Bonafide

Tenía una hora de break, un libro y el día estaba fresquito así que me refugié acá. Confieso que fui con reserva por las reseñas que leí pero bueno, está a una cuadra del laburo y hoy domingo no hay muchos lugares abiertos. En fin, me metí, exploré y me senté en un lugarcito muy bien preparado para meterme en la lectura y tomar un cafecito. Muy rápido vino la moza que muy atentamente me explicó los items que no aparecían en la carta y que podrían interesarme, si bien sonó muy tentadora la merienda campestre yo iba con el antojo decidido y opté por un café irlandés que estaba… riquísimo, una delicia.
Disfruté mi estadía en el lugar y volveré sin lugar a dudas. Por qué no 5 estrellas? Porque me pareció medio carito, no mi café irlandés pero sí otros productos de la carta. Quién sabe, tal vez tengan relación precio y calidad, volveremos y les daremos una oportunidad y tal vez suba el puntaje.

Ya sé que ostentás una esquina tremenda de dos plantas en Colón y Cañada, con alguna que otra mesa en el deck improvisado, que tus dulces son tradicionales y saben a infancia, que tus selecciones de café hipnotizan. Ya sé que alquilaste una marca de las más emblemáticas y que irónicamente, significa «buena fe».
El caso es que si demorás media hora (sí, 30 minutos) en acercarte a la mesa con la carta, el cliente se cruza al Martínez o a Starbucks.
Aunque sea la fuerza de la cultura propia del mercado, que algo te haga entender que tomar un café es un ritual digno del mayor de los respetos.

Excelente disposición del local. Cómodo. Buena variedad de cafés, tortas, postres, etc.
No es barato. Un poco ruidoso. Buena ubicación.

Muy lindo local. Tiene dos pisos, el de abajo es muy cómodo con muchas mesas y algunos sillones, para ir de a dos o tres personas, y también con la opción de sentarse sobre la vereda en un mini balconcito. El de arriba, es ideal para grupos, tiene mesas grandes y amplias, y sillones para hasta 5 personas. Aire acondicionado, wi fi (clave: bocadito), muy linda vista a la esquina de Colón y Cañada desde los dos pisos con grandes ventanas. Cómodo tambien para ir sólo y leer algo. Y como siempre en los Bonafide, buenas opciones de café, muy ricos sandwiches y una gran variedad de pastelería de Graciela Franchesquini.
Súper recomendable.