Café de la Flor

El Café de la Flor es uno de los bares que podríamos calificar como «under». Acepta espectáculos de este tipo y realiza fiestas para el público amigo de esta onda.
Tiene una agenda bastante cargada, todos los fines de semana deleita con recitales, shows de humor como «Los jumping frijoles» y stand ups diversos. También abre sus puertas para fiestas de punk, rock, indie y nuevos estilos musicales que nacen y crecen todo el tiempo en la ciudad.
Es un lugar muy acogedor, posee una interesante parte de adentro con escenario para los shows musicales y demás, un patio de tamaño mediano con mesas y una gran pantalla que transmite videos musicales o el show que está ocurriendo adentro en vivo y en el fondo una sala estilo boliche, pequeña, donde muchos DJS pinchan su electrónica y se puede viajar y bailar en el mundo electro.
Permite a cambio de dinero, que sellos discográficos independientes hagan allí sus festejos de aniversarios o convoquen a ver los recitales de sus bandas.
El alcohol que se vende no es demasiado variado y el precio es similar al de cualquier otro bar, en general cobran entrada o «derecho a espectáculo» pero la atención es muy buena.
El espacio físico está muy bien. Y siempre se presta en el una linda oportunidad para ver cosas nuevas, conocer personas que trabajan y se mueven mucho por defender y hacer lo que realmente aman. Como música y artes heterogéneas.

Café de la Flor, de Flor Balestra, me trae los mejores recuerdos. Es que allí me conocí con quien hoy es mi esposo, y fue sede de la propuesta de casamiento. Me puse cursi.
Paso a detallar lo lindo del lugar. Tiene cientos de shows por mes. Durante toda la semana hay una carta ecléctica de espectáculos. Desde Punk Rock, shows de Stand Up, o capacitaciones de Tedx o algún otro curso local.
Esa noche, la de la gran propuesta, fuimos a ver un show de Pablo Micozzi. ¡Excelente! El actor la rompió con su actuación de Stand Up. La comida mucho no importó la verdad. Entre los nervios y las risas del espectáculo, mucho no comí. Habíamos pedido una súper picada, (son abundantes) y una cerveza, no son tan baratas. Pero lo cierto es que nada nos importó.
El bar tiene dos sectores. Uno de ellos es donde está el escenario y las mesas donde se puede cenar, y el otro es como un ambiente más relajado, para estar de parado con amigos tomando una birra mientras alguna banda de rock amateur hace de telonera hasta que llegue la banda convocante.
Florencia Balestra, la titular del lugar, es una talentosa artista (humorista gráfica y artista plástica), y una persona muy querida por los rosarinos. No sólo por las cosas lindas que tiene en su local de arte, sino porque cuando asumió un cargo público en cultura de la ciudad, esta ha tenido más lugares de expresión.
Café de la Flor muchas veces sirve como galería de artistas emergentes de la ciudad, abriendo las puertas sin demasiados protocoles que traban el ingreso a este universo cultural. A los rosarinos nos gusta saber quiénes son los dueños de los lugares, para ver si lo conocemos, o si alguna vez escuchamos buenas o malas referencias, o como diríà la «Tana Ferro» quizás es el «amigo, de un amigo, del amigo de mi amigo» Eso es típico de «pueblo chico, infierno grande».

El café de la flor es un lugar al que fui muchas veces, pero no tantas como hubiese querido. Hacen recitales y fiestas. De ellos, de amigos, de gente que lo alquila, de bandas chiquitas de acá, o de otros lados. De bandas grandes de capital, DE TODO. Entonces, uno siempre tiene un motivo para ir.
Está un poco sucio y desalineado, pero es como que se lleva bien con su propia estética relajada. Tiene varios espacios bien definidos:
La parte del escenario, donde cuando empieza la banda o el espectáculo todos los amontonamos y no podemos respirar nunca más.
La parte del patio, donde hay pantalla gigante que muestra el show y se puede fumar.
Y un último cuarto, con luz negra, música y pinturas y grafittis flúo en las paredes. Ese es un buen lugar para estar, si no te molesta el calor.
Entonces, se puede ver que tal vez lo mejor que ofrezca no sea el edificio en sí mismo, sino la gente que va. El ambiente que se arma. Donde todos somos amigos y nadie mira mal al de al lado.
Siempre la pasé bien ahí. Andá como quieras, vestite como quieras y escuchá la música que quieras. Este es tu lugar.

Un sabor a fuego lento.
La primera vez que fui, casualmente era el recital de un amigo. Lo primero que pensé «es muy chico para tanta gente». Es uno de esos bares onda roots reggae pero que admite todo tipo shows y música en vivo. El lugar tiene una mini barra en la entrada para pedir lo que vas a consumir, un espacio en el ala izquierda con un escenario y algunas mesas y sillas para irse ubicando; que dicho sea de paso si hay recital todas se comprimen al fondo para que el gentío pueda apiñarse de pie mas cerca de los músicos en una suerte de neblina provocada por distintos estilos silvestres de cigarrillos ;).
Después tiene la opción de sentarse a comer en el patio de afuera, donde suelen pasarse por pantalla gigante clips de las canciones que se escuchan y también se encuentran los baños, reseña a parte.
La segunda vez que fui, fue día de stand up y lo disfrute mucho mas; quizás había menos gente, menos calor, el humor amenizaba la noche, muchas variables pueden haber ocurrido. Lo seguro es que mi mirada del lugar fue un poco mas cálida. La comida y la bebida no son una locura, ni hay variedad, pero están bien. Podés chusmear por internet que clase de shows tienen próximamente.
Volvería a ir? umm si, pero elegiría una noche de blues!

El Café de la Flor es sinónimo de cultura en Rosario. Ubicado en calle Mendoza 862, el bar ofrece cena, tragos y variados shows cada noche de jueves a domingos, en un ambiente decorado por artistas plásticos, locales en general, que le dan un toque muy bohemio.
Bandas de música, shows de stand up y la milonga de los domingos hacen del Café de la Flor un espacio cultural al que no le falta nada.
Yo personalmente, prefiero ir los sábados, para cenar mientras disfruto del show de «The Jumping Frijoles», un grupo teatral de improvisación local que ofrece un espectáculo basado en una competencia humorística entre actores, en la que los espectadores intervenimos con propuestas y elegimos la obra favorita agitando porras de colores. Una propuesta muy divertida y original, para pasar un sábado diferente.

Artistas, músicos, actores y pintores entre otros son los personajes que recorren este conocido café de Rosario, el se respira cultura. Lo bohemio, la música y el talento hacen que sea una explosión de arte. Murales enormes recorren sus paredes y el olor a café es la combinación perfecta para sentirte a gusto y disfrutar de la vida del lugar, lleno de artistas diversos y tan creativos. La carta del lugar es tranquila, bebidas y un par de minutas. Precios económicos. Ideal para ir en pareja y amigas, y según los días también para los niños. El café la flor es perfecto para empaparte de la cultura rosarina.

A un paso del Teatro El Círculo se encuentra el Café de la Flor. Es parte importante cultura rosarina en todas sus expresiones artísticas.
Brinda shows en vivo de músicos y actores, exposiciones de distinto tipo y ¡más! El lugar exhala arte desde sus paredes que todos los meses son pintadas por distintos artistas plásticos, generalemente de la ciudad. También proporciona comidas simples y bebidas varias. Todas las semanas hay espectáculos o eventos para disfrutar. Ideal para ir con amigos y para conocer gente afín lo artístico.