Conseguir una buena tintorería artesanal hoy en día es digno de una novela de misterios, las grandes cadenas que trabajan en masa y varias veces pobremente, monopolizan el sector. Huérfano de mi tintorero japonés cercano que cerro hace ya unos años, deambulé entre distintas sin quedar muy satisfecho. Hoy con ARAKAKI tengo otra vez la tintorería esa que un amigo te recomienda frente a una situación especial. De hecho, es la forma en la que la conocí, la situación fue campera blanca inundada de café gracias a un mozo con aires de bailarín clásico pero la sutileza física de la Mole Moli. Parecía una situación irreparable, más cuando en la tintorería cadena del barrio me desalentaron con un «probablemente no quede bien». Por suerte apareció esa recomendación salvadora y hoy en día tengo mi campera en perfecto estado, gracias a Diana y Carlos ARAKAKI. El lugar esta estancado en el tiempo, sin carteles ni referencias sobre la residencial avenida clásica del barrio de Caballito. La puerta de hierro y vidrio, cerrada con llave, pero cuando te ven llegar y se acercan a recibirte. Por dentro no es lujoso para nada pero todo ordenado y con esa MÍSTICAARTESANAL que dice«Acá las cosas se hacen bien, esto es arte». Los precios son normales creo 190 un ambo, 170 vestido y capas un poco más cara las camperas 200 pero bueno, fue mas barato que comprar una nueva. Creo que el espíritu de Unilocal es recuperar estas recomendaciones entre amigos, así que les dejo esta experiencia para los que son del barrio o en algún momento necesiten un milagro textil.