Ristorante María Fedele

Una experiencia calabresa inigualable dentro de Capital Federal. El lugar en sí, los mozos, el ambiente y la comida te transportan inmediatamente a Italia. El restaurante cuenta con un menu de 4 pasos, no tiene opciones a la carta. Lo único que podes consumir fuera del menú de pasos es si te compras una pata de prosciutto entera o una pieza de capocollo (como hice, obviamente).
Cuando uno llega al lugar, es bienvenido con un trago de espumante con pimienta y una cazuela de aceitunas negras. Luego de ordenar las bebidas llega el antipasto calabrés: una disposición de 8 platos, desde fiambres, patés y ensalada hasta polenta, panza y achicorias. No se le puede criticar absolutamente nada a este paso. Simplemente magistral. Hasta acá, dos personas podrían levantarse e irse, pero esto recién comienza.
El primer plato consiste en 3 platos de pasta. Unos raviolones de scamorza y queso ahumado, fusilli al fierrito y unos capeletinis servidos en su propia cacerolita. Unos sabores muy distintos a lo que uno está acostumbrado en su típica pasta de domingo.
El segundo plato es uno solo, cada persona tiene el propio, y consta de un risotto con grelos y scamorza. La carne en su punto justo, muy tierna, cocida a la perfección. Los grelos son algo que no había probado, y le dan un contraste amargo muy interesante al plato. El risotto en sí es algo a lo que no estaba acostumbrado, en general consumo risottos muy especiados y más fuertes. Este pareciera pensado para acompañar la carne.
Para terminar, una degustación de 7 clásicos postres italianos. Desde una terrina de pistachos hasta el clásico tiramisú. A esta altura, uno intenta probar todo, pero es muy dificil de terminar.
En resumidas cuentas, es un lugar perfecto para conocer y volver a conocer.

Fui hace mucho tiempo pero veo que las criticas siguen siendo las mismas! Es él mejor lugar para comer comida italiana casera, nunca probé algo igual. Comes demasiado porque son muchos pasos por lo cual recomiendo ir eligiendo un poco de todo sino moris en él intento. Volvería millones de veces!

Estoy sumamente sorprendida por este lugar!!! Lo amé!
Estábamos en un barrio oscuro, calle vacía y no tiene ningún cartel que se note el lugar. Cuando pasas el portón gigante de madera, pasas un pasillo estilo club social italiano y llegas al resto.
Realmente te sorprenden con la cantidad de comida que te sirven. Todo lo que probé estaba muy rico, realmente no te daban ganas de dejar ni un poco en la fuente. Aun que no te queda opción porque es mucha comida para cualquier ser humano jaja
Exquisito todo!!! Me dan ganas de invitar a toda mi familia a ahí! jaja
El servicio fue excelente! los mozos muy atentos y los dueños también. Los dueños son dos hermanos, que heredaron el restaurante de su padre. Uno es quien se encarga de que todos los comensales estén satisfechos y el otro es el cocinero. Tuvimos la suerte de conocer a ambos! muy amables los dos.

ABUNDANCIA eres, María Fedele!
Fuimos ayer, cena de cumpleaños, con mucha expectativa por las reseñas que estuve leyendo. Particularmente no tuve una experiencia 5 estrellas. El lugar es hermoso y la atención es excelente, pero no sentí que haya sido deslumbrante la comida.
Ante todo, para poder ir, es necesario hacer reserva previa, y el menú es «fijo», con antipasto + 1er plato de pastas (y degustación de otras pastas) + 2do plato + degustación de postres, y el costo es de $ 350 con la bebida aparte (Marzo 2016).
Para dar más detalle, separemos:
El lugar:
Diamanté en una zona de carbones. Ubicado en una zona no muy feliz de Monserrat (Congreso) y dentro del edificio de la Asociación Italiana, hay un salón enorme con pocas mesas, velas, luces tenues y una decoración super tana que es hermosa. Poco ruido, ambiente casero, y una atención casi personalizada, hacen parece que estás casi comiendo en tu casa. Las paredes están decoradas con frases en italiano y sus traducciones, más fotos y banderas. Muy correcto.
El ambiente:
Relajado, super ameno. Ir a María Fedele es tener tiempo para disfrutar la comida. Desde el momento que reservas (si, es clave reservar) te atienden de maravilla, y lo mismo pasa durante toda la noche. Los mozos super respetuosos, atentos a las mesas pero para nada invasivos, respondiendo consultas y necesidades. Cada plato que sirven te dicen que contiene o su origen. Muy difícil de mejorar, me encantó.
La ingesta:
Bueno, por dónde empezar. Desde el momento que llamé me dijeron 3 veces «vengan con hambre, no coman, NO COMAN». Y eso hicimos, y menos mal que eso hicimos.
Como dije antes, la cena tiene varios pasos, pero cada paso es MUY RECONTRA ABUNDANTE.
Primero, el antipasto. Amigos, 15 platos de anitpasto. QUINCE! Incluía: Jamón crudo, bondiola, salame (no me pidan de que zona de italia, estaba babeando a esa altura), tomates rellenos con puré de atún, mortadela con pistaccios, ají relleno con ricota, berenjenas rellenas y parmesano, berenjenas a la parrilla, rúcula con queso azul (poco queso :(), muzzarella feteada, salteado de verduras, chorizos a la pomarola (con anís estrellado :(), y un paté casero, alcauciles y portobello. Honestamente comimos bastante de eso pero paramos para no reventar, sabiendo que faltaba mucho todavía. Los fiambres riquísimos, el paté, los alcauciles, también. El resto de las cosas, correctas, solo eso.
— 1er plato. Panzottis y degustación de pastas. Los panzottis eran rellenos con ricotta y algo más que la verdad se me escapó (para mí estaban un poquito más duros que al dente). Los otros dos platos de degustación era, uno con una masa super fina y suave, también relleno de ricota; y el otro, unos fusillis con fileto picante, y ricota espolvoreada. O sea, los 3 platos tenían ricota, y justamente, a mi novia, con quién fuí, no le gusta para nada la ricota. Esta fue quizás una de las decepciones más grandes. De tanta expectativa, no pudimos disfrutar de nada de la pasta en un restaurant italiano.
Igualmente me pareció un error que armen los 3 platos con ricota. Son cosas que quizás deberían considerar. Lo mencioné, y me ofrecieron los fusillis sin ricota, pero eran muy picantes, y tampoco estaba bueno eso.
O sea, comi yo algo de pasta, mi novia nada, decidimos ir por el siguiente plato.
Por un momento dudamos de saltar directamente al postre, porque ya estabamos algo llenos/​cansados. La comida se elabora en el momento, por lo que tarda un poco entre plato y plato. Decidimos ir por el risotto.
— 2do plato. Risotto al Mabec. Un plato para cada uno de risotto con un chutney alrededor, muy rico, pero con muuucha pimienta. Otro plato que resultó casi incomible para mi novia. Y van 4.
— Degustación de postres. Claramente un highlight de la noche. Nos trajeron un plato con 4 porciones de torta en forma de cruz y una bocha de helado de canela en el medio. Las tortas eran un tiramisú, una torta con maracuyá, una con peras y en otro plato, un budín de uvas increíble, y una mouse de chocolate también riquísima.
Quedamos super llenos, pero no exactamente conformes. Confieso que mi caso es particular, pero más allá del tema «ricotero», algunos platos del anitpasto, y los postres, no sentí que el gusto de cada una de las cosas sea mejor que en otros lados. Quizás es la condimentación de cada cosa. Quizás es realmente así como deberían hacerse cada uno de los platos, y no estamos acostumbrados. Quizás fui con expectativas demasiado altas. La sensación, finalmente, fue «está muy bueno, no es el mejor».
En conclusión, comida es super abundante, y el lugar es bien tano.
Yo preferiría menos cantidad, y más calidad (y menos ricota: P)

Just plain awesome.
Got there with the wife for a nice romantic italian evening, and found out it’s possibly my favorite place for eating in town.
For a very moderate price, you are served a full meal including antipasto, first, second and dessert. We had quite a struggle to finish everything out.
The quality of every dish was outstanding, showing great care in every aspect of them, just felt I was back in Italy for the night.
They have a good selection of wines from several boutique vineyards at adequate prices.
Oh, and you need to get a reservation with time, as they are pretty busy.
Thanks Maria Fedele!!!

Sentarse a la mesa y enfrentarse a tantos platos.
¡Sí o sí reservar antes de ir! Aceptan sólo efectivo. El salón es grande pero las mesas están separadas para dar un poco más de privacidad.
El menú es uno sólo: 12 entradas, primer plato (que en realidad son tres), segundo plato y degustación de postres. Todo por $ 250. Además traen un trago de bienvenida, una panera muy abundante y olivas.
Las gaseosas de 600 $ 25, el agua $ 20. Los vinos pueden ser en botellla y hay muchos para aprovechar en copa.
El primer plato son distintas pastas y el segundo alguna carne. Todo exquisito y abundante.
Lo único que no me gustó fue que las 3 pastas (muy diferentes entre sí) tenían la misma salsa.

Una palabra: Felicidad. Jajaja. Es lo que les dije a mis amigos, «Chicos, estoy siendo muy feliz»
La cosa es, como ya vienen leyendo así: Menú fijo de $ 250, arrancás con una entrada (antipasto) de DOCE PLATOS, todos ricos TODOS. Después viene la pasta (no elegís, te traen lo que toca ese día), muy a punto con salsa variadísimas. Sigue el segundo plato, que siempre es algo de carne y finalmente una degustación de postre, si es que te quedan fuerzas.
Fuimos entre cinco, con dos amigas que lo habían descubierto gracias a Unilocal y tres novatos, y como éramos tantos el antipasto terminó teniendo 20 platos cargaditos. Increíble.
La bebida es aparte, pero muy accesible. Gastamos, con propina, $ 310 por persona, comimos casi sin parar durante dos horas y nos fuimos más que satisfechos.
La ambientación es preciosa, por donde mires. Como sentarte a comer con una familia italiana. Y hubo un show, con un bandoneón (muy talentoso) y un tenor (creo) cantando clásicos tanos que te hacían dejar el tenedor un rato. Lindo, lindo.
Anotá: es necesario reservar, el lugar es chico y solicitado. Llevá efectivo porque no aceptan tarjetas. Y andá con hambre, mucha.

Mooochos platos, todo casero, todo moooy rico… Antipasto (entradas), platos principales y postres $ 250… Bebidas accesibles aparte… Muy italiano…
Lo malo, solo efectivo, no hay wifi ni señal, jijiji…

Fantastic! Just got back from an amazing dining experience. Food is very fresh, great quality and flavorsome. The fixed meal (the only dining option) is exceptional value. Plenty of wines to select from. So much to sample.
Servers who I think were also the owners took great pride and joy in serving up dishes from antipasti to pasta to desert. The place had a great vibe, I thoroughly enjoyed the night and spent 3 hours dining and didn’t even notice the time go by. I wouldn’t hesitate to recommend this place — I would return here in a heartbeat.

Todavía estoy preguntandome si la palabra sería «Exquisitamente genial» o «Genialmente exquisito».
Esta gente sabe lo que hace, y lo hace muy bien.
Para empezar, es un lugar al que solo se accede con reserva previa, y tiene todo el sentido que sea así. La ubicación es bastante funesta para ir de noche, y eso es el ÚNICO punto que tiene en contra, porque una vez dentro de ese lugar, uno comprende que la magia culinaria existe.
En principio, 12 platos de entrada (DOCE), con fiambres, embutidos caseros de la casa, mariscos, encurtidos y escabeches. Eso más el aperitivo, ya equivaldría a cualquier cena común en algún antro chic de Palermo.
Hay una buena carta de vinos, que más que carta es una pizarra, que los mozos recomiendan según el plato del día. Nosotros veníamos rebeldes, así que decidimos probar un Bonarda con las pastas de la noche. Excelente decisión!
Después de la entrada, vino el primer plato, unas pastas con más sabor a casero que las que hacíà la nonna, por lo cual con esos sorrentinos de espinaca amasados a mano de salsa multicolor se ganaron mi corazón por segunda vez.
EL tercer plato, brochette de 3 carnes, muuuy bien hecho, aunque a esas alturas ya no se podía comer ni un grano de arroz por la falta de espacio.
La hora del postre, impecable, un plato con 5 postres para degustar, cada uno de ellos con el sabor tan cálido de lo casero.
La verdad, fué increible. El lugar no es nada pretencioso, tiene la pinta de un club de barrio de lo más tranquilo, por lo cual sumó mucho.
Está para ir una vez por mes, tranquilamente.

Esto tal ves suene repetitivo si leen el resto de los comentarios, pero, van a comer hasta reventar el estomago. Realmente, me costo caminar después de esa comilona.
Las entradas son riquísimas, los platos principales una locura, sobre todo el Malfatti, y los postres muy ricos.
La atención es muy buena, te atienden de a varios mozos y te explican que es cada cosa que estas por comer. El ambiente muy copado, una casa antigua muy linda. El único punto en contra, como par aquejarse de algo, es que la zona es media compliqueti, pero fuera de eso, todo excelente. Altamente recomendable.

La primer pauta para visitar este lugar, coincidiendo con las reseñas anteriores, es: hay que ir con hambre… mucha!
Es un resto con ambientación calabresa y de inspiración mediterránea.
Tiene un menú fijo que va rotando en la semana, consta de 4 pasos una entrada, 2 principales y el postre.
La entrada o antipasto es espectacular, son 12 platos con variedad de fiambres, pickles, vinagretas y algunos calientes. Todos los ingredientes son de excelente calidad. Da pena dejar sobras.
El primer plato es pasta, perfecta, al dente. Al terminar el primer plato se podría decir que uno ya comió bien pero no… hay mas!
El segundo plato varía, en mi caso probé un risotto con pollo relleno… nunca comí un risotto tan sabroso! y eso que probé varios.
El postre quizás es lo que menos me sorprendió, es una degustación de distintos postres típicos con algunos toques de autor, igualmente muy ricos.
La relación precio calidad es excelente y la atención muy buena, super atenta.
Puedo resumir la experiencia como SUBLIME!!!

This has got to be the best Italian restaurant in BA. It is in an area of BA I was not that familiar with (Monserrat), but everything was delicious! The dessert platter was to die for and I still think about it to this day. Really romantic ambience.

Llegamos a María Fedele con una solo recomendación: «Vayan con hambre!».
Realmente nos sirvió, creo que nunca en mi vida comí tanto como esa noche. La gente del lugar nos dijo que es la tradición calabresa, pero creo que ni siquiera en Calabria se come tan bien!
El sistema consiste en un menú fijo bien italiano: Antipasti, Primer plato, Segundo plato y postre. Y el munú cambia todos los días de acuerdo a los ingredientes que encuentre el chef en el mercado. Nosotros a eso le sumamos un Malbec que nos recomendó el mozo (tienen una bodega boutique con muy buenas alternativas a precios sumamente económicos).
Vamos a lo que importa, la entrada es un compendio de platos, creo que alrededor de 10, o más. Sólo con el Antipasti uno se puede volver a casa más que satisfecho, distintos tipos de fiambres, quesos, berenjenas en escabeche y a la parrilla, hongos, polenta, y la vedette de la entrada, un chorizo casero condimentado que no podes dejar de comerlo. El mozo nos dijo que no nos llenáramos con la entrada y razón no le faltaba, pero al tener toda esa comida en frente es muy difícil no picotear.
Primer plato, pastas obviamente. Ese día nos tocó panzottis de verdura y unos paccheri con estofado de osobuco cocinado por cinco horas increíbles. Creo que por lejos paccheri fueron lo mejor de la noche.
Segundo plato, carne rellena con roquefort y risotto. Ya a esa altura era difícil encontrar un hueco en el estomago pero increíblemente lo terminamos.
Postre, que en realidad era un degustación de postres. Si los comimos es porque realmente estaban exquisitos. Yo no soy de comer mucho dulce pero me encantaron.
Para terminar grappa digestiva y a casa.
Altamente recomendable, sobretodo si venís de una semana de ayuno!

Soy fan de todos los lugares que tienen como propuesta hacerte sentir como en tu casa. Y la gente de María Fedele cumplió a la perfección con esa consigna.
Se mudaron de San Telmo a la Asociación Italiana que tiene un salón amplio con no muchas mesas lo que le da un clima más acogedor. Se especializan en comida calabresa … Les aseguro que ir a comer acá marca un antes y un después en tu capacidad de degustar comida!!! Con un menú fijo tenés el antipasto, primer plato, segundo plato y degustación de postres… Más la entradita con aperitivo de cortesía y la grapa para el final!!! Mamita hay que ir con hambre!!!
Si bien el menú es fijo depende de las ganas del chef lo que vayas a degustar la noche que te sientes en su restaurante. Aunque las pastas son infaltables y puede variar entre carnes tiernitas y risottos.
Pero bueno, voy a contar mi experiencia puntual: arrancamos con una panera buenísima y con pan calentito, siempre tentador. El antipasto que nos trajeron era tan pero tan abundante que era de no creer… No paraban de llegar platitos. Recomendadísimo un chorizo casero que hacen y las berenjenas con oliva. El jamón crudo… una manteca!!!
Después vinieron las pastas… El primer plato (que en realidad eran dos!) Unos sorrentinos de verdura caseros y una especie de mostacholes con osobuco. Ricos!
Segundo plato carne con queso azul y risotto. A esa altura ya no podíamos creer que seguíamos comiendo!
Para finalizar degustación de postres con tiramisú, manzanas, peras, chocolates y mismísimo cielo para los amantes de lo dulce.
También tienen vinos boutique y sifón. Después de la comilona terminamos con una grapita de la casa fría exquisita!
Es Él lugar para degustar exquisiteces italianas!