Conocí el salón porque tuve un casamiento. Yo que no soy muy amante de viajar, queda bastante lejos de la cuidad y me la pase un buen rato en el auto. Esta ubicado en la ruta E53 camino a Rio Ceballos. La primera impresión fue buena, se trata de una casa grande bastante rustica acondicionada para salón de fiestas. Tiene mucho espacio para estacionamiento de autos y para la recepción, mucho verde pero pocos asientos para esperar a los novios. Por dentro, tiene poca decoración, solo se encargan de vestir las sillas pero por ejemplo los centros de mesa, decoración con las luces o algún otro detalle es a cargo de los novios. Asimismo tiene un espacio tipo«living» con sillones y mesas. Los baños son muy modernos y limpios. Tiene una capacidad para 350 personas y particularmente para este casamiento estaba bastante lleno, y hacia bastante calor — no cuenta con aire acondicionado. La recepción es sensacional, muy rico todos los bocaditos — bastante variados. Había empanadas de copetín, alitas de pollo, mini brochettes y una mesa enorme con una variedad de fiambres y panes. Eso me encanto, lo que no me gusto es que para la hora del plato principal(se extiende mucho) ya no tenia hambre. La atención de los mozos también impecable. No quede conforme con el plato principal, era pollo que sirvieron frio y un poco crudo, con papas noisette y un salteado de acelga con salsa blanca. Lo que no me convenció del todo, es que la pista de baile esta separada del salón.