Locutorio

Hace poco estaba en zona sur y fui a tomar el 137 en Segui y Oroño para volver al centro. El 137 es una pesadilla, no pasa nunca. Así que mientras esperaba que viniera me fui hasta este locutorio a comprar unos caramelos para entretenerme.
Cuando entré me llamaron la atención las antiguas mesas de cyber y niños jugando en red. Tuve como un flash de aquellos años de principio del 2000 en los que había un cyber por cuadra y todos estaban llenos de adolescentes jugando a ese juego en que se matan unos con otros, mientras una, quinceañera, trataba de chatear con el amor platónico (que vivía en otra provincia o país) vía messenger.
Compré mis caramelos y una gaseosa para pasar el atracón que me iba a dar hasta que viniera el colectivo. Vi que tenían Rapipago (para tener en cuenta) y fotocopiadora. También kiosco, varias cabinas y las máquinas en red. La atención fue cordial, pero la gente que atiende estaba detrás de esos muros de vidrio.