El Ruedo Resto Bar

Quiero festejar mi cumpleaños de 60 en este bar! (si es que llego a esa edad con ganas!!)
Cafetín histórico del microcentro de la ciudad, no solamente desborda en historia en sus paredes sino que cumple con la premisa de tener buen servicio y buenos productos clásicos. Un café cortado en jarrita con medialunas para mi amigo y, como hacía mucho calor, solamente un exprimido para mi. Pero la mesa de al lado tenía tostados, submarinos y tremendas facturas. Lo que más me llamó la atención fue que estas cuatro señoras que parecía que usaban el bar como club social se habían tomado un tiempo del rumy o canasta para merendar.
Eran dos mesas, unas con cartas otras con fichas. La canasta es un juego que te puede tomar toda la tarde. Hay que tener tiempo y ganas de esconderse del calor. Algo para que piensen todos los gastronómicos en Rosario. En las tardes perdidas de verano hay que motivar a los abuelos a jugar a algo y darles una merienda rica, no hay clientes más fieles.
Otro dato no menor es que me queda a una cuadra de la radio, así que las reuniones de producción ya sabemos donde van a ser.

Este es un bar que a mi me gusta mucho, está justo en una esquina, el edificio es antiguo y su decoración es un estilo «vintage» podría decir.
Es un bar familiar, de hecho toda una familia lo maneja. La comida es riquísima, bien casera, me encanta! Durante la semana está lleno de gente a la hora de almorzar sobre todo esto se debe a que a pocas cuadras queda la compañía de seguros La Segunda y al ser tan rica la comida de este bar tiene clientela fija. Hay menúes ejecutivos y alguna cosas fuera de la carta, las pastas son una delicia y la carne al horno un manjar.
Lo que siempre me llama la atención es que la cocina está en un primer piso entonces los platos van y vienen por una especie de ascensor de comidas, genial! Imagino una cocina gigante y llena de gente pero seguro es un lugar chiquito donde cocinan con mucho amor. Es un muy buena bar, bien atendido y rico.

He comido muchos menues ejecutivos en este lugar.
Resulta que mi abuela Lupe vive a una cuadra de este bar. Lupe no es una abuela como cualquiera. Al menos no es la clásica abuela que cocina para sus nietos y se pasea por su casa en batón y pantuflas. Lupe, coqueta, con los labios siempre pintados de naranja y los cachetes ruborizados, no agarra una cacerola ni mamada!
Así que siempre fue muy común que nos invite a almorzar y nos lleve a comer al Ruedo.
Me encanta ir!!! Te dan siempre una panera con manteca o roquefort y los menúes son super ricos. Suele haber 3 o 4 platos. Milanesas, filet de merluza, pastas y algún otro plato. En El Ruedo comí lamejor milanesa de berenjena de mi vida. Bien gruesa y a la napolitana, tengo devoción por las milanesas de berenjena!
Y los filet de merluza son enormesssssss, bien rebozados y lo mejor: no tienen espinas!!! el pure es muy rico, bien casero. Y los mejor del menú ejecutivo son los postres, ni lo piensen, flan con dulce de leche!

Lindo lugar, familiar… He ido varias veces y su comida es muy buena, totalmente casera.
Es una casona vieja, y mucha historia allí. Su decoración es curiosa, por dentro es con ladrillos y pareciera ser una pulpería. El lugar combina adornos ahora y de antaño. En sus paredes hay cuadros con vieja publicidades y en su ventana se pueden ver vitrinas con copas, adornos y hasta sifones viejos.
Al mediodía hay menú ejecutivo, pero trabaja mas de noche por el tipo de gente que frecuenta el bar. Es una lugar clásico para comer algo rico y tomar un buen vino. No más.
La atención es impecable, todavía conservan los mozos de antes que se esmeran por atender al cliente, además sus dueños están presentes eso da una cuota de seriedad y cortesía por parte de este bar.
Durante el día y la noche varían los menúes pero siempre hay opciòn de pasta o carne. Si tengo que hacer una recomendación…el lomo. es exquisito!

Mi abuela es fan desde Cemento. Y mas o menos el lugar deben funcionar desde que ella vive a dos cuadras (mil años atrás)
Tiene esa pinta de cantina vieja atendida por la familia que le da al lugar un aire muy relajado y nostálgico que combina muy bien con toda la decoración de época y las arquitectura también.
Pero donde hay demanda el bar atiende con oferta y entonces menú ejecutivo y empleados de trajes por doquier, eso lo hace medio genérico y aburrido a un lugar que uno quizás podría esperar mucho mas.
De todas maneras, la atención es barbara, a mi abuela la tratan como una reina y ella siempre les cuenta se los mozos que somos sus nietos y todo lo demas (y de mas) que hacen ellas. La comida siempre es muy rica y no muy cara, los menú es rondan los 70 con postre y bebida, flan y budín de pan cien por ciento aprobados.
Tienen WiFi contra todo pronostico y aire acondicionado. La disposición de las mesas es medio rara y los baños en lugares recónditos pero se sobrevive.