Late

Bueno, viene retrasadita la reseña, pero llega!
QUE BUEN LUGAR!
Todo comenzó luego de un evento Unilocal,donde no nos bastó el tiempo compartido, que decidimos seguir juntos un rato más y nos fuimos a Late.
Late suena a «merienda o desayuno» (según mi analogía de palabras). Sin embargo, es un lugar FABULOSO, con una cocina preciosa tipo industrial a la vista (cocina que sueño tener cuando tenga mi casa gigante). Eso si, también quiero llevarme al chef de Late porque las comidas que tienen son un manjar! Probamos diferentes platos: un Pad Thai y un sandwich peppa pop que… (oh siii!) estaban deliciosos. Además las porciones eran super abundantes. Sumando más estrellas está el detalle de que por llegar te sirven un tentenpié y un traguito de cortesía que ya predispone diferente a cualquier plato que le pueda seguir.
Los ambientes son enormes, decorados muy bonitos. La música adecuada para charlar. La cerveza fría, las porciones grandes… En fin, ya estoy siendo redundante! Mejor ve y prueba por tu mismo!
Lo recomiendo!

Lo que es la vida, pensar que conocía este lugar, pero hace unos 9 años atrás, cuando era un boliche y en la época que organizaba las Animé Bash. *suena de fondo Memories de Barbra Streisand* (comentario nerd de los noventas: si vieron The Nanny, sabrán a lo que me refiero).
Dimos con este lugar después del evento #Afterwine en Gordó porque estábamos buscando un lugar cerca que pudiera saciar esa bestia de rugidos potentes que le llamamos nuestro estomago. Después de tantos años, seguía siendo ese enorme lugar con múltiples espacios, pero tuve la grata sorpresa de encontrarme con un restaurante colorido, alegre y sumamente concurrido.
Apenas nos sentamos, nos trajeron un coctel de cortesía y unas verduritas en escabeche para mitigar el deseo de comernos la mesa. Me entretuve con la carta que, si bien era corta, presentaba platos únicos y que sonaban deliciosos. Y no me equivoque, ese miércoles pedí un Thai Pad que era de otro planeta. Era un enorme plato de arroz con carne y especias, sobre el cual reinaba un huevo frito. Creo que mi paladar nunca se había encontrado con las especias y el sabor particular de este plato, pero fue una experiencia religiosa. Era tan abundante que no pude terminarlo.
Para culminar la noche, gentilmente nos convidaron con unas trufas bañadas en chocolate, que fueron la frutilla del postre y de la noche.
Algo curioso era el decorado y los murales que adornaban el lugar, simplemente bellísimo, y las remeras de los mozos que decía algo como «Waiters are bartenders but cooler» o algo así. Eran muy simpáticas :P y ¡rojas! Era fácil encontrar un mozo entre el gentío.
Definitivamente tengo que regresar y darle una muerte honorable a todos los platos de la carta, para luego proceder a limpiar la katana, enfundarla, hacer una reverencia y vagar como ronin hasta encontrar a la próxima víctima gastronómica ;)

Es normal sí, pero me decepcionó… Había visto unas fotos ree lindaas, de los salones, del patio, de la comida, así que a lo mejor caí con mucha expectativa.
Llegamos temprano con una amiga y, mientras esperabamos a la otra parte del grupo, pedimos la carta para chusmear.
Antes de pedir, ya nos habían traído un aperol y un escabechito de cortesía. Ambas cosas muy ricas!
La chica que nos atendía, un amor! Súper atenta y cordial. Realmente, de la atención del lugar no se puede decir nada pero nada malo.
Luego que llegó el resto del grupo, decidimos pedir unas papas a la huancaína y unas rabas, de entrada.
Las papas no estaban malas, sin embargo estaban tan hervidas que les iba mejor para un puré que para la salsa huancaína. Las rabas, muy ricas y de porción bastante generosa.
Hora del plato principal. La carta, en este sentido, aunque no tan extensa tiene cosas interesanes. Elegí el ceviche y mis acompañantes platos varios (matambre a la pizza, sandwich peppa pop, mamá querida, son algunos que recuerdo).
El ceviche llegó en un frasco re paquete. Pero no, no me agradó para nada. Parecía una ensalada de cebolla morada con un litro de limón. Y el pescado? Missing In Action.
Los demás platos, a todos les parecieron geniales. Así que o yo soy muy rompe-​hue (que puede ser, no lo niego) o realmente los platos peruanos no son su fuerte.
Sobremesa y tragos. Fui por un Pomada, porque creí que no la podían cagar. Y la cagaron nomás… No era asqueroso intomable pero tenía mucho gusto a limonada aguada Y NADA MÁS. Bajonaso.
Quizás vuelva y me mantenga lejos de los tragos (y cerca de los vinos) y pruebe suerte con otros platos.

Esperé bastante para hacer una reseña de Late porque al principio tuve un repentino enamoramiento culinario y (como todos sabemos) los flechazos nos hacen hacer y decir pavadas de las cuales luego nos arrepentimos. Pero no hubo caso, las 5 estrellas van merecidas.
El lugar está ubicado en el corazón de Guemes, y como todo lugar de dicho barrio, es una casona transformada, por lo que hablamos de un lugar enorme: varios ambientes y un patio gigante, decorados sin grandes pretensiones pero no por eso de manera sencilla. En ese sentido, repite un patrón muy común en la zona, como es las mesas hechas de materiales reciclados (en este caso, bancos de escuelas).
Ahora bien, hablemos de lo que importa: el morfi y el chupi. Y ahí es donde Late destaca respecto de sus vecinos barriales, ya que presenta una carta corta pero versátil. El pad thai es una cosa de locos, bien especiado, el picante justo y una porción enorme. Las carnes son muy recomendables: el bife de entraña viene acompañado de papas, batatas y huevo, condimentado con chimi y salsa criolla. La costilla llega con verduras grilladas (a mi gusto pasadas de cocción), aceite de chorizo –sí, no es joda– y morcilla picada. Las focaccias son enormes, y hay opciones más simples como una papa a la huancaína o un clásico lomito (renombrado como «pepa pop»).
Punto a destacar para los postres, que son muy originales y deliciosos: recomiendo el helado frito, y antes sabían tener en la carta una panacotta de mandarinas que era de otro planeta. La carta de tragos es del mismo carácter, acotada pero tentadora.
La atención es muy correcta, al llegar siempre te reciben con algún cóctel y algo para picar (el invierno pasado nos dieron una exquisita sopa de calabaza, este verano fue el turno del escabeche), y la vez que no pedimos postre nos agasajaron con trufas. Muchas veces el local hasta las manos y la atención de los mozos no decae, punto a favor para los muchachos.
En fin: vayan y exploren la carta, que los precios de las comidas no son elevados y el lugar está bueno para ir con amigos o hasta con esa muchacha o muchacho con quien te queres enguachar.

«Me encantó cenar con ustedes en ese lugar primoroso»
Así fue el comentario al otro dia de cenar en LATE, un lugar primoroso. Pero además muy bien atendido, creo que aquí está la clave.
A ver, empecemos de cero.
El lugar es una casa antigua reciclada, que algún bolichero alguna vez ya recicló (el fantasma le sigue rondando) y mi primera sensación fue esa:
«mmm este lugar me trae recuerdos bizarros»
Ese primer recuerdo emotivo no está bueno, pero vas caminando rumbo al patio y pasas por lugares/​ambientes muy bien resueltos y cuidados. Hasta llegar al patio que yyyyyyyyy «porque hay cajas apiladas en el fondo?!», pero basta e mala onda, de ahí en adelante todo es para arriba.
Nos sentamos y al toque se nos acerco un mesero, nos trajeron las cartas (con un diseño muy particular, genial, y al principio un poco complicado: fuera de lo común, y eso es bueno) y al segundo de pedir nos vistieron la mesa y nos enchufaron unos escabeches con pan servidos en un muy trendy frasquito, «hasta que no llegue la birra no lo pruebo, tengo sed» PLOOM! un aperol con dash de soda! están en todo chicos!
Navegamos la carta, con platos muy tentadores (algunos un poco sospechosos en relación al precio incluso!), dimos vueltas hasta que nos decidimos:
–Por un lado unas bombas de papa con pollo (brasileras) «Coxinhas de pollo» ponele.
–Y por otro lado dos pedimos igual, unos emparedados muy tentadores.
El mesero nos aconsejo super bien sugiriendo que no pidamos lo mismo porque los chegusenes eran gigantes. Le hicimos csaso y fue un golazo!
Resumiendo, la comida fue muy rica (sabrosa y nueva, de novedoso, además tb era fresca ;)), la atención rápida-​cordial-​genial, los precios entre bajos y bien, y el resto que importa! que esten los fantasmas de exnovias, expresidentes y extraterrestres!
Remil recomendado LATE! (para ir de a dos, con tus amigxs, con tu mama y la nona, hiper eclectico)
5 Chanos para ellos, y prometo volver a probar toda la carta!

Llegue a Late invitado por amigos a una muestra que alli se realizaba en el marco de un ciclo llamado «Martes de Artes» y me sorprendio al primer golpe de vista. El lugar esta conformado por ambientes bien amplios que confluyen en un pasillo central, que a su vez te conduce al patio, la estrella del lugar en verano y el mas grande de todos los espacios. La decoracion es de buen gusto, y considero un acierto que sea sobria, con onda, justa iluminacion y no demasiado cargada como suele ocurrir en otros lugares que pecan de barrocos. Los mozos y mozas son despiertos, veloces y tienen la mejor. La cocina es amplia, ordenada y esta a la vista, de camino hacia el patio por el pasillo central. Tomamos unas cervezas, Imperial a la temperatura justa y con todas sus variedades disponibles. Con la birra nos trajeron pochoclos saborizados con curry y canela. La carta de tragos y de comida no era extensa, pero quizas es mejor una oferta acotada y bien elaborada que una oferta pretenciosa imposible de sostener dignamente a lo largo del tiempo. Creo que el caso de Late va por el lado de «acotado pero bien hecho» aunque no tuve la oportunidad de probar la comida, y quizas por eso no puse las 5 estrellas, pero los platos se veian excelentes y es la cuenta pendiente cenar alli en la proxima visita, donde tambien ire con bateria en el telefono para sacar fotos del lugar, super recomendable.

Un lugar que cuenta con tres espacios bien marcados. Al ingresar, te encontras con algunas mesas para ubicarte, luego, a traves de un pasillo, llegas al corazon de LATE, donde aparece un gran meson para compartir en grupo, y frente a este, la cocina, totalmente a la vista. Si seguis avanzando, llegas a un patio, que reparte mesas para 2,4 o mas personas, para que elijas.
La atencion de los mozos, fue rapida y amable. Y, ni bien te sentas, recibis una invitacion de algo para degustar, acompañado dd una copa de ponche.
La carta es amplia en su abanico de opciones y con precios razonables.
Comi un matambre a la pizza, exauisito y de una porcion dificil de terminar. Super abundante!

Es para ir de after con amigos en la semana. El ambiente es tranqui, se puede charlar. Pero el plato de berenjenas ahumadas me decepcionó :(, el resto de la carta power pero ahí.

Increíble lugar, increíble comida, increíble atención, todo excelentísimo. Ya conocía el lugar gracias a un evento de Unilocal con príncipes de los apóstoles (muy buen gin, recomendado), pero la verdad fui por primera vez a comer porque no pude apreciar el servicio y la carta en su estado natural.
Desde un principio sabía como era el lugar, pero aún así el patio que tiene me deja siempre con la boca abierta, lo cual no le quita brillo a las ubicaciones de adentro. Pedimos para comer y la verdad que la carta no se entiende mucho, son platos simples pero aún así no se tienen dimensionadas las porciones, por suerte el mozo muy atento vino al rescate y sin pedirlo comenzó a explicarnos cada plato de la carta, lo cual paso lo mismo con la moza que vino a tomarnos el pedido de los tragos.
Si mal no recuerdo el nombre me pedí un pad thai, que era riquisimo y muy llenador, si bien no es el original se mantiene muy fiel a lo tradicional. Acompañado con un jugo de naranja «natural» que probablemente no sea natural pero estuve muy rico, y en general todo genial. Sinceramente quede muy sorprendido y para bien. Volvería y si pudiera cenaría todos los días de mi vida ahí porque además todos los que atienden tienen muy buena onda y dedicación. 5 estrellas, remachadas y fijas para LATE, no se las saca nadie.

Del nuevo clásico paseo gastronómico de Güemes, surge Late como una experiencia radicalmente diferente. Es espacioso y cómodo, tiene un murla en su interior y la cocina está a la vista, además de contar con un patio enorme donde también tienen emplazadas mesas al aire libre.
La cocina es buena, el menú incluye un ceviche rico y fresco para las noches de calor, una focaccia de osobuco, una entraña en su justo punto (cabe destacar que no hay muchos lugares donde conseguir entraña en córdoba).
La atención es lujo, rápida, amable, con trago de bienvenida y sorbete pasabocas al final y lo mejor es la cuenta: todo es módico y acertado.
No dejen de ir.

Lindo lugar de Güemes con una gastronomía callejera mundial platos muy frescos y sabrosos sin tanta vuelta. La atención impecable y el patio que tienen sirve de mucho!

POCHOCLOS CON CURRY! Son lo más lo mejor que me pudo haber pasado!
Genial lugar en Güemes. Lo primero que llama la atención es que es muuuuy grande, tiene espacios amplios así que está bueno para grupos. Tiene un patio muy copado para el veranito.
La comida es riquísima y tienen un plato genial «fish & chips» que es difícil de ver acá. La cocina está ubicada en un lugar central así que se puede ver todo lo que hacen y cómo lo hacen.
La parte de coctelería también está muy completa así que si van no se pueden decepcionar.
Lo único malo es que lo mosos quedan sobrepasados rápidamente, entonces tardan mucho en atenderte, traer las cosas etc.

Decayó más rápido que River después de ser campeón de América.
La primera vez me pareció muy copado, la segunda ya no. Igualmente hay que hacer una diferencia entre la comida y la bebida. La comida es muy buena y no es tan caro, probé 4 platos diferentes y estaban todos muy ricos y los volvería a pedir, lo mismo con los postres.
En el tema de la barra no sé que pasó. La primera vez estaba Joquín Malki como bartender, ex milk y capitán, y la calidad de los tragos estaba muy bien. A la segunda vez que fui (sory que te mate si alguna vez lees esto) había una chica y la verdad es que no supo preparar bien ninguno de los tragos, lo peor es que entre esos tragos habían clásicos en los que es muy dificil errar. El Gin Tonic, era gin con jugo de limón y tónica. El mojito no tenía sabor a nada. En fin no se si estaba justo por esa noche solamente y no tenía mucha idea o que pero la próxima vez, si es que voy, espero que esté el Sr. Malki.

Apenas entras te encontras con ambientes amplios y cálidos. Seguís derecho, pasas la cocina a la vista y llegas al patio. Bien grande y agradable. Comimos tres meriendas que constan de café, jugó, y tostadas de pan casero acompañadas de manteca y una variedad de dulces. entre ellos dulce de tomate. Al principio me intimidó un poco y empecé por el dulce de leche. Me animé y probé el de tomate y fue un viaje de ida. ricazo!!! La merienda por persona la pagamos 50 $. Mi amigo estaba tentado luego por probar una focaccia. La pedimos, el detalle fue el cocinero a buscar las hierbas bien fresquistas de la mini huerta del patio. La focaccia estaba muy rica pero no tan gruesa como la imaginábamos. El mozo muy atento y nos atendieron muy bien. Seguramente iré de nuevo a probar la comida. me quedó picando el fish and chips y la caipi de maracayá!!

Despues del evento de gines volvimos a probar la comida y la bebida variada y la verdad que IMAPAKTADO. No solo por la comida sino por la calidad y rapidez del servicio.
La cosa fue asi pedimos las comida junto con los tragos pues somos personas ahorrativas y preferimos invertir en mas tragos y no en una gaseosa bajativa, y resulta que nos llego la comida antes que los tragos, y tampoco pedimos unas papas fritas con mayonesa como para que salieran tan rápido, pero en menos de 5 minutos (R E A L) desde que hicimos el pedido ya nos trajeron la comida.
En fin, pedimos dos platos de los cuales uno era mas una entrada pero comimos re bien dos personas, estos eran los Langostinos Pank que estaban mas buenos que una torta de jamon y queso para el chavo, primero la calidad del langostino EXCELENTE y el sabor ay ke dio mio braian, el gazapacho era una cosa de otro mundo cuando nos terminamos los langostinos lo comi con la cuchara puesto que era pecado mortal dejarlo ahi para morir en la basura.
Luego el plato fuerte que pedimos fue el Pak, na comida asiatico-​tailandesa y el sabor estaba logradisimo, muy riquisimo toda la combinación y la porcion bien abuandate, repito, comimos tranqui dos personas.
Respecto de los tragos, pedí un pisco sour, estaba muy riquísimo, no estaba fuerte como sabe pasar cuando no esta bien balanceada la cantidad del pisco pero a la vez capaz estaba un poquito suave pero no importa estaba muy bueno igual, no me cerro mucho que este hecho en copa de martini lo cual reduce su cantidad, capaz que estaría mas piola que lo hagan en vasos así a los alcodependientes nos dura mas.
El lugar es muy lindo, el patio esta bueno para el verano y adentro hay varios cuartos muy bien ambientados, la atención del mozo muy bien también, no había mesa y nos armo una ahí nomas.
Lo mejor de todo fueron los precios, la verdad ojala fuera una constante en otros lugares comer comidas tan bien hechas y tan ricas por el precio que pagamos acá, me pareció bastante barato en relación a la calidad de la comida y de los tragos, en fin seguiremos probando la carta.

Excelente lugar!!! Un lugar diferente en Nueva Cordoba, fuimos con una amiga a cenar y lo pasamos bárbaro! Ella comió «fish and chips» plato típico de Nueva Zelanda y Gran Bretaña y yo comí Pad Thai plato típico de Tailandia (muy buena carta con platos de diferentes paises) Estaban buenisimoos. Muy buena presentación y de gusto increible, después pedimos postre, uno era con bananas fritas y otro Browne de chocolate blanco, estaban espectaculares!!! La atención genial, tardaron un poco en traer la comida pero nos atendieron de diez!!! Muy recomendable, para ir a comer con amigos, pareja y también familia! Muy buena relación entre precio y calidad. Tremendo lugar para ir a pasarla bien! Late se lleva 5 estrellas!!!

5 estrellas para una hermosa noche. Después del evento de Unilocal volvimos por mas y no nos decepcionaron. No me había dado cuenta lo grande que es el lugar, y de que la cocina esta a vista del publico (me encanto). La atención es muy buena, el lugar estaba bastante concurrido y pudieron manejarlo sin problemas. Junto con la bebida nos trajeron, como cortesía, unos vasitos de crema de calabaza con pan casero, un buen detalle, que no cuesta mucho y te hace sentir bien como cliente.
Pedimos un pepa pop (que es un lomito, pero con pan casero) la carne estaba súper tierna. Y langostinos pank, que vienen sumergidos en gazpacho. Los langostinos estaban frescos y muy ricos, lo único que repruebo es el curry en el gazpacho, pero el plato en si estaba bueno y original en la presentación.
Tienen una oferta de postres interesantes, pedí una panacotta de mandarinas que me hizo feliz. A diferencia de los postres súper empalagosos que ofrecen en todos lados este era fresco y bien balanceado. Me gusta cuando algo es original en la simpleza.
La relación precio calidad es justa. El detalle dulce de la noche: el monederito en el que te traen la cuenta, esta gente me cae muy bien.

El lugar es ENORME, me gustó mucho, ambientes separados muy lindos. La atención fue muy ágil, nos ubicaron enseguida. Me mareó un poco el constante cambio de mozos en la atención pero es algo personal me parece. Respecto a la comida, pedí el plato «Te Entraña» Entrañas con papas y huevo frito. Estaba rico pero a mi gusto le faltaba un poquito a la cocción. Demoraron menos q nada en traernos la comida, aunque la mia no estaba del todo caliente. Tanto la carta de comidas como la de tragos y postres, muy completa y descriptiva, muy bien eso. El brownie de chocolate blanco de postre, un 10, impecable.
Luego de cenar pedí un mojito, no escatimaron en hierbas y estaba rico, quizás un poco fuerte para después de una cena. Si hubiera sido el segundo o el tercero hubiera estado impecable.
Lindo lugar, precios acordes y buena atención. Seguramente vuelva, quiero conocer el patio.

4 con alma de 5 estrellas.
Lo primero que me llamó la atención es lo GIGANTESCO que es, ambientes diferenciados, separados por si querés ir con tu grupo, y un patio bestial que seguro abrirán en breve.
El lugar abrió hace unas semanas apenas, pero el servicio no se vio afectado (por lo menos en mi mesa) por eso. No éramos muchos tampoco, pero estuvieron muy bien y atentos tanto los camareros como el bartender (nos sentamos en la barra). En este sentido, la barra está a cargo de Joaquin Malki, ex Milk y uno de los cantineros jóvenes más respetados de la ciudad.
La carta me encantó (no la carta, que es bastante fea, en un papel, impresa, tranqui), sino el contenido, pocos platos, originales pero apto para todo público (tiene como 70 mesas el lugar, no te podés poner muy jugado en los platos, pero aún así no se achicaron y me pareción genial). De entrada nos dieron una sopa de calabaza con muchas especies y curry que estaba deliciosa, junto con un ponche, arrancamos bien.
De principal elegimos entraña, jugosa y acompañados de papas, huevo, MUCHAS especies, y una salsa criolla, tal vez le faltaba un poco al punto de la carne, porque sabemos que es un corte difícil. Lo mismo, un buen plato, sabores distintos, me encantó. El otro principal fue un PadKaPrao, arroz saltado con carne molida y especies que fue un escándalo.
Acompañamos con Gin tonics y el trago de la semana, porque pintó cenar con algo rico. De postre nos bajaron unos bomboncitos que ayudaban a tapar la gula, pero nos quedamos tentados con los postres.
Da para volver y seguir explorando esa carta.

Vintage. Una palabra clave para describir este nuevo bar que se ubica con su esencia de «comidas, vasos, besos» en «la Achaval». El hall principal responde a esta misma estética vintage y es bastante agradable.
La carta de tragos de momento no brinda mucha variedad ni tragos exclusivos del bar pero supongo que con el tiempo se irá ampliando. Un defecto de la carta es que los tragos si bien tienen una frase como para familiarizarse con el mismo, no tienen los ingredientes para las personas que no conozcan que es lo que el trago tiene.
Llegamos tarde, por esto no pudimos probar nada de la cocina, pero de todas formas nos trajeron de «modo consuelo» unas riquísimas foccacias con pesto de rúcula.
En cuanto a tragos pedimos Caipi Maracuyá (sabores bastante equilibrados, bien logrado el sabor y la estética del trago), Gin Tonic (por testimonio de una amiga, «un poco fuerte) y otro clásico, Negroni (una palabra, «excelente»).
Habrá que volver en un tiempo para ver que cambió y que otros tragos pueden ofrecer