Olio Bristó & Delishop

Lo excelente de éste lugar no es sólo su ubicación sino también sus constantes menús ejecutivos que deja lugar para que todos los gustos.
La atención es amable y expedita, con una ambientación sencilla y cómoda al mismo tiempo.
Asimismo son precios accesibles por un buen y completo platos. Especialmente recomiendo las tartas que son exquisitas (aunque hay que pedir que las calienten un poquito más de lo que las calientan).
Dataso: también tienen delivery!

Olio Bistró & Delishop es un espacio cálido que combina retobar y almacén gourmet. Al mediodía ofrece menúes ejecutivos y por la tardecita noche, muy buenos platos a la carta, sugerencias del chef y un novedoso menú de pizzas caseras, además hay happy hour y vinos a precio de vinoteca.
Para mí lo mejor del lugar son las tapas, que tiene la mejor combinación de carne y vegetales, condimentado de una manera muy especial.
El lugar por dentro es súper cálido parades color natural con mesas oscuras que hacen una decoración sobria e impecable, en el interior tiene una impresionante bodega, que llega hasta el techo y que realmente te va a llamar la atención.
Olio esta ubicado a pasos de la Plaza Pringles, una plaza céntrica de la ciudad, muy concurrida de día y de noche.
Yo te lo recomiendo… unas tapas y un buen vino es la mejor forma de terminar la noche… o empezarla.

Hubiera sido una picardía que un lugar con la palabra «delishop» en su nombre (como ya dijo alguien antes) no le hubiera hecho honor a la misma. Por suerte no pasó.
A pasos de la Plaza Pringles y en la misma manzana que la Biblioteca Argentina, este lugar empieza a entrarte por la vista, ya con el reloj amurado a la pared, la estantería llena de vinos, y las delicatesen que hay exhibidas por ahí uno va entrando en clima. Siempre veía lo que publicaban en facebook y se me hacía agua la boca hasta que una vez pude ir y realmente fue muy bueno.
Aparte de la comida, la buena onda y el relax cuentan. Personalmente destaco también el happy hour de chop Warsteiner, puediendo disfrutar una buena cerveza cuando cae la tarde. Y encima, da para llevarse alguna botellita de vino o de aceita a casa.

A la pareja uno siempre debe darle ciertos gustos que aumentan los vínculos entre ambos. Mejor aun si uno de esos gustos es salir y disfrutar de un lugar que presente clase y de un buen ambiente para disfrutar de la noche y de los días de verano.
Olio fue justamente el lugar elegido y ¡Que lugar! Especial para irse con un sonrisa en el rostro y una felicidad en el estomago. Muy buena la cocina del lugar, aparte de las presentación no son tacaños en sus tamaños, estoy cansado de los lugares que sirven un bocadito de tenedor. Aquí todo lo contrario, no solo la atención tanto como de quien, al parecer, es el dueño y de los mozos/​as sino el ambiente que te presenta el lugar en cuestión.
Uno puede evadirse y disfrutar sin andar con tanto cuidado de modales. La verdad que se pasa un momento excelente.
También los precios hay que remarcar que son exorbitantes, menos de lo que uno espera pagar en una salida y te llevas mucho mas de lo que fuiste a lugar.
Simplemente un lugar para conocer y volver. Poseen happy hour de 19hs a 21hs, para mi de las mejores creaciones del ser humano.
Un lugar en el cual dejan de lado la formalidad por la comodidad, bien climatizado y muy limpio.

Olio es un restó con todas las letras. Pocas mesas, ambiente informal y cocina creativa de muy alto nivel. Complementa las noches gourmet con mediodías de comida rica y sana para los oficinistas que disfrutan su menú ejecutivo. Siempre es un buen momento tomarse un café con leche, junto a un exprimido natural de naranja y un delicioso tostado de jamón y queso.
Varias veces he ido a almorzar ahí cuando me tocaban días de trámites en el centro. Tiene muy buena atención por parte de las mozas y su dueño. Platos de día que invitan a ser probados y las siempre fieles tartas con ensalada.
También tuve el placer de cenar un plato que se grabó en mi memoria: cintas con salsa de corazones de alcaucil y mejillones. Sabores que nunca hubiera pensado unir. De más está decir que el resto de la mesa quiso probar de mi plato. E incluso tuve varios intentos de replicar la receta.
Además de la oferta gastronómica in situ, podés disfrutar de varios productos para llevar. La pared de bebidas importadas y nacionales invitan a recorrer con la mirada un centenar de etiquetas. Hay siempre ofertas con distintas marcas y se organizar degustaciones de vinos y champagne.

Un lugar que dentro de su nombre lleva la palabra «Delishop», es, cuanto menos digno de ser probado. Desde que me dijeron que este lugar, ubicado en Pte. Roca 749, de Rosario, los lugareños del microcentro lo tenían catalogado como uno de los lugares más cool en donde almorzar, se me vinieron unas inaguantables ganas de ir a probarlo. Y, sí, es exactamente como lo escuché: el hecho de entrar y ya encontrarte con un reloj de agujas antiguo colgando, hacen que atravesar el pasadizo para elegir las mesas de atrás, se algo que te corta de la rutina, sentís que no estás inmerso en la jungla del centro, y que vas a poder pasar un sereno momento sin escuchar el griterío de los autos que transcurren por las céntricas calles de esa zona. Con la posibilidad de un menú ejecutivo, pero también uno libre, logran que uno no se sienta supeditado sólo a 3 o 4 comidas y que el panorama sea más amplio. Una cuestión muy importante es que, como saben que la mayoría de la gente que los visita está con el tiempo contado porque está tomándose un break para almorzar y luego seguir trabajando, los mozos atienden con mucha presteza y dedicación, les urge que todos esperen por su plato lo menos posible, y eso sí que es ponerse del lado del comensal. Entrás ahí, y si venís estresado, dejás durante un buen rato los problemas laborales afuera para disfrutar de su rica comida.

Ya me lo habían recomendado unos amigos que viven por la zona. Se ve que su el estilo gourmet italiano mezclado con sabores de campo dan que hablar entre los vecinos. Cada mochuelo a su olivo cada oveja a su corral. Asique aproveché la excusa que las chicas venían a casa, y nos acercamos al 749 de Pte. Roca.
¡Lo bien que hicimos! Comimos un Carré de cerdo con arroz cremoso, que nos dejó boquiabiertas.
El precio está bien en relación a la calidad — cantidad. Los platos no son exagerados. Están bien para una persona. El lugar es muy lindo, bien climatizado, y ambientado con aires de fonda. En la entrada hay un paredón lleno de vinos que seduce a quedarse mirando los colores de las etiquetas al menos.
Justo llegamos en la franja horaria del Happy Hours de 19 a 21, asique nos dimos la bienvenida con una rubia artesanal que comercializan exclusivamente en Olio– Bistró ¬ Delishop.
La cerecita de la torta fue que cuando terminamos de cenar. En vez de llevarnos un pan bajo el brazo, nos llevamos un Malbec de Bodega Mendez a muy buen precio (nosé qué arreglo tiene el lugar con la bodega y eso se traduce en el precio al público)