Rayuela

Fui a merendar con una amiga en medio de una caminata por la Agronomía. Tenía buenas expectativas por lo que había leído por acá.
Al local no entramos porque el día estaba hermoso y pintaba sentarse afuera. Ahí, las mesitas están muy bien ubicadas, en esa esquina divina que da al barrio Rawson que tan lindo es (y que está llena de gatos muy tiernos!). Nos sentamos en una mesa que estaba algo más alejada y por eso parecía que las mozas se olvidaban constantemente de que estábamos ahí. Tardaron en vernos y traernos la carta, en tomar los pedidos, en traer la cuenta, en fin.
Yo para tomar pedí limonada (aunque me quedé con ganas de innovar con el jugo de coco y mango), y mi amiga un licuado de durazno. La limonada estaba bien, aunque tuve que pedir hielo. Loco, ¿no es obvio que este tipo de bebidas se sirven heladas? ¿O yo soy la obse del hielo? Estaba a temperatura ambiente y hacía mucho calor, es lógico que tiene que venir con hielo para mi. Pero bueno a fin de cuentas lo dejan a gusto del consumidor. El licuado por otra parte era horrible. No tenía sabor a nada, apenas se sentía el durazno. Parecía jugo muy aguado. Una pena.
Para comer, mi amiga pidió un tostado, que tenía buena pinta y un tamaño razonable aunque no enorme; y yo probé la galletita de avena y chocolate y una medialuna. La medialuna común, y excesivamente cara. La galleta estaba rica, es cierto, pero el gusto era idéntico a unas de paquete que venden en el kiosko, creo que son las Cachafaz. O sea no era un gusto innovador (disclaimer: además al día siguiente probé la galletita de chips de chocolate de LAB y me sesgó la visión totalmente).
Así que bueno, si bien el lugar cumplió y la ubicación es divina, me quedé con ganas de más. La próxima probaré otras opciones.
Ah otro dato: al lado nuestro había una pareja que se quejó por lo que tardaban… como 1 hora en traer dos jugos. La dueña del local se disculpó y les ofreció café pero bueno estaban apurados y se tuvieron que ir. Pero digo, no vayan si tienen horario apretado, es para quedarse ahí a la merced de ellos…

Muy buen lugar en el medio de Agronomía, recomendado para aislarse del ruido y sentarse a disfrutar de la rica comida que venden. Vi pasar un par de platos que me hicieron dar ganas de volver, aunque la entraña que me pedí estaba barbara. Los precios son normales.

Sorprende la ubicación. sus pocos platos y muy elegidos. La linda ambientación. el local supo ser un panaderia gourmet hace poco tiempo.
Garpa mucho la jarra de limonada para un dia cálido. tiene muchos, y muy variados postres. raro por que hay mas que platos.
vi gente pedir sanwiches que parecian piolas y la onda muy devoto. eso ayuda mucho en un barrio que quiere crecer incluso gastronomicamente.

Como dicen las estrellitas, soy fan desde Cemento… o desde que abrieron a fines de mayo, que sería más o menos lo mismo. En el medio del pequeño barrio Rawson, un triángulo de apenas unas cuadras dentro de Agronomía, está Rayuela. Es una esquina llena de luz desde la que se ve la casa de la madre de Cortázar, donde él incluso vivió unos años. Por la zona no hay ningún lugar así, barcito donde puedas comer o quedarte horas trabajando (tienen enchufes y wifi), y se nota, porque vive lleno. Los sábados y domingos al mediodía conviene reservar, porque están a full y –ahora que empieza el calorcito– las mesas de la vereda al sol son las más buscadas.
Se puede desayunar, almorzar, merendar y cenar (solo los viernes y sábados abren hasta la noche). Fueron ajustando la carta desde que abrieron, pero hay un tapeo para dos (o tres, casi) que está buenísimo, sandwiches muy copados y ensaladas con buenas texturas y condimentos. También hay algunos platos de pastas y una buena pastelería y panadería.
El lugar es tranquilo (salvo cuando está lleno, obvio), ponen música agradable y la atención es muy agradable.
Los vecinos de la zona están felices con el lugar, que –si no pasás justo por las calles Julio Cortázar y Artigas– no se ve. Está a una cuadra de Avenida San Martín y ahí nomás del Club Comunicaciones, pero esas cuadras del barrio Rawson parecen un pequeño country inglés, es divino para ir a dar una vuelta por ahí caminando.

Excelente lugar en el medio de la Agronomía, barrio Rawson. Muy bien ambientado y de buen gusto. Da mucha paz y relaja. Los precios normales y buena pastelería. Cena los findes.