Isla de los patos

Muy cerca del hospital de clínica, en el paseo lindero al rio Sequia, se encuentra la isla de los patos, que quedo formada por una bifurcación del rio, no sé si natural o artificial y se puede llegar a ella por dos puentes. Los fines de semana se suelen hacer ferias y la comunidad peruana suele poner puestos de comidas típicas. Hace muchos años esta zona estaba lleno de patos, pero hoy en dia no se ve ni uno, las malas lenguas dicen que se los comen. Yo supe tener un pato de mascota para un sobrino y cuando ya estaba grande hicimos la liberación en esta isla. La zona seria un hermoso espacio verde, si la gente colaborara un poco, el rio es radioactivo y se puede ver toda la basura que arrojan en el, sin embargo hace unos años por lo menos la municipalidad le hizo unas reformas y esta un poco mas prolijo, le agregaron unas reposeras de cemento que quedaron muy lindas. La gente lo suele usar mucho para hacer ejercicio, tiene toda una ciclo vía que recorre el rio ida y vuelta, también unos altos con mobiliario para hacer abdominales y flexiones de brazos

Cuando llegué a vivir a Córdoba en el año 1996, la ciudad era complemente diferente a lo que es ahora. Sí, era más chica y había zonas que no estaban tan extendidas como lo están ahora, pero era mucho más linda y limpia.
Uno de esos lugares era la Isla de los Patos inaugurada a principio de la década del ´90 por Mestre. Recuerdo haber ido a ver a los patitos y que los domingos cerraban parte de la Costanera a la altura de la isla y se podía andar en bicicleta o en rollers, comer en familia y jugar.
Ahora nada es lo que era. Hace un tiempo, el gobierno de Ramón Javier Mestre intentó «reinaugurarla» pero poco duraron los nuevos patos. Algunos culparon al hecho que intentaron poner patos que no eran autóctonos, otros al mal estado del río Suquía y otros a que la Municipalidad no cuidó la zona.
No obstante, el lugar es utilizado por muchas personas que van en bicicleta por la ciclovía, corren o aprovechan la sombra para descansar aunque el lugar está sucio, lleno de basura y con pastos altos la mayoría del tiempo.

Tengo fotos en este lugar cuando tenía 4 años (1994), en esa época ibamos con mi familia a la isla de los patos como un paseo de fin de semana. Le dábamos de comer a los patos y esa era la diversión de la tarde. A veces llevábamos un barrilete y pasábamos la tarde intentando que vuele. Ahora creo que muchas familias con chicos chicos lo siguen haciendo.
Después como alumna del Belgrano volví. En el cole nos dejaban salir a comer a la calle (a partir de cuarto año) y comprar algo para comer al costado del río era una de las opciones favoritas de muchos.
Estás en plena ciudad pero sobre el pasto, con poca gente alrededor y si hay sol mejor todavía. Para todos los alumnos del cole este lugar es muy significativo, muchos almuerzos y muchas tardes en las que decidíamos no entrar a clases porque la costanera estaba demasiado tentadora. ¿Quién le puede decir que no a una siesta al sol en pleno invierno?
No es el lugar más limpio del mundo, pero está bastante limpio. Eso si, de los patos ni noticias. En la época en la que fui al cole era por épocas, por ahí había, por ahí no había.

La isla de los patos fue escenario de muchas infancias para quienes hoy tenemos de treinta y pico de años hacia abajo. Darle de comer a los patos era una actividad que todos alguna vez realizamos con nuestros padres o abuelos. Actualmente casi no hay patos (la verdad, no recuerdo haber visto uno desde hace unos cuatros años), lo cual es muy triste y habla de lo «limpio» que está el Río Suquía en la actualidad. Al margen de los patos, hay que hacer mención de que el lugar ha sido retocado en los últimos años, agregándole juegos para niños (inclusive, cuenta con juegos de plaza para niños con capacidades diferentes). La isla está pegada a la Costanera, que siempre tiene en su paisaje ciclistas, gente que trota, chicos en bicicleta, parejas tomando mate, los alumnos del Manuel Belgrano y vecinos de la colectividad peruana de Alto Alberdi. De hecho, son estos últimos quienes suelen instalar puestos de comidas típicas los fines de semana, donde se pueden degustar delicias recién preparadas (y a la vista) acompañadas de un buen trago de chicha mora. Es ideal para salir a caminar y despejar la mente, pasear al perro o remontar un barrilete. No recomendable por la noche, claro.

Ya pasaron muchos años desde que la ciudad con alegría le dio la bienvenida a un nuevo espacio verde: la Isla de los Patos, nombre que recibió en honor a los nuevos habitantes de nuestro Río Suquía.
Con una ciclovía, el verde bordeando al río, una glorieta y especie de rotonda donde todos se congregaban para hacer deportes entre bicicletas, abdominales, patines y más patos; con aparatos para hacer gimnasia, con el sol que calienta el asfalto, con el Gigante de Alberdi que le da la espalda, con la comida típica peruana que inunda con el olor de sus comidas la zona.
Con todo eso y mucho más, a pesar de los intentos de cuidarlo, de hacerlo renacer, de devolver las plumas a los patos, de llevar y traer nuevos patos, de las tareas de limpieza, de la fiesta del Inti Raymi que ahí se desarrolla todos los años, es un espacio que se pierde cada día un poco más.
La Isla de los Patos, es un espacio que nos recuerda la esperanza y las creencias que defienden a capa y espada una porción de cordobeses, frente a otra porción que nada le importa. Pero no hay que quedarse de brazos cruzados y hay que devolverle su magia al lugar. El intento, los miles de intentos valieron y valdrán la pena.

21 de septiembre de 1991. El ex intendente Ramón Bautista Mestre inaugura la Isla de los Patos y esta se convierte en un ícono de su gestión. Pensado para descanso y recreación, incorporaron a la naturaleza del lugar una variedad de aves plumíferas especialmente Patos, que durante un largo tiempo fueron el motivo de congregación de familias, estudiantes, vecinos que disfrutaban de su presencia, convirtiendo a este paseo en un pulmón natural dentro de la urbe de cemento que la circunda .Se instalaron bancos, diferentes aparatos para realizar actividades físicas, como así también la inconfundible Ciclo vía que acompaña toda la vera del rio Suquia de Norte a Sur como su fiel compañera. Pero desgraciadamente este lugar se ha convertido en la sombra para lo que fue pensado, depósito de basura, la mayor parte del año los yuyos avanzan y convierten a este lugar en una desolación. Los queridos patos fueron desapareciendo fruto de la desidia de las autoridades y del vandalismo de unos inadaptados. Si bien el Gobierno creó un organismo llamado Patrulla del Rio que depende de la policía de la provincia de córdoba que funciona teóricamente todos los días de 8 hs a 20 hs, para proteger el patrimonio de los vecinos como la seguridad de los mismos, pero me digo la Patrulla a la hora de cumplir con la tarea para la que fue convocada, donde esta… Si bien las autoridades deben cumplir con su deber, los ciudadanos somos responsables del cuidado de nuestro patrimonio. Empezando cada uno cumpliendo con sus deberes de ciudadano, y haciendo cumplir a nuestros funcionarios con el mandato que le fue delegado, haremos que este lugar, como tantos otros, plazas, parques, centros recreativos, educativos en definitiva nuestra querida Ciudad toda recupere el lugar de privilegio como ciudad turística de excelencia.