Es una experiencia INCREÍBLE. Incluso sabiendo que la idea es genial, vivirlo supera las expectativas. Llegas, en un living relajado te vas poniendo en clima, te dan un mameluco, un casco y un bate, te dejan elegir tu música y elegir qué cosas querés que haya en el «Cuarto de la Ira»(la habitación de romper). Una vez adentro te podes filmar, podes llevar también tus cosas para romper, alguna foto, algo de tu laburo, lo que sea. Entre 30 y 60 minutos suele durar un turno en el que descargas tensiones que ni sabias que tenías y salís reseteado, renovado y relajadisimo. Para eso también está la habitación del relax, con música tranqui, luz de velas, sillón relajado y demás. Es una experiencia SÚPER recomendable y divertida. Va bien como regalo de cumpleaños, para ir en parejas, con amigos, de todo. Genial!
Cindy G.
Rating des Ortes: 4 Buenos Aires, Argentina
Diversión asegurada es la que provee The Break Club, donde elegís diversos electrodomésticos(desde TV hasta computadoras completas) y botellas para destruirlas con toda tu ira. Ciertamente es una vivencia única, ya que un ciudadano moderno no tiene la oportunidad de destruir impunemente, salvo que seas piromaníaco o psicópata. Funciona en una vieja casa sobre Nicaragua, donde además del Break Room, también tenes dos salas de relax en el pre y post destrucción. La experiencia es muy personalizable: podes llevar tu música o también fotos que quieras pegar a los objetos que recibirán una paliza. Ideal para sorprender a alguien, ir con compañeros de trabajo(adjuntar foto del jefe) o para los que tienen más issues, complementar los años de terapia.
Mariana D.
Rating des Ortes: 5 Buenos Aires, Argentina
Uf, qué lugar… qué lugar señores! Basicamente, comprás un catering de elementos para romper(botellas, monitores, cpu’s, televisores, etc), llegás, elegís tus armas, la música, te ponés un equipo protector y entrás a romper todo. De la manera que quieras. Raras veces en la vida disfrutamos de un proceso tan divertido y liberador como el vandalismo contenido. Recomiendo absolutamente la experiencia de encerrarse a romper todo, completamente sin reglas, y si es en equipo, tanto mejor. Post volada de peluca, vidrios volando por todos lados, chatarra hecha pedazos, el anfitrión te lleva a una sala de relajación con música, luz tenue, velas, lindos aromas… podés elegir entre sentarte a descansar y mirar el techo o tomarte una birrita de la paz. Y después, volvés a tu casa como nuevo. A dormir como un bebé. Recontra volvería.