Panadería y Confitería Luján

El hecho de que la panadería sea atendida por sus dueños dice mucho. Excelente calidad, todo fresco y a precio razonable.
El mini pan de molde integral es riquisímo.
Sus tartas, la pascualina especialmente, deliciosa.
Facturas, bizcochos y demás… ¡buenísimas!
También ofrecen pastas frescas, especialidad de ñoquis, y pizzas preparadas directo para mandar al horno.

Cuando mi hija le toca ir al colegio en contraturno, la llevo y la espero porque no me dan los horarios para ir y venir, prefiero sentarme en algún lugar y esperarla. A veces con algunas mamás de sus compañeritas nos solemos reunir en algún bar, pero en época de frío, optamos por ir a ésta panadería que también tiene cafetería, que se ubica en calle Dorrego al 1700.
La panadería y confitería Luján es un clásico de la zona con una larga trayectoria, es elegida por la gente del barrio por las exquisiteces que fabrican y por los precios que manejan, toda la mercadería es fresca, hecha con las mejores materia primas de primerísimas marcas, tiene una exhibición de todos sus productos para que sus clientes puedan tentarse.
También trabajan en la cafetería con gente de paso, que simplemente saborea un rico café. El lugar es muy amplio y cómodo, con mesitas y sillas, moderno y con una linda decoración.
Destaco de éste lugar la atención, ya que es una empresa familiar y es atendida por sus dueñas que cuentan con mucha amabilidad a la hora de tratar con los clientes.

Una panaderia de barrio, atendida por sus propios dueños, quienes supervisan la calidad de cada producto. No se puede pedir más, no?
Nada más lindo que pasar a elegir o el producto o quedarse ahí mismo comiendo una rica medialuna, bizcocho o masas secas. Tiene sandwiches calientes y frios, y un televisor para ver algún partido o noticiero.
Todo es casero. Y el horario es de corrido, lo que se torna una muy buena opción si se hizo tarde para almorzar elegir algo al paso y seguir.

Adicta a estas medialunas!!!
Hace poco la Panadería y confitería Lujan se traslado (bien al lado) de su anterior negocio. Este era la típica panadería de barrio con un pequeño mostrador y una vitrina donde esta expuesta la mercadería. Hoy, en un lugar mucho más grande, luminoso y moderno, te atiende Lujan y su hija (las dueñas).
Es un negocio familiar que tiene ya muchos años y la amabilidad es extraordinaria!
Conserva los fieles clientes del barrio pero tambien, ha sumado adeptos ya que incorporó cafetería, jugos, sandwichs calientes (y frios tambien), mesas, televisor, y la hospitalidad que ya es característica de éstas dos mujeres.
Las rosquitas de Lujan son las mejores, no se que tiene la masa pero es muy suave y parecieran que no fueran hechas fritas. Riquisimas! Y las medialunas saladas un tanto más.
Es un lugar de paso! Se encuentra abierto de corrido desde muy temprano a la mañana.
Si queres cuidarte un poco tambien ofrecen porciones de tarta completamente caseras y abundantes. La de zapallitos es una locura!

Atendida por sus propias dueñas: María, de ochenta y tantos años, me contó que desde los sesenta y muy de a poquito levantaron, con su marido, el local que hoy ocupa la panadería. Si no está ella, está la hija. Los domingos, si no salí la noche anterior, me gusta levantarme temprano e ir a comprar facturas o la exquisita empanada turca (con mucho almíbar y crema pastelera). También son buenas las pastas frescas y los budines son esponjosos y frescos (el marmolado, mi preferido).
Por otro lado, se puede ir a tomar café o a comer algo al mediodía (hacen tartas y empanadas). Y también tienen algunos productos de almacén que siempre me sacan de apuros. Se puede llamar y pedir el desayuno si uno está por la zona.