Nelson

Fuimos justo un día que jugaba Colombia por cuartos de la copa América, tuvimos que esperar como una hora para la mesa.
La atención estuvo bien considerando que el local estaba repleto.
Éramos 4, pedimos dos papas Nelson (las segundas salieron un toque antes) y una picada, bien, nada del otro mundo pero acorde al precio.
Los tragos están muy buenos, el de maracuya es exquisito.
Precio bien, volvería algún día que no juegue Colombia, ja!

En el querido Paseo del Sol se encuentra esta joya.
Nelson es un muy buen lugar para todo.
Almuerzo de negocios
After con amigos
Salida romantica
Un salón ecléctico, con una decoración impecable y artesanal.
La comida es muy buena enserio. Se destacan las rabas, los papas fritas con verdeo, las carnes y los sanguches de milanesa. A pesar de ser un bar de minutas, cuenta con una muy buena parrilla.
Los tragos merecen un párrafo aparte. Te los dan en frasco grande (para que sigas sintiendo el Espíritu palermitano) de un litro aproximadamente. No escatiman en el contenido alcohólico ni en su calidad. Pedís un fernet y es Branca con Coca. Buena cerveza tirada.
Buen espacio para fumadores afuera con calefacción en invierno, fundamental.
Lo malo y por qué no recibe mis cinco estrellas? Los baños. Son chicos y si bien tratan de mantenerlos limpios, al ser uno por sexo se genera mucha fila y mucho desorden. Para mejorar.
A grandes rasgos, sino fuiste, anda pronto.

Fui el viernes que era feriado, tuvimos que esperar mesa pero fue porque había partido, hasta que no terminó el lugar estaba completo. Se destacan las caipirinhas! Riquísimas! La comida rica y los precios acordes. El lugar es lindo y bien ambientado. Recomendable!

Buen lugar para picar algo. La limonada es riquisima

Ay Nelson, qué decir?
Me sorprendiste con la ubicación: adentro de una bella galería, al lado del Alto Palermo, bien escondido.
Llegamos y había gente. Bastante para ser martes a la noche. Turistas, cumpleaños… Mmm esto promete. Creo.
No había mucha hambre pero dale, hay que comer bien. Pedimos entre dos una jarra de birra tirada a $ 90 nada más! Una picada tradicional y unas papas con cheddar.
Menos mal que éramos dos! Nos llenamos? Lo justo. PERO DALE: MEJOREN EL QUESO, EL JAMÓN, EL SALAME, LAS PAPAS. Fueron a la fiambrería y pidieron lo peor de cada cosa, no se!!!
El precio? Muy barato por la zona. Pero no merecía esa pobre calidad tampoco.

Razón para amar Nelson: Caipirinhas y mojitos! Son realmente buenos y tienen un tamaño bastante grande!
Este lugar lo frecuento bastante y es bueno para ir en grupo a tomar y picar algo, previar, charlar, celebrar, etc. La comida en general es buena, no más de eso. Los precios MUY buenos. La cerveza para mi gusto MALA y poca variedad.
La atención es lenta y a algunos meseros les falta onda! Y si le pides algo a alguno que pasó por ahí o te vió, no tiene ni la amabilidad de pasarle la orden al compañero, solo te dicen: tienes que pedirle a quien te está atendiendo. Ahí pierde los puntos Nelson.
Resumen: si quieren tomar ricas capirinhas y mojitos, picar algo y compartir un rato sin que lloren los bolsillos: Nelson!

Sin lugar a dudas, más que Nelson, debería llamarse Rafa este local.
Fuimos a tomar un brunch nocturno con mi amiga Anto S., y buscando un lugar cerca del Alto Palermo (punto intermedio entre nuestras alejadas casas) terminamos en el Paseo del Sol. La verdad es que fue la primera vez que iba, y sin mucho conocimiento de causa, y terminamos por elegir el bar más concurrido y con unas tentadoras jarras de cerveza para una tarde bien calurosa de sábado.
Elegimos una mesa y ahí empezaron los problemas: ésa no porque era para cuatro. Nos dieron una mesa bajita con puffs destartalados, sumamente incómoda. Pero bueno, ya instaladas, tuvimos que esperar unos ⁵⁄₁₀ minutos hasta que, al hacer señas, se acordaron de que ni una carta nos habían dado.
Entre la entrega de carta y el pedido nos cambiaron de mozo. Pedimos para probar una jarra de litro y medio de Budweiser tirada (70 $, una ganga), unas papas con crema y cebolla de verdeo y una picada tradicional. Voy a hacer una parada especial en la picada: sale 98 $ y vale 30. Diez cubitos de jamón, queso y salame de poca calidad, seis aceitunas (contadas) y un plato de palitos y maní salado. Una burla al término picada, sin lugar a dudas.
En el medio, cuando se empezó a vaciar el lugar antes del boom de la previa de sábado, nos cambiamos de mesa porque nuestras cervicales no daban más. Para qué! Praticamente nos retaron como a pequeñas niñas porque” los mozos tienen sectores” (lo cual no parecía cuando al ingreso nos atendieron dos mozos distintos).
Otra cuestión en contra fue la mala atención toda la noche. Estuvimos casi cuatro horas y nunca remontó. Desde el primer momento, se tomaron de cinco a diez minutos como mínimo para cada contacto (pedir, traerte la carta, tomarte el pedido, traerlo, todo!). Y eso cuando lograbas que te vieran! Incluso se olvidaban obviamente tus pedidos… Un desastre.
Antes de irnos, para poder seguir charlando por encima de la música incesante y fuertisima que hubo toda la tarde noche sin quedar sin voz, pedimos una jarra de limonada que no estaba mal, pero era casi todo hielo.
Nos fuimos muy decepcionadas de un local que pintaba mucho mejor, preguntándonos porqué la gente hacía cola para este local de pobre calidad, pobre atención y precios accesibles pero acordes a la calidad. Una pena.

Nos encontramos con una amiga en el Alto Palermo con la idea de rumbear para otro lado e ir a tomar y picar algo. No habíamos buscado a dónde ir, y yo recordé que hace muchos muchos años solíamos ir a un barcito de Paseo del Sol para hacer la previa y qué se yo. Llegamos y en el primer bar había bastante gente (suele ser indicativo de que algo bueno tiene), y después de dar una vuelta pedimos una mesa para 2 en Nelson. Nos compró ver jarras de cerveza bien fría.
Había mesas libres, pero nos mandaron a una mesita baja con dos puff, para que no le ocupáramos las mesas de 4 personas. Puffs destartalados, hundidos en el medio, y donde me moviera, me iba al piso. Después de un rato, de decidir qué comer y recibir nuestra cerveza, ya nos dolía todo por la mala postura, y vemos que se desocupa una mesa para dos: saltamos de nuestros puffs y nos mudamos! Vino un tipo con toda la mala onda del mundo a decirnos que nosotras no podíamos cambiarnos de mesa sin pedirle a la moza, pero igual ganamos esa batalla y nos quedamos en la mesa común.
Para comer pedimos unas papas con crema y verdeo que eran bastante buenas y abundantes, una jarra de cerveza tirada de litro y medio (es Budweiser, no esperes gran cosa -$ 70-​), y una picada tradicional. Éstq última es medio pelo para abajo: algunos cubitos de salame, de queso y de jamón cocido, con 6 aceitunas, y un plato grande de maní y palitos salados. El fiambre es berretón, pero bueno, el precio es demasiado bajo ($ 98). Más tarde, sumamos una jarra de limonada, que estaba rica pero tenía más hielo que líquido. En total gastamos $ 320, muy barato para Palermo. Hasta ahí ponele que zafa… Ahora viene el porqué de mis dos estrellitas:
1) El volumen de la música estaba increíblemente alto!!! Al punto de que durante la conversación nos empezó a doler la garganta por charlar a los gritos (como cuando vas a bailar, pero en un bar!). El horario no daba para ese volumen de música, era sábado a la noche pero temprano. Lo único que me causaba era ganas de irme, ya tenía aturdido el cerebro.
2) La moza se tomaba tooooodo el tiempo del mundo para traerte los pedidos de bebida e incluso la cuenta, y cuando se lo repetías, te lo traía enseguida. Evidentemente se olvidaba de los pedidos.
3) La calidad de la comida y la bebida que probamos, por más que sea barato, no es buena.
Realmente no entiendo cómo había cola de gente en este lugar para conseguir una mesa. Eso sucede cuando el lugar es muy bueno, y no creo que sea el caso.

Es un buen lugar para ir a tomar algo de tardecita o noche en verano. Tiene mesas de madera, altas con banquetas (muy incomodas), bajitas con puffs (un poco menos incomodas) y mesas con sillas (GOL).
la birra es muy barata (70 pe la jarra de litro y medio tirada) pero lo copado es los tragos caipi. Servidos en frascos del tamaño de un café soluble grande, valen 100 pe pero son una fiesta. La caipi de maracuya es la ganadora de la carta.

Las 3 estrellas son sólo porque la birra estaba tan fría que daba ganas de tirársela encima.
Luego de caminar toda la tarde por Av. Santa Fe ayudando a #Novia a buscar un par de sandalias, consideró que tras encontrar unas que le gustaron (y maravillosamente había color, número, y los planetas estaban alineados para que las tiras no le molestaran y todas esas cosas que se tienen que dar para que las compre) merecíamos concluir la tarde/​noche con una birra helada. Días atrás buscando bares en Unilocal (Ese día fuimos a Chacobar) entre tantas pestañas que abrí, una de esas era ésta, la de Nelson. En seguida se me vino a la mente, no eran buenas las reseñas pero la idea de estar al aire libre me convenció, aparte estábamos a 4 cuadras.
Llegamos a Nelson, era un mundo de gente así que tuvimos que sentarnos en una mesa adentro. El local me gustó mucho, tiene unas barras, mesas para dos, mesas con sillones para grupos y hasta una mesa más bien bajita tipo barra. La decoración tipo playera, mucha madera, banderines de colores, plantas y cosas así me gustó mucho. Había una parrilla adentro y más allá de que estaba encendida por suerte casi no se sentía tanto el olor a humo. Menos mal, pensé iba a ser peor.
¿Qué pedimos? Bueno, con la sed que tenía pedimos una jarra de cerveza y para picar unas rabas. Algo al paso. La birra, como dije arriba, por suerte estaba helada. Te dan los vasos esos que me gustan a mi, que me recuerdan a parrillitas del barrio ¿Las rabas? Mirá, yo no soy muy fan, a mi no me gustaron, comí mejores y más sabrosas. Eran muy aceitosas y la raba en sí de entrada no me convenció. #Novia al contrario, dijo que eran frescas y se terminó el resto del plato ¿Cuánto salió? 160 pesitos todo.
Tema aparte. Por dios, como me fastidió lo que tardan en darte la carta, en tomarte el pedido, en traerte la cuenta, en cobrarte. EN TODO. Tardan mucho. Entiendo que ese día había mucha gente, pero algo estaban haciendo mal. Todos los mozos/​as atendían todos los sectores (afuera, adentro, al fondo, TODOS). Espero organicen eso porque estuvimos al borde de irnos por lo que tardaron en tomarnos el pedido.
Quizás vuelva, quizás no. Espero que este último punto lo mejoren.

Yo siempre insisto en la relación precio-​calidad. Hoy me junte con unos amigos y fuimos a comer a Nelson, ubicado justo detrás del Alto Palermo Shopping y en ese renglón el resto bar, cumple!
Y cumple, sin mucha gloria, pero cumple. Ordenamos para compartir una mila napolitana que sirven con fritas, una picada y un flan.
La mila se le podría criticar que podría estar más condimentada pero de resto muy buena, el tamaño es como para compartir porque a pesar de que mi apetito es por lo general amplio no podría comerlo completo sin ayuda. Las fritas definitivamente no son de las mejores (tampoco entran en el infame top ten de peores). La picada es promedio ni tan buena ni tan mala. El flan, nuevamente, se encuentra en una región gris, a mi gusto le falta un ‘je né se quoi’, algo adicional y memorable.
No pudimos probar tragos, sin embargo no tenian pinta de ser especiales. En fin la comida no es lo que más se van a llevar de este lugar.
Lo absolutamente rescatable es el ambiente. Intimo, con mucha onda y un fondo musical que invita a la conversación. Esto junto a una decoración bastante ecléctica, termina de cerrar la experiencia en Nelson.
La atención es de lo mejor, nos trataron como si fuésemos habitué en el local. Propina bien ganada!
Los precios son bastante asequibles, con un menú low cost como este se pueden probar varias cosas sin preocuparse tanto de la cuenta.
Volvería? Probaría otros lugares primero, pero si no tengo mucho presupuesto lo lógico sería volver siempre.
Enhorabuena!!! Me han sorprendido gratamente!

Fue mi bar de cabecera, poca gente, tragos buenos, en frascos enormes y una oferta gastronómica amplia que incluye parrilla. Tuve que dejar de frecuentarlo por la cantidad de gente que viene ahora, el boca en boca hizo su efecto (explota de gente y la música esta altísima). Ahora mi bar es otro, pero es bueno volver cada tanto. Lo único que puedo criticar es que a veces los tragos no salen tan bien (depende quien este atrás de la barra).

Una agradable sorpresa para lo que es el Paseo del Sol, ya que nos tenia acostumbrados a lugares oscuros, sin ambientación y poco agradables a la vista.
Fui a tomar algo con una amiga después del shopping, pedimos vino blanco, nachos y papas fritas con cheddar. Las papas no tenian la abundancia de cheddar que me gusta, pero todo lo demás estaba correcto.
El lugar y la atención correctas, volveré a probar las pizzas que cuando me estaba yendo las vi y me tentaron.

De los lugares que están en el paseo del sol (nombre antiguo) éste es el único que me entró por los ojos… Mesas de madera, velas, música, y mucha gente.
Lamentablemente sólo fui a hacer tiempo antes de ir al cine, por lo que pedí con mi novio dos tostados de jamón y queso y dos cocas.
El tostado era de miga, no fue la gran cosa pero estaba bien. Y la gaseosa es la clásica botella de 500cc pero te alcanzan un vaso sacado de la heladera. Me pareció raro que me traigan una panera con unos ajíes tipo avinagrados, supongo que fue para justificar un «servicio de mesa» mentiroso.
Gastamos 120 $ que no me pareció una locura.
Tardaron un año en traerme la cuenta, sabiendo que está el cine cerca y aún diciendo que me tenía que ir no se apuraron en traerla…
Tiene mucha fruta dando vueltas en la barra, pero la gente va más por la cerveza.
Los tragos por lo que chusmee están de 90 $ en adelante incluyendo el fernet. Una locura…
Volvería a probar algo más elaborado sin dudas porque el ambiente me gustó.

¿Viste cuándo vas por segunda vez a un lugar y decís… che pará esto estaba distinto?
Bueno, eso me pasó con Nelson. No es un lugar que vaya a frecuentar ya que está en una zona de Palermo que no suelo recorrer pero hay que decir que al estar ubicado en el paseo cercano al shopping el lugar es una rareza. Parece salido de la costa, muchos adolescentes, ruido, parrillita, cervezas, onda un poco playera.
La primera vez que fui fue por invitación de Unilocal,un jueves de cerveza. Llegué y el lugar estaba colmado, había velitas, jarras de cerveza tirada y picadas interesantes (incluída una de frutos de mar).
La segunda vez fui fue un sábado a la noche, el humo de la parrilla era fatal (no se podía estar adentro del local si no querías terminar con un olor a asado extra intenso). Los baños… de limpieza dudosa. Pero bue… si te sentabas afuera podías disfrutar del aire veraniego.
No tenían cerveza tirada (un sábado a la noche mamma mía!!) así que pedimos una Heineken. ($ 50 para esa zona de Palermo, barata! y nos trajeron palitos salados). Recomendadas las papas con cheddar, son porciones abundantes y a buen precio.
Es un lugar que está bien… pero me había quedado mejor impresión cuando fui por primera vez y ahora es como que «ni». Barato, pasable pero… no es de mis favoritos. (Puede ser una buena opción si vas al Cinemark cercano y querés tomarte algo mientras esperás que arranque la película).

Reseña difícil si las hay. No se catalogarlo como bar o restaurant.
Como bar tendría que decir que la cervezas, tragos y picadas tienen muy buenos precio y son muy ricos pero que la ambientación se parece a la de un bodegón raro, con sillas o espacios no tan cómodos como para pasar horas.
Ahora si lo veo como un resto tengo que decir que es una parrilla mejorada que agrega muchas cosa de bar como pizzas y sándwich.
La carta es súper extensas y creo que el fuerte son los buenos precios en la bebida.
Claramente es el mejor lugar del paseo del sol y da para repetir la visita.
Imagino que en verano estar en una mesita afuera debe sumar muchísimo.

Nelson es un bar/​restaurant a unos pasos del Alto Palermo. No será el sitio más vistoso ni tendrá la mejor comida del condado, pero tiene unas cuantas ventajas, siendo la principal –y para nada menor– sus precios, onda que en este lugar se puede comer bien y barato y gastar lo mismo que en un combo de alguna cadena de comidas rápidas.
La cuestión es que si quieren comer alguna minuta o tomar una birrita y no gastar demasiado, este es el lugar ideal en la zona, justamente dónde no hay mucho para elegir y uno (en mi caso que frecuento bastante el Cinemark) siempre terminaba comiendo una porquería así nomás por ahí. Bueno, Nelson es algo distinto que aunque no sea un lujo ni el mejor lugar del mundo, es de lo más destacado en los alrededores del Alto Palermo.

Jueves de Cervezas en Nelson. O jueves de multitud porque el Paseo del Sol ha resucitado gracias a este bar que reúné a veinti y treintañeros a tomar una birra en jarra y disfrutar de una exquisita picada de mar, papas con cheddar o distintos tipos de preparaciones con mariscos como calamares en escabeche o camarones con una salsita de pimentón. Una delicia.
Hay mesas adentro y afuera y, a juzgar por los platos, las milanesas son un must de este lugar. El ambiente es relajado y agradable, adentro del local prima una divertida mezcla entre espíritu latinoamericano y vintage con un televisor de esos que nadie se atrevía mover del living de la casa por miedo a ganarse una hernia de disco.
Más vale llegar temprano porque se llena, lo ideal es disfrutarlo como after con amigos o compañeros de trabajo. La única crítica son los baños que se inundan a lo largo de la noche… al menos el de mujeres.

Es perfecto para una cerveza después de una tarde de compras o antes de una peli, tambien para after con amigos.
Las picadas son abundantes y muy ricas, si te gustan los mariscos no te pierdas la picada de mar, trae rabas, cornalitos, calamares al escabeche y camarones.
Además el lugar es genial, muy colorido y atractivo.
Muy buenos los precios y las cantidades.
La única contra es que si comes adentro te vas con tanto olor a frito que al llegar a tu casa vas a querer bañarte con ropa y todo, así que la sugerencia es: sentate lo más lejos posible de la cocina.

ESTOY TAN SORPRESA COMO TODOS USTEDES. Un bar bueno en la zona de Paseo del Sol al lado del Alto Palermo.
Hace años que este pasaje cayó en desgracia y todos los bares son baratos, feos, sucios y solo ofreciendo cosas flojas. Nelson viene a cambiar un poco la propuesta con un bar lindo, con onda, buena comida y precios super accesibles.
El bar está ubicado en la entrada del lado de arenales. Ahí nomás bajando las escaleras a la derecha. Es uno de los más grandes. Con un enorme salón interno para comer, banquetas cerca de la barra y la parte de afuera al aire libre.
La carta es extensa y bien de bodegón porteño. Muchas picadas, asado, platos típicos y papas fritas con queso.
Los tragos son bastante económicos. La pinta de birra está 20 pesos, un regalo en estos días.
El staff es muy amable y con la cerveza te traen unos pancitos con queso crema saborizado o maní. Ya me compraron con eso.
Sé que es poco creíble, pero vale la pena si están por la zona pasar por ahí.