Be Happy

Que pena no poder ponerle 5 estrellas como le hubiese puesto si era Che Camilo, el nombre anterior que tenía este bar ubicado en Guemes.
Tras debatir con amigos donde comer en guemss «barato» propuse ir a Be-​Happy, y si, los precios se siguen conservando baratos relativamente en comparación a los otros bares de la zona.
Pedimos pizzas, obvio que recomendé la mexicana y la de pollo, otra clásica de muzza y otra de fugazzeta… que decir… bue…la calidad bajó demasiado, las pizzas con los otros dueños eran zarpadas en ricas y completas, bien sabrosas. Esta vez, comparando con otras experiencias anteriores, no estaban muy ricas, la de pollo si, (podría recomendarla como una para probar si o si) las otras más o menos… Para los chicos que probaban por primera vez, quedaron súper conformes. Yo, Que ya tengo otras experiencias .sólo volvería por la de pollo y verdeo.(y por los precios cuando ando media corta de cash)
Más allá de eso, el ambiente como siempre bien y los mozos nos atendieron con la mejor.
Cenamos al aire libre y hacia mucho frío, el quincho estaba lleno y las habitaciones ambientadas también.
El baño por suerte fue remodelado, antes era para uno solo, ahora son para tres (así que chicas, ya no tenemos que esperar tanto)

Creo que «meh» es una buena forma de describir este lugar.
Fuimos en la búsqueda de un lugar en Güemes en el que pudiéramos comer y beber barato. El objetivo se cumplió con creces porque al lado de los demás bares los precios son muy buenos peeeeero a cambio recibís un producto que ni fu ni fa.
Comimos pizzas. Yo probé la de muzarella y la de pollo al verdeo. La primera me pareció un espanto, la segunda estuvo más o menos bien. Los demás también comieron una mexicana y una fugazzeta que dijeron que zafaban.
Todo lo demás estuvo bien. Buena atención, la comida vino rápido y a pesar de que éramos muchos, no se olvidaron de nada y se acercaban para preguntarnos qué tal estaba todo, así que perfecto.
La decoración zafa pero me gustaba un poco más Che Camilo. Igual tengo que admitir que no es mi estilo así que mucho tiene de subjetivo.

Que decir de be happy, supero conforme con todo, el lugar es muy amplio y muy cómodo, si la noche esta linda salis a la terraza y si esta algo frio, tenes mucho lugar a de entro.
El lugar es muy guay, y su atención es muy buena, los mozos super atentos y rapidos.
Un buen cambio que vi, fue que en un año modificaron los baños de damas, para hacerlos mas comodos y funcionales, punto a favor
Bueno hablemos de comida: mis recomendaciones, la pizza mexicana con carne, cebolla y morron exquisita. La lizza de pollo y verdeo, que es para mi la mejor y bueno tienen las papas be happy que tienen chedar, panceta y verdeo, para chuparse los dedos.
En fin, un muy buen lugar para ir en grupo. Se come bien y no es caro, buena musica, bien descontracturado para cualquier dia de la semana.

Suenan Los Piojos, atardece en Córdoba, terraza, birra fría, buen precio y de repente empieza a picar el bagre y bueno pidamos algo para comer… Peeeero la niña hippie que nos toco como moza tiene algunos problemas de memoria y se olvido la mitad del pedido de bebidas para empezar así que… Pedimos rabas y papas Be Happy que tardaron 45′ en llegar, frías y mal cocidas. La terraza suma pero bueno por el precio no se puede pedir mucho.

Be happy es un lugar diferente donde se puede apreciar retratos de los grandes del rock nacional y escucharlos al mismo tiempo… cuenta con un montón de espacios variados para disfrutar con quien se vaya. Puede ser desde muy romántico, familiar y con el grupo de amigos.
La comida es exquisita y la atención muy buena!
Uno de mis lugares favoritos y más recomendado.
La terraza lo que más me gusta tanto para ir a las 19 a tomar un buen licuado o después de las 00 por cervezas, fernet, baileys. Y muchas bebidas más.
Por otro lado la comida es muy rica y variada, desde las pizzas, el locro, las pastas, pescados, tablas y de más.
Todos en be happy tienen muy buena predisposición. Son muy atentos.
Me encanta. Lo recomiendo sin dudas.

Chicos, no hay wi-​fi, les aviso de antemano.
Fuimos a este bar un día de semana justo a las 00 cuando comenzaba el paro general y como era lo único que estaba abierto por Güemes un lunes, nos mandamos.
Está armado en una casona antigua (ex Che Camilo) que conserva su estructura, tiene una terraza en la esquina que da a la calle Belgrano y un salón bastante grande y espacioso para las noches frías.
La decoración no es una cosa del otro mundo pero zafa, que se yo.
Pedimos papas fritas con huevo, rabas, coca cola y cerveza imperial, todo muy delicioso pero con bastante aceite así que me clavé un omeprazol antes por las dudas y rogué que no me explote la vesícula en ese momento.
Después de comer pedimos unos tragos: caipiroska y mojito, que estaban bastante bien hechos y ricos así que salimos todos contentos y entonados.
Los mozos son muy atentos, se acercaron a cada ratito para ver si estaba todo bien y si necesitábamos algo. Cada tanto venían a conversarnos de algo, bastante piolas.
Como dije no hay wi-​fi así que es un bar para ir a charlar entre ustedes. El ambiente es agradable y siempre hay alguien dando vueltas por ahí. Lo recomiendo porque me copó la mucho la onda.
Una advertencia les daré y es que cuando entren y suban las escaleras lo hagan con cuidado porque son angostas y medias empinadas. Just in case

No hace mucho que apareció este lugar, antes se llamaba che Camilo, el lugar sigue siendo una casa de esquina con muchas habitaciones, cuyas paredes están pintadas con murales de colores muy vivos, arriba tiene una terraza muy amplia y también un quincho cerrado.
La experiencia que tengo no es del todo grata, la semana pasada fui a comer con los compañeros de oficina éramos mas de 20, todo empezó para acomodarnos, era una día de mucho calor y nosotros lógicamente queríamos en la terracita, tenían posibilidad de armarnos una mesa pero no hubo buena predisposición, nos armaron una mesa en el quincho, donde hacía un calor insoportable, le pedimos un ventilador pero no había, y algunos compañeros quedaron atrás de una columna, así que ni se podían relacionar cn el resto. La suma que pagamos fue monumental, pero no porque sea caro, sino porque comimos y sobretodo bebimos mucho, las pizzas zafan, ni malas ni buena. Lo feo fue la onda de la gente que trabaja, le pedimos de regalo un fernet, pero por esa costumbre de pedir una atención y después de toda una noche de consumir lo único que nos dieron fue un vaso chiquito para los 20, parecía más una cargada que una atención de la casa.

«Vamos a Be Happy!» Se escuchó, y yo fui con un poco de prejuicio y desconfianza de un lugar que en su exterior tiene tantos colores y dibujos, más dignos de una feria de artesanías, que de un lugar para ir a comer.
Apenas entras te das cuenta que es una antigua casa reacondicionada como bar, o restaurant.
Fuimos temprano y sin reserva, encaramos derecho por la escalerita del medio del lugar, y en el primer piso entramos a uno de los salones (habitaciones), todas pintadas de diferentes y llamativos colores. Tienen muy poquitas mesas por salón, por lo que con una música de fondo que temprano está más bien baja, se vuelve un buen lugar para conversar y comer tranquilos.
La atención es muy buena, aunque por ahí la cocina demora más de lo que se podría esperar de un lugar en el que había poca gente. De todos modos la espera vale la pena ya que la comida estaba realmente bien.
También tienen una carta de tragos muy completa.
Otro detalle de este lugar es que tiene una especie de terraza en la que si el día lo amerita se ponen un par de mesas. En definitiva Be Happy suma por todos lados, y el precio no es para nada caro.

Be Happy es, como varios boliches de córdoba una casa remodelada para ser boliche bar. Esto brinda la posibilidad a los encargados del lugar de ofrecernos una gran variedad de ambientes de todo tipo, privados, mas públicos e intermedios, dependiendo nuestro estado de ánimo podemos elegir el lugar que nos parezca más cómodo. Además de eso nos ofrecen un menú sumamente apetecible en cuanto a bebidas y comidas de todo tipo. El ambiente es bastante agradable, más si sos de esas personas a las que no les gusta relacionarse con el mundo exterior, si, de esas que te molesta que te toquen en el boliche o que te empujen, bueno, acá no va a pasar, como bien te dije, tenes muchos tipos de ambientes para elegir, dentro de ellos habitaciones en las cuales podes pasar un momento tranquilo con amigos, pareja o hasta en familia. En cuanto a precios, digamos que son acordes al servicio que brindan, obviamente todos sabemos que el precio en estos lugares aumenta considerablemente si lo comparamos con el kiosquito de la esquina o un supermercado, pero bueno, tampoco es excesivo. El personal es muy atento, amable y amigable, se puede pasar un buen rato en este lugar con amigos, hacer una buena previa o simplemente disfrutar de una buena noche.

Es un bar que queda en un esquina muy transitada. No es de mis bares preferidos, pero puede decirse que tiene una onda agradable. Antes que sea «Be Happy» era «Che Camilo», bar que por ser de unos amigos, le agarre cariño. Pero más allá del cariño, y siendo objetiva, el lugar tiene suficientes ambientes separados uno de los otros (pues es más una casa familiar adaptada que otra cosa) que te dan la posibilidad de elegir dónde quieres estar sentada o sentado dependiendo la situación: un lugar más íntimo, más abierto, al aire libre etc. Lo que me gustó mucho la otra noche que fui, fueron las empanadas fritas que no se encuentran así no mas, además de la comida, su decoración que seguía una estilo reciclado me gustó también. Es un buen lugar para hacer una previa, sobre todo si no gusta estar tan rodeado de gente, pues como decía en un principio, hay ambientes para todos los gustos y deseos.

Be Happy (ex Che Camilo) es uno de los lugares que ya por su sola estructura, me tiene en su bolsillo. El resto bar, instalado en una casona antigua, ha sido pensado de manera tal que cada habitación se encuentra habilitada para recibir a la clientela y que se sienta como en su casa: sillas, puff y almohadones, se encuentran en cada uno de sus rincones. Un detalle que suma, son los coloridos graffitis en todas sus paredes que te hacen creer que estás en tu casa pero no en la que vivís todos los días sino en esa que en tus sueños compraste en México.
El broche de oro, es una enorme terraza que te inspira a instalarte hasta que te echen con la escoba y apaguen la última luz.
Sus nuevos dueños, mantuvieron la onda del lugar pero asumieron el riesgo de ofrecer novedades. Entre ellas, con ojo de lince, descubrí en la carta que a diferencia de otros bares no sólo podés pedirte tu medida de fernet con la gaseosa sino que incluso podés pedirte tu botella de fernet (si, leíste bien) chica o grande y compartirla con quienes te acompañaron al lugar. Lógico, el precio dobla al que tiene en el almacén de tu barrio pero te aseguro que tomarla en la terraza de Be Happy, es una inversión.

Muy buen bar — restaurante para pasar un buen momento en pareja, entre amigos o inclusive en familia. Es un lugar amplio que cuenta con gran variedad de ambientes, desde lugares cerrados y privados hasta un espacio cerrado en la parte de arriba, una especie de quincho cerrado, donde se puede reservar para festejar algún evento o solo para estar entre amigos cómodamente y exclusivamente atendido por un agente del personal. Además, cuenta con una terraza que permite una hermosa vista y donde se puede apreciar la noche de forma acogedora, ideal para los cielos nocturnos de verano con temperaturas óptimas. Allí se puede consumir una gran gama de bebidas o de comida, y los precios varían según el pedido. Está ubicado en una zona de excelentes lugares de consumo gastronómico, la zona vieja de guemes, hilvanada por la calle belgrano. cuenta con baños en excelente estado y una destacable atención del personal.