Merci... eat shop

Si vas de paso, y no tienes otra mejor opción entra a este lugar. La verdad es pura apariencia. Los desayunos son pasables, pero hasta ahí, nada del otro mundo como para querer volver o recomendarlo demasiado. La atención no es mala, pero tampoco la mejor. Lo peor de todo: Los baños, sucios y sin papel, nada deseable. No es algo que esperarías de ningún establecimiento público, y menos de uno que esté ubicado en este sector. No doy malas reseñas a los lugares a menos que de verdad lo ameriten, así que es mejor dirigirse al Café Martinez que está justo al frente si lo que quieren es tomarse un buen café, desayunar o simplemente tener dónde conectarse a internet.

Un buen lugar para cortar el día y aprovechar para almorzar algo rápido y seguir con la vorágine de la City. Hay menúes razonables, con propuestas variadas para elegir. En mi caso opte por un menú liviano para seguir el día y pedí una ensalada con pollo que estaba muy buena. Volveré.

Le damos puntos porque trató de ser un bar monono y lindo en una zona donde las cosas mononas y lindas son escasas. La verdad es que a mi me queda medio a trasmano, pero su fachada con pizarrones y colores me tentó, así que hice el esfuerzo de ir hasta ahí una tarde a tomar el té con una amiga. La verdad es que estaba todo rico, los licuados eran buenos y las cosas dulces también. Pero no demasiado más. La decoración es linda, pero hasta ahí. Es como que quisieron hacerlo hogareño y pusieron flores, colgaron cosas de las paredes y pusieron un aparador con cosas. Aún así no es muy invitante. No volvería a hacer el esfuerzo de ir exclusivamente a este lugar. Está bueno si estás por la zona y vas siempre a los mismos lugares y querés variar un poco.