Bola Ocho Bar Pool

Me acuerdo de ser pequeña y pasar por este lugar y sentir una extraña sensación de temor, este es un bar oscuro y chiquito que queda en una cortada en pleno centro. Hoy por supuesto que no le temo al Bar Bola Ocho, de más está decirles que es un clásico.
Como queda cerca de la Facultad de Humanidades a la cual asisto, es bastante frecuente que cuando salimos de clases, a la noche tarde vayamos a tomar una cerveza a este bar. Hay pool, para lo cual soy muy mala pero la verdad es que me divierte mucho.
Lo bueno de Bola Ocho es que está abierto hasta altísimas horas de la madrugada, si salimos a bailar y no tenemos ganas de volver a dormir es un buen lugar para despedir la noche y recibir el día, hay que estar en la frecuencia del lugar no digan que no les avisé.

Bola Ocho es «un clásico» para muchos jóvenes y no tan jóvenes de Rosario. La verdad es que yo lo fui sólo una vez al bar con una amiga, y dado que ninguna juega al pool nos aburrimos bastante… Pero los demás, los que sí saben jugar al pool y habían ido en grupo, parecían estar pasándola genial.
El bar es una alternativa muy buena para aquellos que no disfrutan de ir a los boliches y bares más «tradicionales»; concretamente, para aquellos que prefieren escuchar buen rock en lugar de cumbia o música electrónica, y tomar cerveza y charlar tranquilos entre amigos… Para otros, Bola Ocho es sólo para tomar esa «última cerveza» de la noche, cuando todos los boliches ya cerraron sus puertas y hay ganas de seguirla un rato más.
Los precios son por demás de accesibles, y la atención no es de lo mejor. Lo destacado es que tiene varias mesas de pool, un ambiente tranquilo, y que siempre lo vas a encontrar abierto!

Bola 8 es un bar para ir de after después del boliche, donde vas con amigos a jugar un pool y a reírte un rato. Vamos a tomar la última cerveza. «La ultima, lo juro»…
Esta bueno porque se encuentra en la cortada Ricardone, que por ejemplo, a mi me queda cerca de casa. Es la excusa perfecta para cerrar la noche, o comenzar el nuevo día con los pibes.
Tiene varios paños en la planta baja con sus respectivos tacos, y una planta alta donde nunca subí. Tengo recuerdos de ser niño y jugar al pool con mi viejo, yo era malísimo porque casi ni llegaba a la mesa, pero me divertía un montón compartiendo un rato con mi papa. Siempre que veíamos una mesa en el lugar que sea, no nos resistíamos y nos poníamos a jugar al instante. Todavía lo seguimos haciendo. Pero ahora voy mas seguido con mis amigos y siempre después del boliche.
En el lugar pasan pura y exclusivamente rock, nunca un una cumbiancha. Y eso es lo que me gusta. El ambiente y la gente que lo frecuenta es de mi palo.
La carta del lugar no es muy elaborada, solo posee algunas minutas como carlitos, papas fritas o sándwiches, y para beber lo único que me importa lo tienen: cerveza fría.

Este lugar me trae recuerdos… muchos. Salir de Humanidades y pasar obligadamente algún día de la semana con mis compañeros y tomar algo y jugar alguna ficha.
Para mi este lugar representa eso, una noche entre amigos.
Es un bar para ir en grupo, a reir, tomar algo y jugar al pool. Aunque también es una opción a tener en cuenta si se termina la noche y no te querés ir a dormir.
Si vas temprano podés comprar algo para comer, tostados, carlitos, pizzetas, aunque no es la especialidad de la casa. Y para tomar, agua, gaseosa y mucha cerveza.
Olvidate de lugar para bailar o con música pop. Bola Ocho es puro rock!

¿Son las 5 de la mañana y te quedaste sin saber a dónde ir? No te preocupes que está Bola Ocho!!! Y así es: en procesión caminan desde pubs y bares todos y todas hacia este local de Cortada Ricardone.
En Bola ocho, además de tomar una cerveza bien rica, también hay aproximadamente una docena de mesas de pool en planta baja y en el primer piso, para jugar unas fichas, comprobar si la puntería está mejorando o empeorando, testear cómo venimos del daltonismo y evaluar si seguimos reconociendo a esta altura de la madrugada las bolas lisas de las rayadas.
Bola ocho es pura diversión, es reencontrarse con el pool, juego que muchos lo hemos dejado en la adolescencia y nunca está de más volver y retomar la diversión de pretender pegarle de sentada en el borde de la mesa a una bocha (imposible), de meter dos bochas en un tiro, de hacer salta la blanca ¡¡guauuu! Miles de acrobacias se pueden hacer con estas bochas, así que no esperen más y vayan a visitar a los amigos de Bola Ocho.