Raíces

No entiendo cómo aún no había reseñado Raíces si es uno de mis lugares de cabecera, de esos que nunca fallan. La carta es variada, de cocina casera con un twist diferente, perfecta para ir en grupo y que nadie se quede sin opción para elegir.
Creo que probé casi todos los platos principales, no exagero. Las pastas son buenísimas (por ejemplo hay unos sorrentinos que la carta sugiere pedir sin dudar y hay que obedecer porque lo valen y los ñoquis de sémola son muy ricos, pero posta que todas las platas están muy bien), pulgar arriba para la milanesa Raíces (cómo garpan los platos que llevan el nombre del lugar!) y FAV para el risotto con mollejas, amor total.
Mía postres favoritos son la cheesecake de dulce de leche (es grande, vale compartir) y la tres texturas de chocolate.
Está en una zona tranquila, corrido de los circuitos bochincheros y eso me gusta. Es multitarget: hay grupos de amigos, familias, parejas mayores y también jóvenes. La relación precio calidad es excelente y está ambientado como un viejo almacén, con cocina a la vista. Sin dudas Raíces esta en mi lista de imprescindibles.

Excelente ambiente… hace veinte años que me mudé del interior de Argentina a Buenos Aires… hoy puedo decir que después de recorrer MUCHOS lugares… nunca me sentí tan COMO EN CASA COMO hoy… los dejo porque una humeante y apetitosa carbonara me está llamando

Si bien tiene la carta no es muy extensa, los platos estan bien elaborados y son variados. Al medio día se puede encontrar un menú ejecutivo bueno y accesible.
Para los clientes habituales, hay beneficios: 1) cuentan con el sistema de puntos «club habitué» lo que permite obtener puntos en cada consumo que luego pueden ser canjeados por menúes gratituitos, copa de vino, etc. 2) Realizan eventos gratuitos para clientes, como cata de vinos.
Sus precios son intermedios.
Un punto en contra: los postres. No hay muchas opciones y los que hay no son muy tentadores.
Un plus: Tienen delivery

Raíces es un restaurant, que, como dice el slogan, se trata de un lugar de cocina casera con historia. Se caracteriza por ofrecer platos típicos argentinos, con un toque casero, como aquellos platos de la abuela.
Está ubicado en el barrio de Saavedra. La ambientación no sobresale, en relación a otros restaurants del mismo tipo.
Recomiendo la bondiola de cerdo napada en salsa teriyaki con puré de batatas y reducción de caramelo cremoso.
Los postres también son muy buenos, entre ellos, las Tres texturas de chocolate, que viene con base de marquise, centro de mouse de chocolate y almibar de chocolate. Y tarta de peras y avellanas con reducción de frambuesas y malbec con helado de crema americana.
Los precios son normales y la carta de vinos acotada.