Tante

Fuimos a tomar el Te, tiene varias opciones y nosotros elegimos el Te Gales que vienen dos infusiones Te o Café, también trae dos Stollen muy buenos, una mínima torta Galesa, 4 masitas y una porción de torta a elección que pedimos Strudell que estaba muy bueno. Fuimos otras veces a cenar y no nos gustó tanto como cuando fuimos a tomar el Te que siempre está muy bueno todo.

Para mí Tante es el mejor restaurante de Pinamar. No es muy «cool» ni tiene un decoración que llame demasiado la atención (de hecho está todo brandeado, desde las sillas hasta las lámparas) pero se come increíble, desde siempre, y no baja el nivel año a año.
Antes que nada, es clave reservar. Ir sin reserva puede ser una hora de espera. Y ojo, aún con reserva quizás tengas que esperar 10 o 15 minutos. Pero la cocina cierra tardísimo, atienden incluso a grupos enormes que se sientan a medianoche.
La carta es hermosa, es muy muy difícil decidir qué comer. Todas las carnes están bien, todas. Cordero, el lomo, el cerdo, todo en unos platos buenísimos. Las pastas son geniales pero se destacan los ravioles rellenos de mousse de calabaza. No se si vale la pena pedirse platos tradicionales alemanes, pero quizás porque yo no tengo fascinación, deben ser buenos también.
Tienen varias opciones de postres, yo siempre pedí cosas chocolatosas y estuvieron geniales (tienen su propia chocolatería) pero sse que el strudel y tortas son buenos también.
Si bien siempre nos atendieron bien, bajo una estrellita porque ésta última vez que fui (febrero 2016) se les pasaron un par de cositas: la silla de mi papá estaba rota, cuando se sentó se cayó, y si bien le pidieron disculpas, no mandaron ninguna atención para «compensarlo», eso me sorprendió.
Además, suele haber una chica que apenas te sentás te hace degustar un vino en particular, y tampoco se acercó a la mesa. Es posible que porque estuviera bastante lleno el lugar se le pasó.
Por otro lado, un comensal cumplía años, y para llevarle una tortita apagaron todas las luces del salón. Me pareció ridículo, no sabíamos si se había cortado la luz, nos dejaron a todos comiendo a oscuras unos minutos porque UNO cumplía años.
Tienen descuento interesante con banco Galicia, y además un descuento de «early bird»: si cenás 8 y pico te hacen un re descuento extra.

Fuimos a almorzar y nos sentamos afuera
Luego de diez minutos tuvimos que irnos a otro lugar porque no vinieron a atenderlos.

Tante es el reducto de un cuento de hadas.
Restaurant y casa de tés alemana, aunque el cálido ambiente asemeja bastante más a una chocolatería suiza, es el lugar perfecto para cualquier momento del día.
Se puede comenzar con los desayunos entre los que se encuentran estilo Clásico, Criollo (de campo), alemán, galés, light, orgánico, etc…
Se puede seguir con un suculento almuerzo con tradicionalidades alemanas y una –increíblemente– amplia variedad de platos. Hay menúes de 2 y 3 pasos con muy buenas opciones que varían en el precio según la bebida.
Aunque para mí, la mejor hora es LA MERIENDA.
Es inconcebible una visita a Pinamar o Cariló sin una rica y golosa merienda en este lugar. La variedad de tés es TAN ÚNICA que las venden en el local y tienen convenio para que todos los restaurantes de Pinamar tengan en su carta su variedad de Tés saborizados.
Hay miles de tortas, crépes, galletas artesanales, chocolates calientes, fondues de chocolate con frutas, postres tibios, etc. Es INCREÍBLEMENTE bueno todo lo que sirven en este lugar, y de una calidad tan extrema y artesanal que no te van a dar los días de todas tus vacaciones para venir y querer probar todo. Sí, lo juro, es tan así…
A la noche el ambiente se viste un poco más de gala, pero los platos mantienen la misma línea de calidad y de sofisticación gourmet que al mediodía.
+Probar el té de Almond Cookie (muy dulce, con sabor a galleta, canela y almendra)
+Probar la salsa de espinacas (en cualquiera de los platos queda increíblemente bien)
+Probar TODAS las tortas, pero la tibia de manzana es una fiesta de sabor
+Probar el té Maldivas Island (con sabor a coco, vainilla, cacao y frutos exóticos)
Todo INCREÍBLEMENTE bueno.
Los precios no pregunten… vale la pena paguen lo que paguen.

Es un resto alemán q no te das cuenta hasta abrir la carta. Tienen mucha variedad, podes ir a tomarte el te o bien ir a cenar y pedir un deseo en forma de plato… Seguro lo concederán. La presentación es impecable, muy recomendable el salmón con salsa de camarones y milhojas de papa.
Volveremos para probar las fondue.