Palacio Minetti

El Palacio Minetti es una obra tan hermosa del art déco rosarino que parece que como castigo le agregaron una maldición: se erige sobre una calle tan angosta que es practicamente imposible poder apreciar su belleza, y encima no está en una esquina sino a mitad de cuadra.
Si vos le decís Palacio Minetti a un rosarino es muy difícil que no sepa cuál es, queda en el epicentro de la ciudad, sobre la Peatonal Córdoba. A pesar de ello, es probable que muchos sólo hayan visto la parte de abajo de la fachada, es decir, lo que uno ve sin levantar la cabeza más allá de lo normal.
Bueno, aquí va un dato, el único lugar de acceso público desde donde se puede ver la fachada bastante bien es desde la playa de estacionamiento que da a la librería Yenny (la que tiene entrada por Corrientes, Paraguay y Rioja). Desde el centro de manzana se observa todo el esplendor de esta obra arquitectónica.
El edificio más hermoso de la ciudad de Nueva York es el Chrysler (al menos para mí), que también es una gema del art déco, ese edificio es realmente la hermosura hecha construcción, en versión moderna. En su momento fue la edificación más alta de la capital del mundo y, creanmé que tiene muchos puntos de vinculación con nuestro Palacio Minetti. Por empezar, el año de construcción, el Chrysler comenzó a contruir en 1928 mientras el nuestro lo hacía en 1929, apenas un año después. El hall del neoyorquino es insuperable, el del rosarino es mucho más chiquito pero también tiene lo suyo. Y después ambos están regados de los típicos detalles art déco por todos lados. Claro, el edficio de Nueva York contó con todo el aditamento que puede darle el poder financiero y cultural que siempre tuvo esa ciudad, pero el Minetti sale airoso de esta diferencia de contextos.
Realmente el Minetti es una obra integral, alucinante de pies (desde la fachada de marmol, las típicas letras art déco, los mármoles y vitrales del hall, el lujo de los ascensores de antaño, los detalles en el cieloraso y las columnas que se pueden ver en los locales comerciales a ambos lados y, un lujo en sí mismo, los detalles de la puerta de hierro donde aparecen lás mismas figuras de la cúspide aunque en otras posiciones) a cabeza: la genialidad con que el edificio va llegando a la cima, en forma escalonada, para culminar en esas dos estatuas de mujeres simétricas que hacen las veces de vigías de la ciudad.
Por este edificio hay que brindar.

Trabajé en el Palacio Minetti 4 años. Saquen ustedes la cuenta de la cantidad de veces que ingresé por esas puertas enormes y majestuosas. Fueron muchas y, sin embargo, todas las veces las vi maravillosas. El edificio se impone, su grandeza no deja de asombrar así lo veas todos los días y no deja de resultar bellísimo así no seas una fiel seguidora del extravagante estilo Art decó.
La fachada se luce con su granito rojo y las puertas de bronce con incontables figuras femeninas. Los vitrales dan un efecto de iluminación especial. Al ingresar, en un pase de baile con la puerta giratoria que nunca se detiene debido a la cantidad de personas que van y vienen, te reciben Miguel, Daniel o alguno de los ascensoristas, que tienen tanto de formales como de personajes entrañables. Las puertas de los ascensores son otra obra de arte y en el viaje hasta el piso 9 se puede ir disfrutando de los paisajes de los distintos pisos a medida que vamos subiendo.
Coronando el edificio, las famosas estatuas, gemelas de bronce sosteniendo una mazorca cada una, simbolizando la riqueza agropecuaria de Argentina allá por los años 20. Pero esa parte del edificio ya no la veo, sólo se ve desde lejos. Así y todo, se siente en su carácter importante y señorial, porque a cada paso hay un detalle que te recuerda que no es cualquier lugar, es el Palacio Minetti.

Se trata de un magnífico edificio con locales comerciales en la planta baja y oficinas en las plantas altas, de estilo «Art Decó». Es considerado una de las tantas joyas arquitectónicas que componen el rico patrimonio cultural de la ciudad de Rosario, por lo cual fundamentalmente recomiendo su visita a los interesados en el campo de la arquitectura y el arte (de hecho, se ven normalmente estudiantes de tales carreras tomando fotos y haciendo dibujos del imponente edificio).
La elegante fachada del Palacio se complementa con una distinguida decoración en el interior: desde las puertas de los ascensores, los ventanales y hasta incluso la entrada de varias de las oficinas que lo integran, reflejan el buen gusto de los arquitectos que lo diseñaron.
El acceso al palacio es gratuito y pueden visitarlo dentro del horario comercial (de 9 a 18 horas).

Quien quiera tener una vaga noción del poderío económico que vivió la Argentina cuando se la llamó «El Granero del Mundo» solo tiene que poner un pie en el Palacio Minetti. Su nombre no en vano indica una construcción de altos lujos y proezas arquitectónicas, todo lo que promete su nombre lo cumple y más. En las otras reviews se puede leer un poco de la historia de este edificio, fue construido en el 30 y sus interiores están tapizados de mármoles europeos, el edificio se levantó en tiempo record de mano de la familia de un inmigrante que llegó sin nada a nuestro país, escapando de la hambruna de un continente que no tenía nada para ofrecerle y sin embargo a fuerza de trabajo, aquí consiguió dejar un legado histórico para la ciudad y sus habitantes. Este edificio es uno de los máximos exponentes del art decó en la Argentina, solo comparable a los rascacielos de NY. Quien estuvo en esa ciudad entenderá el paralelismo inmediatamente, los detalles interiores son una obra de arte, todos los Vitreaux parecen realizados por Mondrian mismo, las lamparas de onix son una verdadera belleza y esa puerta, con las figuras femeninas entrelazadas, expresan a gritos el progresismo de una época gloriosa de nuestra ciudad, toda reflejada en un edificio que al día de hoy se conserva estupendamente y puede ser visitado por cualquier persona.
Si estás por Rosario o si sos Rosarino tenés que parar, levantar la cabeza, mirar su fachada y entrar a uno de sus locales (entrá al banco y sentate como si estuvieras esperando algo, disfruta de los detalles de su cielos rasos, las columnas interiores, los yesos) ese tipo de trabajo no se realiza más, YA NO EXISTE!!, lo que verán tus ojos es historia, es belleza pura y es gratis. Te vas a acordar de mi y lo vas a disfrutar mucho. 5 minutos de paz, stress free y en medio de un banco. Sonreí y que nadie sepa por qué. :)

Una de las obras arquitectónicas más hermosas de la década del 20 es el espectacular Palacio Minetti, ubicado en la peatonal Córdoba. Los arquitectos de esta obra de arte fueron José Gerbino y Luis Schwarz. El edificio fue encargado por un empresario de la industria del cereal y el aceite: el señor Minetti.
Tiene un claro estilo Art Decó tanto por los colores de sus vitró, como por la geometría que utiliza en el vestíbulo. Su estructura se rige por cuatro columnas de granito rojo y una fachada blanca con ornamentación geométrica en forma de rombos. El palacio culmina con un volumen piramidal, con dos estatuas de imágenes femeninas que sostienen una espiga de trigo. Esto simboliza la abundancia en la agricultura.
El edificio se puede visitar en forma gratuita de nueve de la mañana a seis de la tarde.
Cada vez que puedo, pido permiso al guardia que se encuentra en planta baja, y tomo algunas fotografías de el increíble ascensor, que cuenta con un trabajo de herrería excepcional. También, te recomiendo que subas por lo menos un piso para observar los vitró en los descansos de las escaleras.
Actualmente funcionan diferentes oficinas, así que no dudes en entrar y observar este bellísimo lugar, vale la pena.

El Palacio Minetti es parte del Paseo del Silgo, y data de comienzos de siglo pasado (1929). Es considerado un de los primeros rascacielos de Argentina, aunque su situación de lote entre medianeras disimula un poco su esbeltez. Es un símbolo de opulencia y de bienestar económico, en una época donde se prestaba mucha atención a la utilización de materiales traídos de Europa. Es uno de los ejemplos más fieles del Art Decó, juegos de tramas geométricas en su fachada y en casi todos los elementos arquitectónicos. El exotismo se manifiesta en las columnas de reminiscencia egipcia, como así también en su remate a modo de pirámide.
Sin dudas, uno de los detalles más bellos es curiosamente la caja de ascensores, visibles desde el hall de ingreso, que conservan aún hoy todo su esplendor.
El remate, visible especialmente desde lejos, y desde algunas terrazas en su verdadero esplendor, simbolizan la bonanza del campo: dos esculturas de mujeres que llevan en sus manos una un marlo y la otra un manojo de trigo.
Actualmente aloja oficinas y en su planta baja un local de ropa blanca, donde se pueden apreciar las bellas columnas de gran porte que sostienen el edificio.