Pepe Literato

Hacian falta más lugares así en la ciudad. Ubicado en Gral Paz, se encuentra este pequeño café que te invita, además de tomar algo rico leer un libro.
Cuenta con dos bibliotecas donde podes escoger un libro y pasar el tiempo leyendo.
En cuanto a la carta, reducida pero justa. Hay varias opciones de meriendas, licuados, chocolates bonafide para acompañar y algunas opciones saladas.
El café es bastante bueno y la atención también. Las dos veces que fuí me atendieron muy bien y rápido.
Cuentan también con libros para comprar, la oferta es bastante variada.
La música acompaña al lugar y eso lo hace más a meno. Volvería sin dudas.

Este bar ubicado en la calle Esquiu a media cuadra de la Plaza Alberdi vendría a ser una versión del «Café del Alba» pero en un barrio cheto.
Pero se queda en eso, los libros sobre una pared y nada mas. No tiene ninguna movida como el café del alba con proyecciones, espectáculos y demás. Muere ahí.
Fui a merendar un lunes así que estaba vació, solo eramos yo y mi amiga. Nos atendieron rápido, las medialunas estaban ricas, y el resto normal, nada del otro mundo.
Música de fondo, y la chica que atendía detrás del mostrador todo el tiempo.

Hacía mucho que tenía ganas de conocer Pepe Literato, y ayer se me dió. El local está bien ubicado, en una zona bastante transitada. Es chiquito, tiene 6 o 7 mesitas en total, y nada más. No hay mucho espacio para que entre mucha gente. Como combina café y lectura en el mismo lugar, hay libros usados disponibles para ser leídos ahí, que están dispersos en las mesas, y en dos bibliotecas pequeñas.
Me puse a hojear los libros, y hay diversidad. Algunos son muy viejos, como por ejemplo «Amor, el Diario de Daniel» de Quoist, que es un libro que está en la casa de mis abuelos, y que era de mi madre. Casi muero cuando lo ví, tiene más de 50 años este libro. Y de ese tiempo, hay varios. Además, entre los que recuerdo, estaban los conocidos como «el niño con el pijama de rayas», «50 sombras de Grey», y otros de Stephen King.
También, venden libros. Los de Manuel Puig, estaban a $ 99 por ejemplo. No hay libros para niños, ni usados ni para comprar (no es el lugar ideal para ellos, el ruido no se tolera mucho).
Para merendar, pedimos el combo 3, una opción para 2 personas, y que vino con 2 cafés, 2 mini jugos de naranja (no exprimidos) y 1 porción grande (que no es tan grande) de torta brownie. El café, rico, me gustó, es Bonafide. En la carta hay más opciones de combos: tostado/​gaseosa, licuado/​sandwich, productos Bonafide, etc. Y todo a un muy buen precio, tirando a barato.
La atención, fue muy buena. Nos atendió una chica re piola, que lo único que tengo para criticarle es que no se acordó la clave de wifi, y no nos pudimos conectar a la red. Fuera de esto, re bien. Voy a volver.