Thomas y Heredia

Un restaurante común y corriente, sin nada muy bueno o malo. Para pasar el rato.
Si le tengo que poner puntuación, diría que la carne (6), achuras (7), ensalada (6), postre (7), atención (8).
Ideal para familias o juntada con amigos. Con la parrillada para 2, comen 3

Porciones Abundantes, buenos precios, muy buenas achuras, pero floja la carne, mucha grasa y medio dura.
Buena atención. Como parrillita al paso esta bien, para ir sin muchas pretensiones.

Quería guardarme esta reseña para escribir como corresponde, pero no aguanto mas se los tengo que contar. Quiero hablarles de una parrilla que ganó por votación cuando fui con mi novia, no erramos en la elección.
Nos sentamos en la mesa que estaba libre, porque vimos a una pareja de ancianos que se paró con una botella en la mano.
El tiempo de atención fue muy bueno, a pesar de que estaba lleno, tanto por dentro como por fuera.
Yo me pedí un bife de chorizo, y mi novia una bondiola de cerdo, los dos cortes estaban bien cocidos y muy sabrosos, también nos pedimos una gaseosa de litro que casi la terminamos antes de que llegue la comida, porque de entrada nos pedimos una provoleta que fue lo único que puede fotografiar y el resto no me importo retratar.
Con la mesa llena de migas de pan, esperamos la cuenta. No me llevé una sorpresa, llegó con un valor que nos esperamos, pero nos fuimos a caminar bajo el sol con mucho placer de haber tenido un domingo en un barrio con las mejores parrillas.

En la esquina que le da nombre, nos encontramos con otra de las parrillas del tradicional, prestigioso y muy carnívoro circuito de Villa Ortúzar. En este lugar la atención es un poco peor que el promedio, la espera más larga, los mozos no tan atentos. Las porciones son más reducidas que en otras parrillas sin que los precios lo sean, y no es para cuidar las arterias del cliente precisamente.
La carne es buena en general, aunque las achuras están lejos de lo deseable. El lugar no es chico, pero exprimen el espacio para mesas, es probable que termines demasiado cerca de la mesa más cercana.

«Thomas y Heredia» es la parrilla hermana de «Lo de Charly». Ambas parrillas son del mismo dueño y están ubicadas a unas pocas cuadras una de la otra. Así, Thomas trabaja la estética de Charly pero con un poquito más de calidad. No, Thomas y Heredia no está abierta las 24 horas pero la carne es bastante-​bastante mejor. Yo no me ando con chiquitas, podría comer todos-​los-​días carne asada, así sin acompañamientos, sin embargo, Charly es capaz de entregar unos pedazos de vacío que le sacan las ganas masticar hasta aquel que ve una vaca y le da hambre. Thomás no es así: está pensada como una parrilla un poquito superior a Charly.
Sin embargo, Thomás tampoco la descose. Es cierto que es una parrilla barata pero tampoco es regalada. La carne está bien –aunque cuesta mucho que la traigan jugosa-​, las achuras son correctas –aunque no hay tripa gorda ¿por qué nadie hace tripa gorda?-, la carta de vinos es un poco tristona y el pan a la noche suele escasear o ser muy viejo. Dicho esto, si no son las 4 de la mañana (o las 4 de la tarde) siempre es preferible ir a Thomás, es bastante cerca de Charly, es carne fresca –y no mantenida con vinagre como en muchas parrillas de la capital– y ofrecen, igual que Charly, una opción de tenedor libre que si te sentís inspirado siempre resulta económica.