Lecol

Fui a este local hace un montón, me lo habían recomendado y pasé antes de irme de viaje, así me compraba un traje de baño para ir a la playa. Nada del otro mundo, un modelo sencillo, pero bonito, de dos piezas, negro. El precio fue muy accesible y me atendieron bien.
A principios de 2013, me fijé en su sitio web y vi que tienen trajes de baño geniales que no estaban en el local cuando fui, así que decidí ir con una amiga para preguntar por esos modelos.
Cuando llegamos, nos dijeron que esos modelos no los tienen, pero que los pueden hacer a medida, así que preguntamos por ese servicio y nos dijeron que la señora que toma las medidas no estaba, pero que podíamos volver en la semana. Tampoco nos podían dar un precio estimado porque eso lo tenía que decir la misma señora.
Llamé en la semana y pedí un turno para que nos tomen las medidas el sábado a las 11:00. Llegamos a las 10:50 y la señora no estaba, pero nos dijeron que había salido unos minutos y volvía, como era temprano, esperamos y mientras tanto, miramos un poco.
Se hicieron las 11:10 y ellos intentaron llamar a la señora, para hacer tiempo, nos hicieron probarnos otros modelos similares, así veían si usaban el molde de alguna de esas tallas para el modelo que nos gustaba.
A las 11:30 nos hicieron bajar y elegir las telas que nos gustaban, finalmente subimos casi a las 12:00 y la señora ya había confirmado que no iba a «volver».
Quedaron en llamarnos para ver cuándo podíamos volver y tomarnos las medidas. Yo aclaré que hice la cita con tiempo para que lleguen a hacerlo antes de irme de viaje.
Una semana después, la llamaron a mi amiga solamente y le dijeron que el modelo que ella quería, salía más o menos 1200 pesos, que «considere que eso es más o menos lo que sale un par de botas» (a inicios de 2013 ese no era el precio de unas botas), que «se lo puede gastar en cualquier cosa». Además, le dijeron que tenía que considerar que iban a «hacer un molde exclusivo para ella, según sus medidas» (cuando en el local nos hicieron probar tallas para elegir un molde ya hecho).
Con ese servicio poco efectivo, incompleto e improvisado, ni nos dieron ganas de volver. A mí ni me llamaron, y si lo hubieran hecho, habría sido sin sentido, ya que faltaban solo unos días para mi viaje, así que me olvidé del tema y decidí no volver a esta tienda.

Este local de mallas y ropa deportiva tiene la particularidad de tener todo tipo de talles y modelos y poder combinarlos.
Lo que tiene también es que si te probás una malla y hay que ajustarle breteles o cierre, lo hacen ellos mismos ahí en el local.
Los corpiños que tienen son super cómodos y la variedad de talles es amplísima, así que es muy raro que vayas y no encuentres algo que te guste.
Trabajan tanto lisos como estampados. También tienen ropa femenina, pero en menor cantidad. Y siempre tienen un perchero de saldos que conviene revolver, aunque los precios son muy accesibles y sus mallas salen la mitad de lo que salen en cualquier otro local.