La Pizzería Santa Lucía es una tradición que va pasando de generación en generación. Allá, por la década del 80 y 90, todavía no era tan popular el delivery, por lo cual tanto mis padres como los demás clientes hacían largas colas sobre el local de Avenida San Martin(entre La Merced y Moreno) para poder llevarse tremendos manjares a sus casas. Actualmente, el negocio sigue siendo atendido por sus dueños, en un clima muy familiar y de barrio. El espacio para comer ahí no es muy amplio, pero casi nunca está repleto. La relación entre precio y calidad es excelente, ya que manejan valores moderados a cambio de productos elaborados con ingredientes de primerísima(la salsa de tomate que usan es sublime). Trabajan pizza molde y a la piedra, en sus tamaños chico y grande(seis y ocho porciones bien servidas, respectivamente), pizza rellena, fainá, empanadas, bebidas y postres. Además, ofrecen pizza de diferentes gustos por porción, y son ENORMES(casi del tamaño de dos porciones normales de pizza grande). A mi gusto, tienen el mejor fainá(sí, va acentuado en la á) que probé en mi vida: grande, alto y esponjoso. Recomendación: pidan una fugazzeta o una fugazzeta rellena, es LAGLORIA. No exagero si digo que Santa Lucía tiene la mejor pizza de Caseros(¿y alrededores?).