundantes en serio.
El ambiente es lindo, informal. Adentro había boxes bastante íntimos. Me parece genial para salir con la pareja o con una pareja amiga pero no mas de 4. La comida fue rica, no la locura, pero aceptable. Un dato más, cobran cubierto, $ 18 por persona al menos hasta anoche.

Seguramente todos han reseñas sobre cenas… en mi caso fui a merendar
Las tazas de café con leche son enooormes, los paninis riquisimos y el crumble de manzanas dios!
Hay varias promociones tanto para uno como para dos personas.
La moza medio agria pero bueee…

Salía de la peluquería con una amiga y decidimos ir a almorzar, eran cerca de las 15 pero ambas queríamos comida comida, nada de cositas para engañar el estómago o cosas así. Empecé a mirar en Unilocal y encontré cerca este lugar con excelentes recomendaciones y decidimos acercarnos a probar.
Nos sentamos en una mesa afuera y si bien no había nadie más la moza vino enseguida con las cartas y nos recomendó algunas cosas. Una vez que nos tomó los pedidos se volvió a acercar y nos trajo una panera, la reina de las paneras, super fantástica con panes caseros rellenos de aceitunas, de cebolla y una crema ácida que era la gloria. La verdad un diez, nos tentamos las dos y comimos de más.
La comida llegó rápido, las porciones enormes y muy rico todo, super sabroso y onda casera. La presentación es sencilla, nada muy glamoroso pero buena, prolija.
Pagamos cerca de doscientos pesos cada una, me pareció lógico dado la abundancia de la comida.
No puedo decir demasiado del lugar por dentro, vi que es bastante amplio y fresco, un montón de mesas y me enteré que tiene una terraza para tomar algo más a la nochecita.
Seguramente vuelva, me encantó.

El lugar es muy acogedor, luces bajas y mesas de madera. Servilletas de tela.
Nos trajeron una panera con un quesito blanco condimentado. Había un pan de aceitunas muy bueno. Y un vasito de Campari.
Llegué allí porque busqué parrilla en Unilocal pero realmente no creo que se destaque por eso. No hay demasiadas opciones de carne a la parrilla en la carta.
Quizás fue mala suerte pero dio la casualidad que había dos o tres mesas numerosas y se sentía incomodamente ruidoso! Al puntos no poder escuchar lo que me decían del otro lado de la mesa.
La comida tardó bastante en llegar. Valió la pena. Muy rico y bien presentado.
Ya estaba casi satisfecha porque me comí todo el pan en la espera! Jaja. Así que lo que sobró pedí que me lo envuelvan para llevar y muy amablemente así lo hicieron.
Los precios son un poco altos.
La atención es muy buena (pedí que cerraran la puerta porque entraba olor a cigarrillo desde las mesas de la calle y se esforzaron en mantenerla cerrada).
Pagamos con tarjeta.
La cuenta la trajo la dueña y se quedó charlando un ratito con nosotros! :)

El mejor restaurant del barrio y del alrededores. Siempre sostiene la calidad de la cocina, la atención y el ambiente. Nunca te decepciona en cada visita y los precios están muy acordes a su calidad. Tiene música jazz en vivo y descuentos en algunos días de la semana. Altamente recomendable,

Llegamos a Las Cortaderas con hambre, pero por suerte nos recibieron con un chupito de campari y naranja y una panera deliciosa: venía con pancitos caseros bien tiernos, uno con una salsa de aceitunas negras, otro con tomates disecados. Todos espectaculares y con una salsita muy buena.
Pedimos una Heineken de litro que estaba a sólo $ 50 y llegó enseguida en un balde con hielo bien helada. Genial. Para comer, un risotto con camarones y verduras, y una cazuela de lomo. Para ser sinceros, el risotto estaba riquísimo pero no era risotto, sino más bien arroz con cosas (para ser risotto le faltaba textura mantecosa-​quesosa, de hecho el queso te lo traían aparte). La cazuela de lomo con verduras estaba perfectamente especiada, aunque la carne podría haber estado un poco más tiernita. Todos estos comentarios sobre la comida, igual, cobran valor si nos ponemos en exigentes. La realidad es que fue un almuerzo muy rico.
La atención genial: rápida, atenta, muy amable. La ambientación muy cálida, clásica-​tradicional con toques modernos. Madera, lámparas viejas, un espejo con marco antiguo, sifones de colores.
Aceptan tarjeta y está abierto lunes y feriados.

Cada vez que voy a este lugar me pongo un poco nostálgica porque me acuerdo de Villa Gesell, donde conocí Las Cortaderas. Ya sea en una tarde lluviosa en la playa o una merienda en la ciudad, siempre vale la pena pasar por acá a comer.
Tienen platos salados y dulces, los primeros son geniales para los días de frío porque suelen ser bastante calóricos. La última vez que fui era invierno, comí gulash y de postre tarta de manzana. Salí llena y muy feliz.
El ambiente del lugar es muy cálido, la decoración recrea espacios hogareños y la verdad que uno se siente, tanto por el lugar como por la comida, como si estuviera comiendo en la casa de alguien (que cocina muy bien).
No está en el Palermo más conocido, pero es muy fácil llegar porque está a cuadras de Santa Fe.