Miró

Promo de americano con tostado de jamón y queso, 65p. Jamón natural de ese que está en extinción, buen queso, rico pan y fresco. El café del montón, correcto. El bar es muy bonito, limpio y tranquilo.
Por la tarde va poca gente, así que garpa para ir a leer o trabajar. Te atienden en lo necesario y después podés ranchar sin que te apuren.
Las tortas hace mucho no las pruebo. Hace unos años eran buenas.

Miró tiene tres locales, y este es el único al que fui. Se ve como un barcito/​confitería bien puesto, así, coqueto, al estilo palermitano moderno.
Este es un local chiquito, pero lindo. Hay mesitas en la puerta y, cuando entrás, lo primero que ves es el mostrador lleno de exquisiteces absolutamente tentadoras. Debo admitir que todavía no las probé. Lo que sí probé son las medialunas.
Todo es cuestión de gustos. A mí me gustan las medialunas de manteca esponjosas, recién hechas (o que lo parezcan), que se deshagan en la boca. No sé si será cuando yo fui o el estilo de Miro, pero las que comí eran medio tostadas. Tal vez son del día, tal vez no, pero no es lo mismo. Es como comer una tostada más dulce, o una medialuna de grasa tostada también. Son ricas igual, pero no es lo que uno suele esperar de una medialuna.
En general, la experiencia estuvo bien y seguramente repita, pero para probar algún budín o muffin a los que ya les eché el ojo.

Miró es de esos lugares que quieren pero que no terminan de ser. A primera vista ofrecen una variedad de pastelería, sandwchies y bagels no muy habitual en el barrio, lo cual le da un punto a su favor.
Pero de cerca te encuentras con que el personal deja mucho que desear en cuanto a actitud y apariencia. Los platos venían un poco chorreados, como que el emplatado lo hicieron con poco esmero, lo mismo con el café derramado (que ya no me gasto en criticar porque es malo como en el 90% de los bares de Buenos Aires). La limonada de menta, solo tenía azúcar y menta, se les olvidó el limón.
Algunos cosas medio ricas otras mas o menos pero nada del otro mundo.

Esta pequeña patisserie la conocí de manera accidental mientras recorríà la zona alrededor de Pedro Goyena y Curapaligue. Entré a ver como era el lugar, y me sorprendió que a pesar de lo pequeño del local, tienen un mostrador con una amplia variedad de postres (mousse, tartas, cheesecakes de todo tipo), ya sea tanto en porciones individuales como en tortas completas. A un costado del mostrador también tienen un surtido de galletas para llevar y tés para combinar.
La decoración es sencilla, mesas y sillas de madera, de a 2 ó 4 personas, más una mesa comunal para 6. Básicamente como máximo tiene capacidad para 20 personas sentadas. Mientras estuve me di cuenta que una gran cantidad de personas llegan exclusivamente para pedir tortas o porciones para llevar, y con el espacio reducido que hay, se llena rápidamente. Eso también afecta un poco la atención, ya que solo habían 2 personas para todo, así que eso es un aspecto negativo.
Yo me pedí un capuccino y una porción de torta pasión de chocolate (que es una mousse de chocolate, con base de chocolate negro y un topping de maracuya). La porción tiene un tamaño aceptable, pero me resultó un poco empalagosa; la próxima vez probaré alguna otra opción, porque la verdad es que se ven muy atractivas.
Más allá de las tortas, también tienen opciones saladas, como sopas (calabaza o pollo) y ese día había goulash de carne en el menú. Yo me llevé para después una bolsa de galletas de queso y la verdad fueron devoradas por mis amigos.
La relación calidad/​precio es buena, y tienen promociones para merendar que van de los 40 a los 70 $. Además ofrecen catering para eventos y en su página web (
) brindan toda la información necesaria.
Volveré a seguir probando!

Fuimos una tarde de domingo en los últimos días de marzo, para tomar una merienda.
El lugar, si bien es pequeño, tiene varias mesitas y mucha variedad de productos para ofrecer.
Tomamos una pink lemonade, muy rica, y un licuado energy (banana, miel y frutilla si no me equivoco), que estaba exquisito.
Para comer, yo pedí un cuadrado de crema de limón, una porción abundante, que resultó delicioso también. Lo único que no nos gustó fue el scon, que además resultaba pequeño en proporción a las otras cosas que servían.
La atención fue muy amable y nos quedamos con ganas de probar varias de las tortas y tartas que ofrecen.
Sin duda volveríamos y lo recomendamos a los vecinos que anden por la zona.

La descubrí de casualidad paseando a pesar de haber pasado mucho por la zona, es una pequeña pastelería y panadería sobre la esquina de Pedro Goyena y Curapaligüe, el local me parece un poco desaprovechado, pero funciona bastante.
En los productos la relación calidad/​precio es buena, aunque nos se destacan demasiados, probé distintas tortas y «cuadraditos» pero ninguno me sorprendió, lo que si es muy rico son los budines. Eso si, todo parecía muy fresco, será cuestión de seguir probando
La cafetería es buena y tiene una linda variedad de limonadas, jugos y demás.
También cuenta con opciones no muy caras para almorzar o comer algo a deshora, clásico de todos estos lugares de onda «palermitana» .
Hay otras sucursales y también poseen opciones de catering, detesto hacer esto pero «en la página tienen mucha más información» me parece innecesario aburrirlos con enumeraciones de productos y locales, tiene algunas hermanitas en belgrano (
) y palermo (
) en fin como dice la calificación «Normal — no decepciona»