Gran joya escondida en la Plaza Plate. Creo que es el lugar ideal para descubrir parte de la rica cocina japonesa. El lugar es pequeño, no mas de 4 mesas adentro aunque tiene otras tantas en la calle(la experiencia no es la misma fuera con todo el ruido de los demás restaurantes). Los pedidos se realizan en el momento y muchas veces se puede ver como decoran el plato con la delicadeza y paciencia típicamente oriental. Muchas veces, cuando lanzan platos nuevos, pasan por las mesas ofreciendo pequeñas degustaciones. Eso no lo vi en ningún otro resto de sushi. Le recomiendo hacen un menu de 3 pasos dado que los postres son imperdibles y acompañar todo con una buena cerveza Asahi, nada de champagne!