Monumento a Sarmiento

Me llama poderosamente la atención que estando ubicada prácticamente en el medio de la calle y como manejan algunos rosarinos todavía ningún bárbaro se la haya puesto a Sarmiento. Quizás se debe al tamaño del monumento ¿Sabían que antes había una fuente ahí y que antes de eso la plaza era una laguna?. Cosas difícil de imaginar ahora que vemos tanto movimiento de autos, colectivos y personas pasando al lado de don Domingo.
Yo paso muchas veces a la semana por calle San Juan, me queda de paso para el instituto de idioma, por lo general me cruzo de vereda y lo admiro desde la de enfrente por que a Sarmiento la gente no lo quiere mucho o no saben donde están los baños públicos y se lo confunden, pobre. Mas allá de que el monumento sea a Sarmiento, no vamos entrar en detalle sobre su persona, es una obra de un escultor muy groso como Víctor de Pol. Aunque también debo confesar que me gusta mucho cuando la intervienen con pintadas como «Viva la barbarie» o le cuelgan sombreros, guirnaldas. Mientras que no se le haga un daño irreparable me parece bien.
Así que si vas en auto por San Juan y cruzaste Entre Ríos, prestá atención porque podés ser el primero en ponérsela contra Sarmiento y lo vas a lamentar. Si vas caminando aprovechá y disfrutá de las obras «ocultas» que tenemos en la ciudad.

Romántico Sarmiento, moderno Sarmiento, ahí estás, a sol y sombra, pegado a tu escuela Normal N° 1, la primera de Rosario. Ahí estás, en medio de la calle que lleva el nombre de tu querida San Juan, pensando ceñudo, en el devenido porvenir de la patria.
Las maestras que se gradúan, todavía, en tu escuela, traen después a sus alumnitos, como pichoncitos todos de blanco, a verte. Los gorriones que trajiste de Europa, disputan tu calva con las palomas.
Está desde siempre su busto de pie, erguido en lo alto de un gris pedestal. Hallan en él, los niños de la calle, y sus madres, un refugio, un descanso. Porque ocupa una gran franja de calle, pero no se ve, de tan grande, y de tan alto, y de tan angosta que es la calle, y de tantos árboles más grandes todavía, creciendo a los costados.

Lo que más me gusta de este monumento es lo que le hace a la cuadrícula que trazan las calles del centro. San Juan, llegando a corrientes, hace una curva para esquivar al «padre de la escuela».
En ese lugar es, para mi, donde más se ve la división de la plaza Sarmiento y el parque donde se emplaza el Normal Nº1. Eso no me gusta, para todos es todo lo mismo, pero bueno, no podemos cortar la calle tampoco. En la cima del altísimo pedestal se encuentra una estatua de cuerpo completo de Sarmiento, caminando y con cara de pensativo. Así se retrataba a los próceres siempre. La estatua la hizo un groso de la escultura según tengo entendido, asi que admirenlá.
La esquina de San Juan y Corrientes es super concurrida, colectivos y peatones todo el tiempo pasando y esquivándose. Creo que le da un toque de descontractura y fluidez a todo eso y ayuda a relajarnos un poco.

No voy a ser tan malo sólo porque es un mojón urbano importante y la labor artística realizada es de muy buen acabado y detalle. Pero todos sabemos las que se tiró Sarmiento de presidente…
(El que no las sabe que se instruya porque no es santo de nada)
Pero voy a dejar un poco de lado la grieta honda que ha calado su demoníaca dirigencia para contar que este monumento muy bonito queda ubicado sobre calle San Juan que muy poéticamente lo esquiva haciendo una curva vaivén que descontractura la cuadricula regalándonos un segundito de ciudad europea medieval.
Hacia un lado de este se encuentra el nodo la estación de colectivos de la plaza que lleva el nombre del pelado (Sarmiento), y del otro la escuela Normal Nº1, ambas con parques hermosos con árboles gigantes que deben llevar varias generaciones de humanos lamentándose de tanta evolución inefectiva de nuestra raza.

Este monumento está en plena calle San Juan, es más, la calle se desvía un poco para «esquivarlo». Sé que dónde hoy esta el monumento, había una fuente. Imagino, que primero estuvo la fuente, y después la calle, por eso quedó en ese lugar medio extraño para un monumento.
La escultura la hizo Víctor de Pol, quién fue el único escultor que pudo retratar en vida a Sarmiento (hizo varias esculturas famosas). Víctor de Pol fue profesor de Lola Mora, la famosa artista que realizó algunas esculturas en el Monumento a la Bandera.
La base del monumento es de granito, y tiene 9 metros de altura, en lo alto del pedestal se ve la figura de Sarmiento, y a cada lado imágenes alegóricas que representan: La Educación, La Ley, El Luchador, y el escudo de la ciudad, realizadas en bronce y mármol. También pueden verse dos placas, una del municipio colocada en 2011 y una de la Sociedad Unión del Magisterio de Rosario, colocada en 1961.
No es que Sarmiento sea uno de mis presidentes favoritos ni mucho menos, pero es una lástima ver que las pintadas en la base de la escultura.