Panadería Los Dos Chinos

Tengo un problema serio con esta panadería, no sé si sólo me pasa a mi o al resto también, pero cada vez que quiero ir a comprar pan, un día de semana, después de las 6 de la tarde ya se acabó. (Ni hablar en un fin de semana) Y cada vez que me dice que no tiene más, me pregunto porqué razón no se les ocurre hacer más, en vez de quedarse sin y no vender??? y no sólo eso, si no que por lo general la chica siempre te atiende sin ganas y a veces ni te escucha…
Más allá de eso, es una panadería muy buena, los sándwichs son muy ricos y te sacan de apuro para comer rápido, de lo dulce lo más rico son los alfajores cordobeses que hacen y el pan, es riquísimo, es una de las pocas panaderías en córdoba que siguen haciendo pan en horno a leña, pero hay que ir temprano para probarlo!

Conocí la panadería Los Dos Chinos porque en una época mi hermana vivía justo al frente, razón por la cual a veces era probable que compráramos ahí las cosas para tomar el té. La primera vez que le propuse ir a ese lugar me recomendó que fuéramos a otro, lo cual me pareció ridículo dada la proximidad del local. Pero luego comprendí el por qué de su consejo.
El desgano de la vendedora que atendía el negocio era notable, lo cual ya era poco estimulante. Pero no solo eso; la oferta de productos no era realmente variada y la apariencia de las facturas y criollos daba la sensación de haber sido todo menos frescos.
Si a eso le sumamos que los precios no eran precisamente convenientes, el conjunto daba por resultado que era mejor optar por otra panadería. Pero la verdad es que la cercanía «tira», así que más de una vez terminamos resignándonos y comprando allí (especialmente en invierno o los días de lluvia).
Por su parte, el local es pequeño y lo distinguen los tonos rojos del cartel de su entrada. Tal vez actualmente el servicio mejoró, aunque debo decir que nunca escuché a nadie decir «¡qué buena la panadería Los Dos Chinos».

Vivo a escasas dos cuadras de esta panadería y pasó prácticamente a diario por la puerta de la misma.
Desde afuera no es demasiado vistosa, y si bien tiene sus productos expuestos para el lado de la calle, a mí la verdad nunca me llamó demasiado la atención.
Si bien he comprado unas cuantas veces, definitivamente no es la primera opción al momento de comprar.
También hay algo que sucede en varias panaderías que a mi sinceramente me da un poquito de asco, es que en algunas épocas del año, el local se LLENA de estos pequeños bichitos con alas que fabrican miel. Dicen que son bichos limpios pero a mi sinceramente no me gustan y más de una vez se pegotean a las facturas que querés comprar. Las facturas son más bien crocantes, que en particular a mí no me gustan demasiado (prefiero las que son bien blanditas, nada quemadas), pero están buenas.
Suele tener algunos sándwiches que tienen muy buena pinta pero no los he probado, lo que si he probado y soy fanático es de los cañoncitos con dulce de leche y de los alfajorcitos de maicena.
En definitiva, es una panadería «al paso» y te puede sacar de algún antojo momentáneo.

Bitácora del caminante vegano y cero limitaciones
Si bien en mis largas caminatas conozco muchos lugares por día, es aquí que me toca muy de cerca el verme limitado en muchos comercios por el tipo de dieta ideológica que llevo, cansado de recorrer diversos lugares y siempre con un no por respuesta, es así como descubrí esta pequeña panadería que meses más tarde supe que esta disemida por varios sectores de córdoba, sin el re nombre de algunas panaderías de la ciudad, esta tiene la particular de estar muy bien atendida, con los precios muy cuidados y por sobre todo dotada de excelentes productos que sin ellos saberlo forman parte de la dieta que un vegano puede comer, fabrican gran cantidad de productos hechos con manteca vegetal y sin agregados animales, como leche, grasa vacuna o algunos alimentos hechos con base en estos productos es por eso que este lugar ha sido desde mis comienzos en la facultad hasta el día de la fecha uno de los lugares más visitados a la hora de la merienda o mucho más importante aún, a la hora del desayuno, con su precios bajos se hace cada vez más popular entre los estudiantes.

Hace un tiempo que conozco esta panadería dado que con mis compañeros de trabajo solíamos organizar desayunos grupales los días viernes y más de una vez la elección era traer un desayuno de los Dos Chinos. La misma cuenta con varias sucursales por toda la ciudad y tiene una casa central que es la que se encarga de la elaboración y luego distribuirla.
A mí lo que más me gusta de acá son los pancitos de queso que venden. No tienen nada que ver con los chipá ni se les parecen, están compuestos por la misma masa que llevan las chipacas, masa común y al medio le ponen un trozo de queso muzzarella que le da ese toque espectacular!
Como siempre se acaban rápido, hay que ir temprano para conseguirlos o encargarlos el día anterior.
Además venden todo tipo de productos de panadería, como criollos, facturas, galletas, masas, chalitas, cosas light y cereales. Algo que también he comprado y me pareció muy rico son los sandwich de jamón crudo, estilo tortuguitas. Muy buenos!
La atención de las chicas que atienden siempre fue con muy buena onda y cordiales, sin quejas.
Y los precios son muy accesibles.

Antes cuando trabajaba por la zona era imposible no darnos una vueltita por esta panadería para llevar algo para desayunar o para la media mañana. Y no era llevar algo tranqui para engañar la panza para el almuerzo, sino que nuestras compras incluían criollos comunes y hojaldrados, pastelitos, chipá y cualquier otra cosa rica que se cruzaba ante nuestras narices.
Este local es íconico en el centro, a pesar de ser re chiquito, comercializa un montonazo de cosas ricas ya sea de panificación como ser todo lo que nombré anteriormente mas miles de cosas más como también productos para desayunar como yogures, leches, gaseosas de todo tipo, etc.
Está todo muy bien organizado en el negocio, y todo bien exhibido y expuesto en la vidrieda de afuera para que se te haga agua la boca y entrés a comprar… muy buena estrategia que nunca falla.
La atención es muy buena, por ahí esperas un poco porque se re llena y no tiene mucho lugar para esperar asi que a veces estas sobre plena 9 de Julio y por ahí suele ser una locura, pero no importa, se espera igual, todo sea por los preciados productos que nos brinda.
A nivel precios está como en todos lados. Quiero ir por unos pastelitos YA!