Peor para el sol

Bueno, bonito y barato!
Promos de: Pizza + Cerveza = $ 120, Cerveza 3×2
Punto a favor: terraza y buena música.
Punto en contra: calor de morirse adentro el local. Consejo: sentate afuera que también tienen mesitas!

Descubrimos este café una tarde de mucho calor y humedad que andábamos por el centro y dijimos «meh, qué puede ser peor que un bar con nombre de canción de Sabina? shafoé» y nos mandamos.
Queda justo en ayacucho en una porción que es peatonal y agarramos una mesita afuera en la sombra porque adentro estaba lleno.
El lugar es agradable, pasa mucha gente justo por esa parte así que es transitada y está lleno de árboles, flores y al frente la plaza Italia. La ubicación es excelente.
Pedimos dos meriendas de campo y todo estaba muy rico, el pan era fresco y nos dieron como medio litro de café con leche, dulce, queso, jugo y soda. Por ahí el mozo era medio colgado y se tardaba en tomar el pedido pero siempre buena onda.
A mi gusto tiene todo a favor menos una cosa: LAS PALOMAS. Se suben a las mesas y te picotean la comida si te descuidás un poco o se te acercan de a mil y te acechan QUÉ HORRIBLE. Yo tuve que esquivar mil que me volaban encima porque como se sabe es el pájaro más tarado que existe.
Bueno, si consiguen un lugar adentro donde se pueda evitar el contacto con este plumífero del mal lo recomiendo.

Lo mejor de este café-​bar es su ubicación: tiene unas mesitas sobre la peatonal, frente a la Plaza Italia, desde donde puede verse el agua caer de las enormes fuentes e inventarse un pequeño espacio-​tiempo de relax en pleno centro. Todo eso bajo la sombra de los jacarandás, y teniendo como vista alguna que otra Santa Rita. Por eso, cuando voy al centro y tengo un tiempo muerto, termino leyendo un libro aquí, siempre en la vereda. La decoración es simpática, hay pizarrones con frases un poco new age para mi gusto, ofertas y chistes. Tienen un toldo rayado que me convenció de entrar la primera vez, pese a que el lugar tome su nombre de una canción de Sabina. La carta es clásica, nada del otro mundo, pero los cafés son muy buenos, y se sirven con el –para mí– infaltable vasito de soda, del cual en algunos lugares se olvidan. Para los materos, hay equipos de mate completos. Los sándwich de pan casero son muy ricos, y la promo de fajitas más cerveza sale 115 pesos, hay de carne, pollo o mixtas. Yo siempre voy de día, pero sé que también abren por la noche, y tienen promos de pizza más cerveza, jarra de fernet, o sangría española.

Peor para el sol es un lindo bar ubicado justo al frente de la plaza Italia, lo que lo hace un lugar tranquilo y relajado para sentarse a tomar un buen desayuno o merienda, también si andas en la zona buscando un barcito para trabajar tranquilo en tu compu, ya que tienen buen wifi gratuito.
Solía ir frecuentemente cuando trabajaba en esta zona, las mesitas de madera ubicadas en medio del pasaje y frente a la plaza dan una linda y cálida sensación.
Los desayunos y meriendas son muy buenos, el café es rico y los criollitos y medialunas muy sabrosos y muchas veces vienen recién hechos. Además el dulce y queso para agregarles también está muy bien.
Un par de veces también nos sentamos a tomar cerveza después del trabajo. No hay happy hour ni nada parecido pero se disfruta igual y además los precios son bantante accesibles.
La atención SIEMPRE fue excelente. La mayoría de las mesas están ubicadas en el exterior pero también hay algunas dentro del local por si el clima no es el mejor. Igualmente recomiendo la zona de afuera que es mucho más linda.

Peor para el Sol, es un restobar que tiene múltiples facetas. Anoto entre mis apuntes:
1) apenas sale el sol (en realidad un poquito más tarde) abre sus puertas y te espera con un café con leche, medialunas y criollos para el desayuno
2) la segunda faceta, más cerca del mediodía y justo cuando el sol raja la peatonal que abraza a la Plaza Italia, ya están listos los menúes
3) la última, caída la noche sobre la ciudad, el sol se pierde de escuchar a Los Redondos y sentir envidia por los que se sientan a tomar una cerveza bien fría
En Peor para el Sol, tenés una barra ubicada en el interior del local y varias mesas para sentarte en la que más te guste. Sino, te queda la opción de quedarte afuera y sentarte en alguna de las mesas con sombrilla (esencial durante el día) ubicadas sobre la peatonal.
Con la Plaza Italia a un costado, el Palacio Municipal, Tribunales que espía por detrás y el homenaje a Jerónimo Luis de Cabrera que custodia la esquina de la peatonal de la Ayacucho con la calle Caseros, si así y todo no te sentís inmerso en la ciudad, no entiendo nada. Taxi!

No entiendo bien por qué se llama así, pero algún día voy a preguntar al dueño. Igual, las veces que fui, me gustó mucho el lugar. Es un bar chiquito pero está lleno de onda, lo que se nota con un nombre tan raro y poético.
Tiene una ubicación muy interesante, al lado de la Plaza Italia con mesas adentro y afuera. Para mí, esa zona es la más mágica de toda la ciudad porque te sentís en otro mundo, capaz en Italia. La primera vez que fui, tomé cerveza y maní no más, pero disfruté mucho la cerveza. Venden las marcas un poco más caras, como Stella Artois, y tomé esa. Va súper bien con maní la verdad.
Otra vez fui para almorzar, y comí re bien. Es un poco más caro capaz, pero tienen menús muy ricos y un poco más interesantes de lo que se encuentra en un bar cualquiera. También tienen cafetería con unas medialunas riquísimas. No sé de qué panadería son, pero quiero saber así compro para tener en casa.
La gente que trabaja en Peor Para El Sol es de la mejor onda, aunque con cortes de pelo un poco raro a veces. Pero se nota que son personas del mundo creativo, y por eso el bar tiene tantas buenas vibras.

Es un barcito pintoresco muy chico que está sobre la peatonal, tiene mesas adentro y algunas afuera abajo de los árboles.
Una vez fui a comer un lomito y tomar un par de cervezas con una amiga, tuvo un poco de demora pero la atención fue buena. La comida estaba muy rica, lo único le pusieron más mayonesa de la que habíamos pedido y eso hizo que nos enchastraramos un poco.
La vez que fui había una cajita en la mesa, en la que proponían a sus clientes dejar el celular allí hasta que nos fuéramos, y en caso contrario, el que no aguantara la abstinencia tecnológica debía pagar lo consumido.
No sólo se sientan parejas o grupos pequeños de amigos sino que muchas veces veo personas solas tomando un café o almorzando un tostado. A pesar de estar ubicado en el Centro, inmerso en el ruido de la Ciudad, es una zona que se vuelve tranquila en cierto punto; ya que esta frente a la Plaza Italia y se alcanza a oír el ruido del agua de la fuente, además la sombra de los árboles hacen que uno se relaje.
El lugar es limpio y tiene WiFi.