Parque Chas

Bueno, contarles de Parque Chas es contarles de mi vida
Viví mis hasta ahora 35 años allí, o en ocasiones a menos de 4 cuadras.
Parque Chas es un barrio atípico por su planificacion urbana, emanada de las ciudades jardín britanicas a una escala menor, este solar eran los jardines de la quinta del señor Don Francisco Chas, quien fuera el propietario del lugar mas alguna porción deBelgrano, Villa Urquiza y Villa Ortuzar (en ese entonces a Villa Urquiza se la conocia como las Catalinas)
Mas alla de la historia del barrio, este es un lugar ideal para caminar y conocer, con mapa en mano claro esta, o en bicicleta tal vez, con la particularidad un trazado urbano distinto al damero tradicional; con plazas y plazoletas, y con la impronta de un barrio bajo enmarcado en cuatro avenidas de gran porte de la ciudad como son La Pampa, Triunvirato, De los Incas y De los Constituyentes.
Lugar de foto: La esquina de Bauness y Bauness

Tengo una amiga que vive en este extraño lugar llamado Parque Chas y un día que la fui a visitar me llevó a caminar por ahí. Llegamos a la calle Berlín, justo frente a una pequeña plaza. Ahí empezamos a caminar derecho, derecho por un par de cuadras. De repente, pasó algo que yo no podía entender… volvimos al mismo lugar, a la misma plaza! Esa es la característica más amada y odiada de Parque Chas: las calles son redondas. Es muy fácil perderse allí, porque mientras caminás sentís que estás avanzando, no volviendo al mismo lugar.
Además de esta particularidad, Parque Chas es un lindo lugar para ir a pasear porque es muy tranquilo (no muchos autos se atreven a entrar, porque después es muy difícil salir). Está ubicado cerca de la Avenida Triunvirato, así que es fácil de acceder para quienes lo quieran conocer. Para mí es un lugar muy especial de la ciudad, que vale la pena conocer!

Hay muchos cuentos en la literatura porteña que hacen referencia a este barrio. Si no conocés Parque Chas, cuando los leés te puede parecer que exageran. Siempre alguien se pierde en sus calles y algo misterioso ocurre.
Y es que hace falta haber caminado por un lugar circular para entender qué fácil es perder la noción del espacio. Recuerdo que una vez buscaba una altura y tuve que caminar por la calle hasta estar en el mismo punto pero unos metros más atrás, porque iba en círculo. También me perdí muchas veces por creer que iba bien pero de repente salir en el extremo contrario al que necesitaba.
Es ideal para salir a dar una vuelta en bici porque ahí no te molesta perderte y como los autos evitan el barrio siempre está tranquilo. Tiene varias plazas y una hasta tiene canchita de fútbol.
Es un micro mundo aparte, con los vecinos tomando mate, los chicos jugando en las plazas y, no sé por qué, las calles con nombres de ciudades europeas.

Un laberinto en el medio de Buenos Aires, que sólo se explica por un afán experimental en el trazo de la ciudad, llevó a Alejandro Dolina a decir «conviene no acercarse nunca a Parque Chas».
El diseño responde a la idea del urbanismo inglés de ciudades-​jardín, ejecutada en una escala más pequeña, con círculos concéntricos de calles, cruzados por varios ejes diametrales. Si se mira un mapa de la ciudad, parece un nudo de calles entre Agronomía y Villa Ortúzar.
Otra particularidad son los nombres de las calles dominados por alguna extraña razon por los nombres de ciudades europeas: Treveris, Londres, Liverpool, Dublin, Turin, Hamburgo y hasta una Constantinopla. Esto pudo servir de excusa para que, en 1933, un Concejo Deliberante con gran peso del Partido Socialista le pusiera a la avenida que la cruza transversalmente «La Internacional». El nombre no podía durar y se cambió a los pocos años por el actual General Victorica.
Al entrar en Parque Chas uno parece realmente entrar en algo aparte del resto de la ciudad. El silencio y la tranquilidad son muy profundos, las calles en eternas curvas son hipnóticas y sus placitas una referencia para poder escapar del laberinto. Si pasás en auto, los nombres de personas te sacan, los de ciudades te pierden más.