Lamentable fue la noticia del cierre de uno de los bares más conocidos y antiguos de la zona: Oh Carol! Previo a que esto ocurra había sufrido un incendio que destruyó parte de uno de sus laterales. El local estuvo cerrado hasta hace unos pocos meses. Durante ese tiempo, se veía al pasar gente constantemente trabajando y finalmente reabrió, pero con otro nombre: Hannah.(por eso todavía no tiene ni cartel que lo identifique). Ahora el espacio está renovado y muy bien puesto, sin embargo cuesta no asociarlo a la mística que tenía antes. Como está ubicado en zona de oficinas, bancos y muchos comercios, siempre tiene buenos menúes ejecutivos y promos de mediodía, con propuestas completas y platos tentadores a 55 pesos. También hay varios jardines y escuelas cercanas, por lo que suele tener mucha clientela a la mañana, donde sirven desayunos a sólo 18 pesos. Los fines de semana también funciona, y a veces ofrecen shows variados. Por dentro, el lugar es muy agradable. El mobiliario y las decoraciones(han puesto unos paneles con calados circulares…) son cómodas, aunque los baños siguen estando arriba. Atención a los que se les dificulte subir las escaleras. Los mozos son chicos jóvenes que atienden muy bien, y los precios en general son muy convenientes. Recomendado si estás por el centro y querés hacer un stop tranquilo.
María Elena G.
Rating des Ortes: 4 Rosario, Argentina
Ayer tuve que ir temprano al centro y salí tan a los apurones que no tuve tiempo de desayunar, y como sé que no funciono sin hacerlo, después de unos trámites busqué rápidamente un bar. Sin caminar mucho, vi la ochava donde se encuentra Hannah, un bar que nunca había visto, pero por el pizarrón que estaba en la puerta ví que era accesible, y sin más rodeos entré. Pedí lo primero que me vino a la cabeza, el típico café con leche y medialunas saladas. El mozo me atendió enseguida, para mi felicidad. Y me llamó la atención la velocidad con que trajo mi pedido. El café buenísimo, de máquina obviamente y las medialunas no defraudaron. Recién cuando había ingerido la mitad del desayuno por estimar algo, me dí cuenta que el bar en sí es muy lindo, bastante más grande de lo que aparenta por fuera, y además tiene un entrepiso con algunas mesas. Por fuera quizás no dice mucho, incluso no tiene un cartel o marquesina que indique el nombre(asumo que abrió hace poco), pero por dentro es muy agradable, luminoso y decorado sobriamente. Me encantó. Por lo que ví en el pizarrón, los precios para menúes ejecutivos me parecieron accesibles, y parecían contundentes.