Amé este lugar con toda mi alma. Lo amé porque lo primero que vi fue a un par de viejos fumando un pucho, tomando whisky y jugando al truco con porotos. ¡QUÉVIVAELBARDEBARRIO! El bar de historias que nunca son verdad, el bar de borracheras inolvidables, el bar con pool, con bingo, con truco y con viejos que son uno más divertido que el otro. La comida es genial, parece cocinada por una abuela o mamá de toda la vida. Encima, barato, porque es un club de barrio y en el barrio, ya tu sabeh, tenemos códigos papá. Me fui contento de acá porque me pone feliz el barrio. Vayan, no sean tarambanas.
Fernando G.
Rating des Ortes: 5 Rosario, Argentina
¡Quiero RE– Truco, y otro porrón! Porque me gustan estos bares, porque me hacen acordar a mí abuelo que era terrible timbero. Y porque gracias a la vida herede su gusto al bar de barrio, el juego por diversión, y los tragos compartidos entre amigos. Soy observador por excelencia, desde que él me llevaba a verlo jugar al villar. Me siento cómodo y disfruto mirando, sin ser parte. Estos lugares me la suben al cielo ida y vuelta. Hay que entrar y vivir, sentir que no todo esta perdido. Mientras estos rinconces sobrevivan, muchos seremos felices con lo poco, con lo justo, y con lo necesario. Vayan, disfruten, y vuelen de ternura al mirar los viejitos truqueando a morir. De paso pidan algún sanguche para morfar, que son tal cual lo exige el lugar. No conozco la cocinera, pero debe ser una abuela capa y cantinera con quemaduras en la mano.