Instituto de Educación Inicial Estoy Creciendo

Cada vez que paso por el frente de este lugar me asombro de lo llamativo que lo pusieron. Hace unos años pasaba más desapercibido, pero ahora con esa pintura azul y las banderas de inscripción me llama más que nunca la atención.
Este jardín es re grande, por dentro cada sala tiene amplitud, las paredes están en buenas condiciones, el patio y la sala de juegos están con juguetes y materiales para trabajar jugando. Cada sala está dividida por edades y además con unos 18 chicos aproximadamente por lugar y maestra, lo que permite una atención bastante cercana de parte de las profesoras.
Además de su costado educativo, este sitio funciona como guardería también, lo que produce mucha calma para los padres y las madres que dejan a sus hijos en esta institución, eso los hace sentir más seguros y demuestra una experiencia fundamental con los infantes.
Los pisos del edificio son hermosos, todos con diferentes estampas, limpios.
Hacen siempre hermosas decoraciones en la puerta del jardín, por el días de la primavera, del amigo, el otoño, la fiesta de los jardines y otros eventos.

Todos los padres que ya han pasado por esa dura etapa compartirán conmigo que la búsqueda de una guardería o jardín de infantes para los hijos significa una tarea ardua.
En mi caso hice un relevamiento de todas las instituciones que se encontraban cerca de mi casa, y de otras que no lo estaban tanto, sólo porque alguna persona de confianza me la había recomendado.
Tras haber visitado una por una y haberme entrevistado generalmente con sus dueñas, finalmente me decidí por el Instituto de Educación Inicial Estoy Creciendo, que se encuentra en calle San Lorenzo 1760.
Además de que allí habían asistido casi todos mis sobrinos, y tanto ellos como mis hermanos habían quedado muy conformes, la primera impresión que me dio el lugar no me la dio ningún otro.
Me refiero con esto a que ediliciamente el espacio está diseñado para tal fin, (no como muchos otros jardines que fueron adaptados). Espacios seguros, salas amplias, dos patios, baños infantiles impecables.
Por supuesto que más allá de esto, la calidez y amabilidad con la que me recibieron fue el factor decisivo. Ya conocía a la «seño Cari», una de sus directoras, quien amablemente me mostró las instalaciones y me respondió todas las consultas, (¡varias!)
A las pocas semanas mi hija comenzó las clases y fue entonces cuando confirmé que había dado en el clavo con la elección. Las maestras jardineras en general son muy cancheras, chicas jóvenes, súper cariñosas, pacientes y con muchas ganas de lidiar con criaturas (fundamental!).
Tienen guardería, turno mañana y tarde.
Las salitas no tienen más de 16 niños, lo que hace que a lo largo del año cada uno tenga un seguimiento bastante cercano. También realizan muchas salidas, a granjas o parques, e involucran constantemente, casi semana a semana con diversas actividades, a las familias en su trabajo, que no es nada menos que ayudar en el crecimiento de nuestros hijos.
Para mí, la labor de este jardín es excelente y súper recomendada.